Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 2 de junio de 2016
La lluvia y el desamor
La lluvia y el desamor,
miro a través de la ventana,
como cae gota a gota la lluvia,
que insignificante es una,
pero que apabullante son todas a la vez.
Pero en mí, cada lágrima que sale,
es más que toda la lluvia.
Son torrentes de emociones,
que caen cuando avivo tu recuerdo en mí.
Te fuiste, desapareciste de improviso,
a lo desconocido.
Una lágrima a la par de una sonrisa,
pues aún no se esfuma la dulzura de tu
ser.
La lluvia y el desamor,
quien se tomó lejano a mi querer,
aunque te tengo a mi lado tu cercanía,
que muestra lo lejos que estamos,
caminamos juntos de la mano,
aunque con destinos diferentes.
Hoy la lluvia me recuerda lo frio
y tormentoso que es dejarte ir.
Cae la lluvia rompiendo el silencio,
el céfiro que anuncia el amanecer
nocturno.
Cae la lluvia distante y dolorosa,
mojando la huella que espera, de tu
planta.
La lluvia y el desamor,
la lluvia disuelta en besos incinerados,
promesas incumplidas.
Y tu recuerdo ahora, una herida blanca,
desangra el alma…
De mis labios borre tus besos,
tus palabras he olvidado.
Más mi corazón triste…
Te sigue amando,
siento mi deseo en una brizna de tu
cuerpo.
Cae la lluvia, me gusta caminar en la
lluvia,
para disfrazar mis lágrimas que brotan
sin cesar,
un alma que llora y sufre la distancia,
la ausencia…
La cruel tortura.
Hoy las gotas de lluvia resbalan por mi
cara,
limpian el dolor que hay en mí,
quisiera quedarme aquí y recordarte
siempre,
mi dulce amor del alma,
tú que diste luz y ahora me dejas
olvidos de escarcha.
Viento, dile que me duele su distancia,
dile que mi alma llora, que se queda
vacía y sin nada,
dile que su amor es todo para mi,
que sin él no tengo nada.
Bajo la lluvia dejaré que el agua me
desgaste,
para volverme parte de algo.
Volver el tiempo atrás
Volver
el tiempo atrás,
nunca
más , no quiero sufrir con tu presencia a mi lado,
ni
un solo pensamiento de lo que fue mi vida contigo.
Te
despediste sin un adiós,
el
adiós viene de lejos, de muy antes,
largo,
claro, lo sentíamos venir.
Mi
cabeza esta inclinada,
pensando
en el sufrimiento pasado.
Sin
amor, ¿ilusión, sueño?
Quieta
ya, estás contigo misma.
Me
desarmo como una nave deshilachada,
en
penas.
Quiero
volver al pasado, pero debo estar acá,
buscando
escribir poesías de amor,
cartas
sobre mi dolor y pasión,
frases
que te erizan la piel.
Por
su amargura y pensamiento sin forma.
Volver
el tiempo atrás,
y
estas cartas deshacían como telas en desuso,
como
cenizas de la hoguera apagada.
El
amor nunca perdona a quienes saben amar.
Se
cobra su tributo, le pago sin demora,
con
el dolor de la distancia… Y ahora.
La
luna es una espada en cuyo filo duerme el amor,
ese
amor ya perdido, al cual no buscaré más,
tu
sombra de fuego enloquecido es ahora un fantasma,
sin
asideros,
horizontes
sin llegada.
Si
éramos nubes yo volaré más lejos a las altas y grises,
tú
volaras en remolinos a los algodones sin rumbo.
No
quiero ni debo volver al pasado,
esté
ya olvidado del todo.
Volver
el tiempo atrás,
La
tarde reclinada en el poniente,
cuelga
en los bordes de la blanca nueve,
llevando
mis plegarias y mi lloro.
Siento
pena por tantos sueños muertos a mis espaldas,
Siento
un dejo de lástima por ti,
mi
amor ya ido a otros lares donde la maldad te rodea.
Tú
ya no eres más mi respaldo, mi derecho,
eres
el fin, mi revés, acabemos con esto por última vez.
No
quiero saber más tu derecho y tú revés.
¡adiós!
marcha a tu paso.
Yo
iré al mío.
Trota
mapas de tersa cartulina,
que
yo galoparé mi desvarío,
para
trocar un ya por un acaso.
¡adiós
por siempre amado ausente!
me
causaste mucha aflicción y pena,
pero
ahora basta ya,
¡vete
de mi vida!
¡vete
de mis pensamientos que ya locos,
aun
lloran por ti!
¡Adiós, amor ausente!
¡Adiós,
amor ausente!
Esta
es la última carta que te escribo,
ya
volqué mis sentimos que eran del pasado,
en
estas páginas en blanco,
que
desahogaron, mis penas, mis emociones, mis dolores.
¡Ya
no más!
Ahora
estás en el pasado absoluto,
donde
siempre debías estar,
envuelto
en un manto oscuro del olvido,
entre
tus mentiras y fracasos.
Ahora
soy feliz,
cierro
el capítulo doloroso de mi vida,
con
estas cartas,
para
que no regrese tu recuerdo nunca más.
¡Adiós,
amor ausente!
Necesito
paz, calma,
estar
conmigo misma,
para
escribir otra vez mis poesías de amor,
porque
sigo enamorada de la vida,
el
arte de vivir es amar,
amar
a todo nuestros semejantes,
para
que en el mundo desaparezcan.
la
violencia , la guerra, la devastación.
No
miraré más las huellas y el recuerdo,
no
miraré al alma las sombras oscuras,
miraré
bien la palma de mi mano vacía,
pero
esperando otra que llegará pronto a acariciarla con amor.
¡Adiós,
amor ausente!
he
inventado esté amor sin tierra ni sin fecha,
donde
posarse en mi canto feliz,
el
gran amor en vilo, con mis labios impacientes,
esperando
deseosa ese beso palpitante,
que
me dará caricias sin fin.
Espero
también esa voz cálida, seductora, densa,
más
palpable del cuerpo que se acerca a mí,
para
hacerme suya para siempre.
así
mi amor esta libre, suelto
y
puedo vivir sin temor,
sólo
con deseo de estar en los brazos del amor,
que
me está buscando
y
estrechar sin fin su dulce cuerpo pensado,
contra
el mío.
¡Adiós,
amor ausente!
Deseo
vivir contigo mi amor invisible,
como
signo puro, seña en besos, en presencia,
de
lo que creí imposible,
de
que tú mi nuevo amor desearas vivir conmigo,
hacerme
tuya para siempre.
¡Se
acabó el pasado oscuro, maldito,
pleno
de mentiras!
¡La vida es hermosa de vivir siempre!
¡Viva
el amor puro y sensible!