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lunes, 29 de agosto de 2011

Espejismo

Espejismo, tú eres un espejismo en mi vida, eres una mentira de agua y sombra en el desierto de mi existir.
Espejismo, tú no brillas en mi vida, aunque brilles con una luz de agua. No amarras aunque amarres la vida. No llegas aunque llegues, no besas aunque beses…
Reflejo, falsedades de agua en tus ojos que como prismas de plata no brillan con el amor que dices sentir.
Espejismo, eres el verde que no existe, la frescura de ninguna brisa, la palabra de fuego que nadie escribió sobre el muro de mi vida…
Yo misma, proyectada en la noche por mí, en ensueño, ¡eso eres tú!...
Espejismo, sólo eres el espejismo de lo que un día fuiste, una luz difusa que se apagó en la nada cuando la memoria del tiempo se propagó en el más allá.
Espejismo, ilusión de entretejer lenguajes entrecruzados, engaños de tu voz, de tu susurro, de tus te quieros apasionados, eras delirios de un amor fracasado, antes del sollozo de los sauces y de las flores que acabaron en rimas, versos que empezaron tallos.
Espejismo, fuiste tan sólo inocente tacto de tu trémula mano que volvió derrotado como visión de engaño.
No eres más el único y verdadero ni el gran dolor que consuela al desnudo del alma.
Espejismo, sólo pasiones aparentes, falsos besos, ¿de dónde se han oído? ¿Cómo se creen reflejados en esa forma turbia de un espejo de agua?
Cruzando concéntricas tinieblas entre luces, vagas historias de amor, creídas por mi verdaderas y por ello, día a día, noche a noche estoy volviendo a mi interior para encontrarme a mi misma, limpia, casta y pura, con fe en que los espejismos desaparezcan ya de mi vida y broten nuevos arrullos a mi alma triste, dulce y melancólica en claridades de luna y brisas del jardín florido.
El húmedo espejismo borró toda la gala matutina, ni un árbol, ni una nube se destaca ya en esta blanquecina cerrazón que entristece el alba y no ilumina, débil luz crepuscular y opaca, ¡eso eres tú!
Espejismo, ¡hálito de abismo! flotas en esta alborada agonizante que me fatiga y marea y me marca de oscuros pensamientos, obsesionantes.
¡Desaparece ya! ¡húndete en el más allá, en el desierto lejano! ¡Déjame vivir esperando sin cansancios ni desalientos, el amor que me busca detrás de ti.