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En armonía con el viento

 
En armonía con el viento, susurrante, fragante, cálido, entre vergeles escondidos de diversos aromas me envuelve y me iza haciéndome volar a mundos desconocidos.
Por el alba aparece despacio, en sigilo como un respiro en su delicioso siglo de olores de rosa en los pensiles del tiempo.
Me trae desde mi ayer aromas de desolvidos de campiñas florecidas, de desiertos áridos, de playas extensas con granos de arena que se filtran entre mis dedos.
En armonía con el viento me hace volar hasta lugares lejanos, me arrebata mi melancolía y sacudiéndome toda mi cuerpo vibra y late a su compás.
¡Cuántos trinos!, ¡cuántos cantos!, entre márgenes verdes que se mueven al unísono, el río viaja entre frondas verdes.
En armonía con el viento soy una mujer poeta que entre sus vaivenes odas compone de celestes temas pero con sus ráfagas rápidas precipitadamente borra apenas las escribo con plumas veloces para que no se vayan a su través a recorrer el mundo.
En las invernales noches, sopla con fuerza haciendo que las pálidas horas pasen hasta los días descoloridos de nubes pardas y de hojas secas.
En armonía con el viento sintiendo pasar los nubarrones tristes con lloviznas, me acurruco en mi lecho viendo pasar hojarascas amarillentas y bajo el pampero que las empuja van arrastrándose tristes y yertas.
Con los ramajes sin esmeralda dedos fantásticos que el viento quiebra los viejos árboles que tiemblan y se resquebrajan.
En armonía con el viento, la primavera sopla la brisa suave que conmueve mi corazón en el aura ahora fresca y matinal.
Vuelan los ritmos otra vez en aromas entre cantos que tañen las ondas de plata del agua quieta del lago y el viento llega a mi alma buscando poemas que quiere llevar lejos, al mundo entero enamorado de la vida.
Con inocente ritmo todo el paisaje canta y este vagabundo viento entre el follaje hace revivir amores pasados y del hoy.
En armonía con el viento, en una ardiente orquesta en un alado vuelo de poemas, canta la aurora y mi corazón en su rítmico con cadencia inspirada en un millón de notas me subyuga por el amor que por ti siento.

Fantasmas de duda


Fantasmas de duda.
¿Por qué me atormentan con inquietudes insanas las dudas de que tu amor por mí no sea cierto?
Fantasmas de duda.
¿Cuál es la razón que sólo pienso en que no te voy a perder en lo venidero dejando mi corazón desgarrado y sin el caudal de dicha que aún lo inunda?
Fantasmas de duda.
¿A qué darle palabras a poemas de amor si tú no los lees, no ves lo que se ve, aún el poema está aquí completo para ti?
Fantasmas de duda.
¿Cómo no recuerdas todo nuestro amor que empezó en auroras cenitales ya que yo siento que en un víspero terminará pronto?
Fantasmas de duda.
¿Por qué siento que el futuro es distancia y qué poco a poco pierdo lo venidero ya no más ser es estar siendo los dos amándonos?
Fantasmas de duda.
¿Cómo evitar soñar con las promesas de ver en mi luna sus estrellas hechas de puras letras y de eternas escenas de amor?
Fantasmas de duda.
¿Por qué me someto a esta soledad con penas dibujando un mundo que no existe, un imposible espacio de reflejos, con el amor que anda sobre la lluvia o congela el sol para renacer de nuevo?
Fantasmas de duda.
¿Cómo decirte que mis mañanas están trémulas de voces que cantan el amor hacia ti, pero tú no respondes te has ido tendido en el río hacia otro lares?
Fantasmas de duda.
¿Cuál es la fuente del amor verdadero, la del agua quieta plena de verdades, sin prejuicios ni traiciones y sin huidas?
Fantasmas de duda.
¿Cómo llegar hasta ti, desnuda y pura, sin ansias, con mis miradas de amor y tú me recibas en tus brazos, feliz de tenerme sin preguntas con tan sólo silencios?
La duda, la indecisión, el no entendimiento, nos conducen a senderos oscuros y olvidados, pero permitiendo que la felicidad nos inunde en calma y por momentos, gozando y cantando el amor a la vida.

En lontananza

En lontananza, eterna y dolorida, la vida me conduce lejos de ti, a horizontes desconocidos.
Soy como una paloma que lleva dentro del pecho desilusiones, buscando esa floresta que se le ha perdido dentro de su alma.
En lontananza añoro tu dulce querer al que me entregaba entre esperanzas nuevas para volvernos a amar entre ansias de arreboles entre espesas noches.
Ahora, oscuras amarguras me agitan, algo ineluctable, callado crece y en fatigada tristeza te busco en el confín distante.
Te pienso presente en palabras pasadas, en lontananza por montañas y ríos mi cuerpo te busca, mis ojos re abrazas, mis labios te besan, no me pidas olvido…
Tus letras ya no son tus cartas de amor, son frías y distantes y el cambio me quiebra, me rompe y me duele.
En lontananza, en esta distancia lejana me alienta el volver a escuchar tu voz que como sonido celeste viene a mí a pesar de tu ausencia.
Esperanza inútil, aliento despacio, ya eres viajero infinito del camino tuyo. ¡Qué eterna y dolorida lontananza! ¡Qué inexorable la distancia en el tiempo!.
Quisiera que las sombras que avanzan se oculten en su trágica envoltura y que regrese a mi alma plena de ilusiones el amor perdido y olvidado.
En lontananza, quiero volar muy lejos, hasta el cielo, al infinito y gritar mis sentimientos al espacio sin oídos.
En lontananza cercana vienes a mí, levantando polvaredas y al fin a mis brazos te rendirás.
Ya no más espejismos como vorágines se acumularán en mi existencia, ni mis pupilas de lágrimas acumuladas no estarán nunca más vidriosas por el amor perdido y desolado que volvió a mí
buscando su nido en mi alma para rendirle culto a la vida y mantener este amor que se ahogaba en el silencio.