Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 31 de agosto de 2019
Amor sin dueño
Amor sin dueño,
quiero que mi alma se eleve hacia lo alto
entre suspiros entrecortados y anhelos de amar
con total intensidad
haciendo palpitar el corazón con ritmos placenteros
y sin ansias ni afanes,
sin que un ser me esconda entre sus brazos
y no pueda sin límites amar hasta el infinito.
Necesito que mis armoniosas
y pequeñas risas y lloros en flor
se congreguen al son de las alas de mis sueños.
Mis frases,
mis estrofas de amor,
son nubes que flotan
y para ello hay que tener luz de estrella
para iluminar mi vida en silencio plácido y sin fin.
Amor sin dueño,
quiero ir por veredas de la tarde perdida y sola,
sin sentir el cercado de ramas
que quieran encerrarme con trabas ni cerrojos.
No quiero que nadie pase por mi mente
como un aire domado con ramas verdes
que cercan mi sosiego.
Amor sin dueño,
no se atreva ningún ser
a entrar en el plato sonoro de mi silencio
queriendo quemar la llama hirsuta de mi frente
como un ave de marfil en primer vuelo.
No quiero ser un pentagrama vacío,
me quiero llena de notas
que palpiten en mi alma encontrando los versos,
las prosas,
que abren las alas
y vuelan levantando un remolino de cadencias
que como ecos lejanos llegan a horizontes cercanos.
No deseo que mi corazón
de poeta sea un rojo sol prisionero,
quiero sentirme libre para amar
con todo mi espíritu por doquier,
aquí, más allá,
lejos,
en infinitos espacios.
Necesito cruzar el éter
dormitando en el silencio blanco de la luna llena
o como en potros de llamas
cabalgar en los cometas.
Hundirme libre en el mar
o bajar libre al abismo
donde la luz no penetra
y donde millones de ojos
me sorprenden y contemplan,
son los diamantes
que el gnomo amontonó en sus cavernas.
Amor sin dueño,
vuela, corre,
descansa,
se lo coge a puñados como al mar
y cae sobre las almas que me rodean
en un sueño eterno sin despertar ya más.
Suelto,
escapado va,
sin que se sepa dónde,
sí pisando los cielos que miramos
o bajo el techo que es la tierra nuestra,
inasequible,
incierto,
eterno jugando a existir siempre
y a su paso en las altas madrugadas
unas alas invisibles lo golpean,
lo llaman,
lo necesitan,
es el amo seguro que se cierne
volando a ras de tierra
para todos en un enamoramiento total de la vida.
En armonía con el viento
En armonía con el viento, susurrante,
fragante,
cálido,
entre vergeles escondidos
de diversos aromas me envuelve
y me iza haciéndome volar
a mundos desconocidos.
Por el alba aparece despacio,
en sigilo como un respiro
en su delicioso siglo de olores de rosa
en los pensiles del tiempo.
Me trae desde mi ayer
aromas de desolvidos de campiñas florecidas,
de desiertos áridos,
de playas extensas con granos de arena
que se filtran entre mis dedos.
En armonía con el viento me hace volar
hasta lugares lejanos,
me arrebata mi melancolía
y sacudiéndome toda mi cuerpo vibra
y late a su compás.
¡Cuántos trinos!,
¡cuántos cantos!,
entre márgenes verdes
que se mueven al unísono,
el río viaja entre frondas verdes.
En armonía con el viento
soy una mujer poeta
que entre sus vaivenes odas
compone de celestes temas
pero con sus ráfagas rápidas precipitadamente
borra apenas las escribo con plumas veloces
para que no se vayan
a su través a recorrer el mundo.
En las invernales noches,
sopla con fuerza
haciendo que las pálidas horas
pasen hasta los días descoloridos
de nubes pardas y de hojas secas.
En armonía con el viento sintiendo
pasar los nubarrones tristes con lloviznas,
me acurruco en mi lecho viendo
pasar hojarascas amarillentas
y bajo el pampero que las empuja
van arrastrándose tristes y yertas.
Con los ramajes sin esmeralda dedos fantásticos
que el viento quiebra los viejos árboles
que tiemblan y se resquebrajan.
En armonía con el viento,
la primavera sopla la brisa suave
que conmueve mi corazón
en el aura ahora fresca y matinal.
Vuelan los ritmos otra vez en aromas
entre cantos que tañen las ondas de plata del agua
quieta del lago y el viento llega a mi alma
buscando poemas que quiere llevar lejos,
al mundo entero enamorado de la vida.
Con inocente ritmo todo el paisaje canta
y este vagabundo viento entre el follaje
hace revivir amores pasados y del hoy.
En armonía con el viento,
en una ardiente orquesta en un alado vuelo de poemas,
canta la aurora y mi corazón
en su rítmico con cadencia inspirada
en un millón de notas
me subyuga por el amor que por ti siento.
Mar de lágrimas
Mar de lágrimas,
inunda mi rostro frío
colmado de sal,
tristeza infinita que
se arraiga en mi alma
porque tú no estás a
mi lado.
¿Cuál es la razón de
llorarte tanto amor?
La desazón de mi
espíritu
me lleva a llorar a
orillas del mar
en noches serenas y
cálidas.
Y lloré un río de
lágrimas
hasta quedar exhausta
y sin sollozos.
Mis heridas y dolor
se han ido ya con las
lágrimas,
me siento vacía
esperando el mañana
que me traerá un
nuevo amor verdadero
pleno de cariño y
ternura.
Mar de lágrimas,
en mi corazón todo lo
que existe
ahora es sólo el
dolor del duelo
basado en la
nostalgia de un amor pasado
como humo en el
viento
por el amor perdido.
Mar de lágrimas
que como gotas de
sangre migran a mi corazón
fluyendo a través de
la ventana del alma
con mis rotas
emociones.
Son sollozos de un
sueño de un amor perdido
y que nunca pude
encontrar
en una búsqueda
eterna de ti,
mi amado,
mi pasión única.
Mar de lágrimas,
mensajes silenciosos
de esta vida,
columpiándose en un
dulce retraso
de un morir que no
perdona.
El destino se
estremece en la punta de una rama
cuando al pesar de la
gota
hace inclinarse a la
hoja ya casi rendida.
Mar de lágrimas en un
puro silencio
se deslizan
suavemente con su gran menuda carga,
de tanto y tanto
cristal celeste,
de gotitas de dolor y
aflicción.
Mas no me doblego,
no me rindo,
me yergo y me alzo
entre luces de diamantes
en volandas me voy en
búsqueda del amor soñado.
Morir,
vivir,
equilibrio
estremecido,
son pausas entre vida
y muerte
creando en mi entorno
hondas de calma.
Tantas lágrimas
perdidas,
tantas huellas en mi
piel,
ya no rompes mi
silencio,
nada es igual que
ayer.
Mar de lágrimas no
puedo permitir
que el mundo gire en
el recuerdo,
puedo desafiar la
oscuridad
y vivir entregando mi
corazón roto
a quien no cree en el
amor.
Volveré a pensar en
el sueño que por ti abandoné,
en un renovar de
alegrías y gozos
mi vida se tornará
feliz y placentera
entre soplos de aires
cálidos
en torno a ondas de
calma.
Mar de lágrimas entre
brisas frescas,
el alma siente que pasa
por ella algo nuevo,
es el sendero a un
nuevo cauce
con un gozo nunca
sentido,
un verdor,
una alegría,
unas estrellas y un
río
que me lleva a un
nuevo mundo de amor.