Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 21 de diciembre de 2015
El perfume del amor
el
perfume del amor,
que
en primavera se derrama por doquier
ya
que entre las espigas del aciano y el rojo de las amapolas,
colores
fuertes y rotundos me infunden energía y vitalidad,
también
vuelven las golondrinas en parejas…
plenas
de amor construyendo su nido en el tejado,
junto
a la celidonia,
planta
ligada a su vida
pues
aparece y desaparece en correspondencia con sus migraciones.
El
perfume del amor,
pleno
de colores y sonidos suaves, vibrantes,
el
amor me encamina en su búsqueda,
necesito
su cercanía, su contacto.
Amor
mío, voy cantando bajito
sin
ahondar las pisadas,
no
sé si por costumbre, por cautela u holganza
con
un dejo de gozo y otro de lástima.
El
perfume del amor,
Gozo
por lo que tengo y por quién soy,
estás
a mi lado, abrazando con suavidad mi cuerpo,
dándome
besos y cariños con caricias leves y profundas.
Voces
nos rodean, placer, caricias que desgarran,
besos
que dibujan nuestros rostros temblorosos.
El
perfume del amor,
cuando
mis ojos gritan tu nombre
en
la soledad imperdonable cuando tú te vas,
el
abrazo de tu piel de nave humedecida
me
sacude y me hiere,
me
desdobla y me lleva.
El
perfume del amor,
naceran
de ti y de mí nuestros abrazos
como
nacen en tu boca las flores encarnadas…
que
dejas en la mía.
Aprieta
mis deseos,
caliéntame
las carnes,
con
tu pasión de viento,
el
sol será mañana un plato de lujurias.
El
perfume del amor,
Tú
serás mi boca y mis manos desgajadas de rocío.
Besos
que dibujan nuestros rostros temblorosos.
Tipas
y palomas me atraen a tus brazos
De
hojas frescas y de aguas de espejos cimbreantes
Al
fin me ponen en los tuyos, entre el perfume de nuestro amor,
Me
ahogan tus ramas de piel caliente,
Me
sacude con ternura el besar de tus caricias…
El silencio del viento
El silencio del viento,
me estremece, me acuna, me mece,
como si fuera mi amado ausente.
entre ráfagas sin sonido,
mi cuerpo siente instantes de dicha y placer.
estoy contigo.
El silencio del viento
Desde más allá, lejos, a la distancia,
el eco del silencio quiebra por instantes mi soledad.
sé que estas pensando en mí siempre.
Y en el aire del silencio del viento
lloro a las sombras en el rumor de mi alma,
que se acerca irrealmente a tu lecho,
quieto, muy quieto…
a fuerza de silencios y de besos.
El silencio del viento,
Me siento engañada,
porque llega el día
Y en mi gran lecho vacio, limpio,
sin señales de las almas
otra vez me confirman con dureza, la soledad,
diciendo que todos eran encuentro fugaces aquí abajo
de las luces distantes, azares sin respuesta,
No, ni carne, ni alma.
El silencio del viento,
Callado, calmo, vago,
como las sombras grises y palpitantes
que no se pueden besar
si no es poniendo los labios en el aire
contra algo que pasa
Y se pierde.
¡Tiemblo por dar cariño a la nada!
El silencio del viento,
¿Y si no fuera verdadero en silencio del viento,
fugaz, huracanado, suave briza o tan sólo
un soplo de aire seco y húmedo
que pasa por mi lado sin darme cuenta,
sin siquiera tocarme?
¿ y si no fueran las sombras del silencio,
sombras sin formas?
¿Si las sombras fueran en verdad reales
yo las estrecharía a mi cuerpo
con el viento danzando a mi alrededor
las besaría,
me palpitarían encendidas entre mis brazos,
todas miedosas de carne?
El silencio del viento,
Se acerca con alfabetos de letras
que se clavarán en el aire alto del más allá,
luminosos en el cielo
Y se guardarán en un mundo perdido
ya que todas las almas en el silencio del mundo…
sienten su curso como las estrellas
que vivieron en valles floridos de la tierra
Y besaron labios humanos.
El silencio del viento,
Volverá con su presencia pura
para recomponer el mundo con sólo recuerdos vagos
dentro de la niebla de los destinos humanos.
silencio que arroja a los cielos las alegrías,
los disimulos, los tiempo, las palabras,
antifaces leves sin luz ni eternidad.
Sed de ti
Sed de ti,
de tus besos dulces
y de tus caricias
aterciopeladas,
de tus abrazos
abiertos y afectivos.
Cuando pienso en ti,
mi rostro recupera
perfil y mirada
y mi alma encendida y
liviana
vuela con lazos
azules
saltando árboles
en una rápida salva
de pájaros.
Sed de ti,
de tu cuerpo desnudo
junto al mío
entre rumores de
palabras de amor.
Y en el filo de la
madrugada,
mi sed se acrecienta
con partituras
distintas
que emplazan casi
siempre,
renovando el diseño.
la textura,
el color de la trama de
mi sed por ti,
ahora que te nombro y
te reclamo.
Sed de ti,
cuando el cielo se
afina,
al conjunto de un
sutil cosquilleo de flautas
la última estrella
remisa,
abandona su puesto de
guardia,
me gusta perderme en
ti,
en todo tu cuerpo,
en tus ojos,
en tus brazos,
en tus dedos
entrelazados.
Sed de ti,
me gusta sentir tu
sabor,
tu aroma,
tu olor a bosque umbrío,
tu mirada intensa
que me traspasa el
alma.
Tu eres mi hombre,
o el espejo y tu
rostro,
donde se refleja la
historia,
el aledaño del amor,
sin sombras furtivas
y rumorosas
que crucen como un
galopa antiguo
el umbral de mi
cuerpo esperándote.
Sed de ti,
grito,
clamo,
sostengo mi mirada entre fulgores de ira
por no tenerte.
Sed de ti,
mi boca te busca
con un ansia certera e increíble.