Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 20 de enero de 2020
En armonía con el viento
En armonía con el viento, susurrante,
fragante,
cálido,
entre vergeles escondidos
de diversos aromas me envuelve
y me iza haciéndome volar
a mundos desconocidos.
Por el alba aparece despacio,
en sigilo como un respiro
en su delicioso siglo de olores de rosa
en los pensiles del tiempo.
Me trae desde mi ayer
aromas de desolvidos de campiñas florecidas,
de desiertos áridos,
de playas extensas con granos de arena
que se filtran entre mis dedos.
En armonía con el viento me hace volar
hasta lugares lejanos,
me arrebata mi melancolía
y sacudiéndome toda mi cuerpo vibra
y late a su compás.
¡Cuántos trinos!,
¡cuántos cantos!,
entre márgenes verdes
que se mueven al unísono,
el río viaja entre frondas verdes.
En armonía con el viento
soy una mujer poeta
que entre sus vaivenes odas
compone de celestes temas
pero con sus ráfagas rápidas precipitadamente
borra apenas las escribo con plumas veloces
para que no se vayan
a su través a recorrer el mundo.
En las invernales noches,
sopla con fuerza
haciendo que las pálidas horas
pasen hasta los días descoloridos
de nubes pardas y de hojas secas.
En armonía con el viento sintiendo
pasar los nubarrones tristes con lloviznas,
me acurruco en mi lecho viendo
pasar hojarascas amarillentas
y bajo el pampero que las empuja
van arrastrándose tristes y yertas.
Con los ramajes sin esmeralda dedos fantásticos
que el viento quiebra los viejos árboles
que tiemblan y se resquebrajan.
En armonía con el viento,
la primavera sopla la brisa suave
que conmueve mi corazón
en el aura ahora fresca y matinal.
Vuelan los ritmos otra vez en aromas
entre cantos que tañen las ondas de plata del agua
quieta del lago y el viento llega a mi alma
buscando poemas que quiere llevar lejos,
al mundo entero enamorado de la vida.
Con inocente ritmo todo el paisaje canta
y este vagabundo viento entre el follaje
hace revivir amores pasados y del hoy.
En armonía con el viento,
en una ardiente orquesta en un alado vuelo de poemas,
canta la aurora y mi corazón
en su rítmico con cadencia inspirada
en un millón de notas
me subyuga por el amor que por ti siento.
Un beso de tu alma
Un beso
de tu alma,
me
alcanzó una noche,
llegó
con dulzura y con una tierna caricia
estremeció
todo mi espíritu y mi cuerpo.
Con
pequeños trozos de tu eterna ternura,
tallaste
en mí,
las
letras,
prosas,
poemas,
entre
ideas estremecidas,
juntando
las palabras con pasión
y
alcanzando el éxtasis del amor.
Cuando
llegó tu beso a mi alma,
me
inundó de calor y luz,
entre
temblores de ansias
y
sobresaltos inauditos.
Tu beso
inundó el desierto de mi alma
como
néctar embriagante
que se
liba en el bíblico cáliz de los labios.
Un beso
de tu alma,
aún
como caricia esquiva,
no dejó
en mí,
amarguras
ni resabios,
sí
susurros,
dejándome
amor,
fe,
esperanza,
un
himno sin palabras
que se
elevó hasta lo alto,
modulando
suspiros y promesas.
Como
fugitivo y delicioso roce
es un
espasmo de delicia suma,
algo
que sabe a miel y dulce goce,
a
tibieza de cuerpo y perfume.
Un beso
de tu alma es la íntima
entrega
de un momento
que el
alma hace del ardor que nos sofoca,
son dos
vidas que se funden en un mismo aliento,
es un
cielo tejido entre dos con finos hilos de amor.
Un beso
de tu alma
es cual
aroma de azahar
en un
atardecer
suave y
cálido.
En mi
mundo interior se alargan,
temblando,
las
notas,
llorando
de placer,
en una
completa armonía
sin
sollozos agobiados ni congojas
dolientes
ni melancolías recordadas,
sólo
paz y calma total.
Entre
estremecimientos de placer
y una
expectación ansiosa,
espero
el beso de tu alma
y éste
al llegar hace resonar arpegios
refulgentes
de dianas sonoras
que
recorren cielos,
mares,
horizontes…
siguiendo
un silencio albo
que
refleja con ímpetus alados
el amor
ascendiendo a las alturas.
Un beso
de tu alma es la luz amanecida
que
hiere al despertar los ojos
y me
alumbra imprevista,
sin
saber por cual oscuridad llegará
como un
elixir que da vida a mi vida,
que
arranca suspiros profundos,
aún de
entre mis sueños velados.
Un beso
de tu alma es fuente de paz,
sosiego
y consuelo de mis minutos
de
eterna soledad.
En cada
amanecer me hace volar al paraíso
y
descender a la tierra
entre
música de arpas y violines,
danzando
mis prosas de amor
en
pentagramas colmados de letras sincopadas
que
flotan con luces de estrellas.
Un beso
de tu alma conquista mi todo,
me
lleva a la calma y a disfrutar de este
hoy
bajo la
sombra de plata de la luna precedido
de una
gran bandada de pájaros cantantes
que
entre apiñada escolta lo conducen
ligero
a depositarse silenciosamente
en mi
espíritu alado que lo espera ansioso.
Tu huella que mi mar se llevó
Tu huella que mi mar se llevó,
lejos, lejísimo,
ni se verán más tus pasos firmes y seguros,
ni sentiré tu húmeda piel sobre mi cuerpo,
desnuda está mi carne,
colando entre mis dedos mansa arena
aunque a veces hacia adentro
el deseo reverdece puliendo
artesonados por tu ausencia.
Tu huella que mi mar se llevó,
otras aguas se mueren en tu pecho
que son mar a mis sueños y mi olvido,
mas tus naves combaten y naufragan
en un abismo de geográfico equilibrio.
Iré a vivir el mañana sin que tú cerques mis huellas,
temblando de futuro,
a sentir la vida de prisa,
segundos, siglos,
siempres,
nada.
Alfabetos de mi espuma
un día te alejaron de mi mar
y yo por perdido te di,
quizás por un instante tan sólo.
Tu huella que mi mar se llevó,
porque ya no sentía las alegrías altas de tu querer
y las angustias de estar aún queriendo
poco me inundaron con lagrimones que anegaron mi pecho.
Sólo quedaron en mi alma los poemas,
las frases,
los monosílabos de amor
que se escondieron dentro,
muy dentro,
para que tu huella no se lo llevara a la nada.
Desde la tarde aquella que mi mar te llevó
aún andan por mis venas mis versos despacito
y muchas cosas he visto que pasaron traídas
y llevadas por el tiempo.
Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos,
sobre mí tú seguiste como el sol en los pétalos.
Y tu huella mi mar se llevó en la brisa de mi dolor caído,
con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto,
tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blanco corriendo hacia el desierto.
Tu huella que mi mar se llevó,
te llevaste mis caricias en el gesto de tu abrazo
y en tus palabras quedaron rumores
parecidos al lenguaje que llevabas en tu boca de agua
desde el más quieto charco al más agreste risco.
Entre el hombre y mi alma
se ha cruzado una espada de espumas blancas.
Ha sonado la lucha y me siento intocada,
mi mar te llevó,
estoy sobre los siglos con fiereza de olas…
¡Nadie palpe la sombra
que mi impulso ahuyentara!
¡A veces la vida me quiere estallar
en canciones de angustia inesperada!
Yo quisiera quedarme en el secreto
de mis penas punzantes como estrellas,
pero mi alma no puede alcanzar
el silencio del poema sin palabras.