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sábado, 22 de octubre de 2011

Dos voces internas



Dos voces internas, ¿cuál es su diálogo? ¿qué temática las envuelve? ¿por qué han surgido dentro de mí, es que acaso necesito hablar y ser escuchada?.
Dos voces internas que se confiesan mutuamente dentro de mi alma, los mil misterios ocultos en secretísimos rincones, muy recónditos que nadie, nunca, los descubrirá, ¿por qué sucede esto? ¿cuál es el ritmo cadencioso de estas conversaciones íntimas?
Voces internas que su centro fulgura como el agua con fulguraciones de fragua y en los bordes casi al ras de la profundidad interna a rayas brilla la luz donde se torna la quietud y las voces desaparecen sin promesas de regreso ni de espera.
Voces internas, ¿Qué buscan? ¿A dónde me conducen? es un dúo interno que apacigua mi alma buscando lo que nunca lograré hallar, alguien que se ofreciera a escuchar mis cuitas, mis ansias, mis sueños, mis ilusiones y mis pensamientos íntimos de un corazón siempre enamorado.
Voces internas, aparecen y desaparecen sin saber por qué, en cualquier instante y me siento sola sin mi interior colmada de ellas y como ilusiones que se disuelven y evaporan como nubes, la tristeza me inunda.
Dos voces internas, ¡no me abandonen nunca!, déjenme vivir con nuestros diálogos íntimos, sin misterios ni penas, ni lágrimas prontas a desprenderse de mis grandes pupilas invisibles.
Dos voces internas, prontas y sin prisas a trepar y dialogar en mi interior sin más empeño de seguir la pura idea de ascender que el alma siente…
Si mis voces internas callan y un no silencio recorre mi piel y en mi ser, en su reemplazo queda un cielo gris y nublado, una melancolía que no pronuncia el adiós…
Mis dos voces internas callaron, su canción interna de ángeles y me dejaron sin armonía mi corazón.
¡Oh, dignas voces internas de la vida misma, las que dan energía, las que brindan calor a mi corazón!
¡Vuelvan pronto! ¡Quiero escucharlas con su tinte fino, con los colores de la emoción, sin dejar silencio en un espacio lento ni nostalgia de su melancólico son…
No me abandonen, no callen, no se en qué notas musicales se esconden, estén en mi corazón siempre dándome el calor de la expresión y el palpitar de su diálogo.