Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 10 de enero de 2018
Perfumes y sabores del amor
Perfumes y sabores
del amor,
ha pasado mucho
tiempo…
pero parece que fue
ayer,
aun sigo sintiendo
ese calor y ese fuego,
como si estuviera
en un verano
ardiente.
Todavía tengo
impregnado en mí
el sudor y el perfume
que cuando ardías en
el fuego del placer,
gota a gota,
fue embriagando
cada rincón de mi
piel.
Perfumes y sabores
del amor,
mi boca guarda el
sabor a miel
que dejaste con tus
besos,
sedientos de pasión,
traspasando cada molécula
de mi cuerpo,
hasta lo más profundo
de mi corazón.
Dulce la miel que tu
panal emana,
cuando en silencio,
y con enorme gozo,
libro tu sexo,
amor, en la mañana,
y te siento crecer en
alborozo,
provoca en mí también,
cuando palpita,
un temblor similar a
los volcanes
que embelesa
y sacudiéndome,
excita a mi boca a
hacer desmanes.
Con música de acordes
exquisitos
que aparentan no
estar,
una suave brisa me
conmueve
y me provoca placeres
infinitos.
El dulzor contenido en
tanto amor,
tan agradable,
perfumes con sabor a
burucuyá,
ananás maduros,
limones dulces,
palta suave,
duraznos
aterciopelados.
El amor mana por los
sentidos.
Perfumes y sabores
del amor,
me encantan los
perfumes,
colores y sabores de
mis versos
inundan mi alma de
amor.
Pasear por el camino
del amor
es hacerlo por el
mundo de los sentidos.
¿A qué huele el amor
cuando estoy
enamorada?
Me huele a vino y a
rosa
con un perfume de
sándalos,
me huele a día y a
sol,
a primavera y verano,
a yerbabuena y a
pinos,
con aromas refinados.
Y cuando miro
y descubro tu
presencia a mi lado,
un arcoíris se
enciende en un espejo azulado
que conforma tu
mirada,
tus mejillas y tus
labios
que sonríen tu
alegría
en este sueño dorado.
El olor de la
esperanza
siempre es el más
deseado,
pues es la sal de la
vida
lo que yo siempre he
soñado.
Alba de amor
Alba de amor,
la noche cuajada de estrellas envió
desde todos sus astros
la más pura armonía
de reflejos como ofrenda nupcial a mi
tálamo.
¡Cómo suena en mi alma la clara
vibración pasional de mi amado,
que se abrió todo en círculos
inmensos
donde anduvo mi amor de su brazo!
Alba de amor,
la luz áurea va inundando
nuestras almas y cuerpos,
la ternura de todos los surcos
se ha quedado enredada en mis pasos
y los dulces instantes vividos
siguen tenues en mi alma soñando.
La emoción que brotó de nuestras
vidas ha tornado la ruta del alba
y ahora vuela por todos los prados.
Ya la noche se fue,
queda el velo que al recuerdo se
enlaza apretado
y nos mira en estrellas dormidas
desde el cielo en nosotros rondando.
Alba de amor,
ya la noche se fue
y las nuevas emociones del alba se
han atado.
Todo sabe a
canciones y frutos.
Se ha quedado tu vida en mi vida
como el alba se queda en los campos
y hay mil pájaros vivos
en mi alma
de esta noche
de amor entre cantos.
Quisiera guardar en secreto esta
noche larga
pero mi alma no puede alcanzar
el silencio del poema sin palabras
y saltan y juguetean entre mis
labios los versos de amor
como vibraciones íntimas.
Alba de amor,
vivimos una noche colmada de sueños,
lo saben nuestras almas
más allá de las islas
y más allá del sol.
El trópico, en sandalias de luz,
prestó
las alas y tu sueño y mi sueño
se encendieron juntos.
Esta noche se ha ido, casi aurora,
casi ronda de luna entre montañas.
Alba de amor, noche rasgada
con claridades de esencias altas
circundadas de emociones intensas
y me surgen canciones con palabras
y en mi pulso laten mis poemas
andando trémula por los astros
como si yo no fuese por la tierra.
Alba de amor,
que noche de hojas suaves y de
sombras,
palpitante de aromas y gozos
con cántico de vientos
entre embelesos de luces mágicas.
Noche larga con cantares dulces
y poemas, frases, prosas de amor
que cruzan y se van
a lo lejos a horizontes lejanos,
vibrando con su eco las palabras
temblorosas y ávidas
que tú, mi amado,
no me dejes ir de tu lado
y me tengas abrazada como
una cadena de flores perfumadas.
Tu huella que mi mar se llevó
Tu huella que mi mar se
llevó,
lejos, lejísimo,
ni se verán más
tus pasos firmes y seguros,
ni sentiré tu húmeda piel
sobre mi cuerpo,
desnuda está mi carne,
colando entre mis dedos
mansa arena aunque a veces
hacia adentro
el deseo reverdece
puliendo artesonados por tu
ausencia.
Tu huella que mi mar se
llevó,
otras aguas se mueren en tu
pecho
que son mar a mis sueños y
mi olvido,
mas tus naves combaten
y naufragan en un abismo
de geográfico equilibrio.
Iré a vivir el mañana
sin que tú cerques mis
huellas,
temblando de futuro,
a sentir la vida de prisa,
segundos,
siglos,
siempre, nada.
Alfabetos de mi espuma
un día te alejaron de mi mar
y yo por perdido te di,
quizás por un instante tan
sólo.
Tu huella que mi mar se
llevó,
porque ya no sentía las
alegrías altas
de tu querer y las angustias
de estar
aún queriendo poco me
inundaron
con lagrimones que anegaron
mi pecho.
Sólo quedaron en mi alma los
poemas,
las frases,
los monosílabos de amor
que se escondieron dentro,
muy dentro,
para que tu huella
no se lo llevara a la nada.
Desde la tarde aquella
que mi mar te llevó
aún andan por mis venas
mis versos despacito
y muchas cosas he visto
que pasaron traídas
y llevadas por el tiempo.
Sobre ti fui pasando
mis horarios perdidos,
sobre mí tú seguiste
como el sol en los pétalos.
Y tu huella mi mar se llevó
en la brisa de mi dolor
caído,
con la tristeza ingenua
de saberme en lo cierto,
tu vida era un profundo
batir
de inquietas fuentes
en inmenso río blanco
corriendo hacia el desierto.
Tu huella que mi mar se
llevó,
te llevaste mis caricias
en el gesto de tu abrazo
y en tus palabras quedaron
rumores
parecidos al lenguaje
que llevabas en tu boca de
agua
desde el más quieto charco
al más agreste risco.
Entre el hombre y mi alma
se ha cruzado una espada
de espumas blancas.
Ha sonado la lucha
y me siento intocada,
mi mar te llevó,
estoy sobre los siglos
con fiereza de olas…
¡Nadie palpe la sombra
que mi impulso ahuyentara!
¡A veces la vida me quiere
estallar
en canciones de angustia inesperada!
Yo quisiera quedarme
en el secreto de mis penas
punzantes
como estrellas,
pero mi alma no puede
alcanzar
el silencio del poema sin
palabras.