Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 21 de diciembre de 2012
Mar de lágrimas
Mar de lágrimas, inunda mi rostro frío colmado de
sal, tristeza infinita que se arraiga en mi alma porque tú no estás a mi lado.
¿Cuál es la razón de llorarte tanto amor?
La desazón de mi espíritu me lleva a llorar a
orillas del mar en noches serenas y cálidas.
Y lloré un
río de lágrimas hasta quedar exhausta y sin sollozos.
Mis heridas y dolor se han ido ya con las lágrimas,
me siento vacía esperando el mañana que me traerá un nuevo amor verdadero pleno
de cariño y ternura.
Mar de lágrimas, en mi corazón todo lo que existe
ahora es sólo el dolor del duelo basado en la nostalgia de un amor pasado como
humo en el viento por el amor perdido.
Mar de lágrimas que como gotas de sangre migran a
mi corazón fluyendo a través de la ventana del alma con mis rotas emociones.
Son sollozos de un sueño de un amor perdido y que
nunca pude encontrar en una búsqueda eterna de ti, mi amado, mi pasión única.
Mar de lágrimas, mensajes silenciosos de esta vida,
columpiándose en un dulce retraso de un morir que no perdona.
El destino se estremece en la punta de una rama
cuando al pesar de la gota hace inclinarse a la hoja ya casi rendida.
Mar de lágrimas en un puro silencio se deslizan
suavemente con su gran menuda carga, de tanto y tanto cristal celeste, de
gotitas de dolor y aflicción.
Mas no me doblego, no me rindo, me yergo y me alzo
entre luces de diamantes en volandas me voy en búsqueda del amor soñado.
Morir, vivir, equilibrio estremecido, son pausas
entre vida y muerte creando en mi entorno hondas de calma.
Tantas lágrimas perdidas, tantas huellas en mi
piel, ya no rompes mi silencio, nada es igual que ayer.
Mar de lágrimas no puedo permitir que el mundo gire
en el recuerdo, puedo desafiar la oscuridad y vivir entregando mi corazón roto
a quien no cree en el amor.
Volveré a pensar en el sueño que por ti abandoné,
en un renovar de alegrías y gozos mi vida se tornará feliz y placentera entre
soplos de aires cálidos en torno a ondas de calma.
Mar de lágrimas entre brisas frescas, el alma
siente que pasa por ella algo nuevo, es el sendero a un nuevo cauce con un gozo
nunca sentido, un verdor, una alegría, unas estrellas y un río que me lleva a
un nuevo mundo de amor.
Esperando sola
Esperando sola con la fe puesta en
un impecable gozo del poder de estar juntos. Esperando sola, el espíritu vuela,
revolotea, salpicando nubes, pleno de alegrías, sosiego y paz. Sé que estarás a
mi lado, tocarás mi frente y toda mi alma de regocijo se iluminará. Eres mi
único amor, el que esperé siempre, del que me siento amada y como juntos
tejemos la vida, sorprendidos y asombrados, el sol brilla más y la luz nos
inunda. Así vivimos la vida entre voces de silencio y gritos de pasión, sus
hebras nos enhebran sorprendidos de que este deseo mágico sea una realidad. Mi
alma en tu alma es el arte de vivir a pleno el existir de sentir que el amor
nos lleva por sendas áureas de nubes de cielos carmesí. Esperando sola, percibo
tus miradas que se cruzan en un atisbo intenso de amor. Esperando sola,
esperando me trasmitas en mis ojos que vives enamorados de ellos, que te roban
la ternura más profunda y son dueños de todas tus pasiones. Esperando sola el
vivir juntos el hasta ahora esperado, trémulo, inagotable de promesas unidas,
ya que la vida es la sorpresa que nos conduce al amor percibido de ayeres
vividos. Esperando sola, iluminas mi mundo, me envuelve la dulzura de la espera
me aquietas las ansias, me conduces al fuego que soy hoy. ¡Ven a mí! ¡Te
espero! Corro y quiero alcanzarte para encontrar en ti, el arte de vivir en
plenitud total.
Soñadora
Soñadora, me envuelven los sueños de amor como suave manto levísimo, buscándote, amado, sin saber donde encontrarte con miles de palabras invisibles, gritando tu nombre en el espacio infinito.
Soñadora peregrina, sobre el balcón de mi vida, veo obnubilarse la aurora por cenizas de estrellas apagadas y necesito tenerte a mi lado.
Como soñadora fiel, bañé con luz de luna mis poemas de amor, esculpidos para ti en papel por ríos de sueño, por siempre.
Soñadora, que escribe en el terciopelo de mis versos, mi amor, que la musa inspira cuando me encuentra y se irá al alba entre perladas brumas del recuerdo.
Soñadora, busco la raíz de los quebrantos para hacerlos desaparecer, para siempre y poder encontrar el amor cálido, el que me espera y entregarme al goce perfecto.
Soñadora, voy a los ayeres sin angustias desoladas, con el anhelo de evadirme por fin, de frustraciones y vivir soñando en el aire llenos de memorias, plenos de luces, de felicidades e ilusiones de afanes de amar y de ser amada.
Soñadora de tibios presagios sin rumbo, que corren tras ardores de amores, sin soledades en sus labios, en búsqueda de tu cercanía, presentida ya muy cerca.
Soñadora que vive buscando con los ojos, penetrantes, avisores, en las altas madrugadas tus vagos rasgos imprecisos, tu cuerpo fuerte, tu inventada figura, imaginando donde tú estarás. Allí en la oscura noche donde el silencio lo puebla todo.
Viajera inalcanzable
Viajera incansable,
fascinada por el ir y venir buscando revelaciones de otras vidas y lugares bajo
luces indefectibles.
Pasajera de la vida que con fuerza y voluntad avanza sin tropiezos
en pos de lo anhelado, lo indescifrable, lo desconocido.
Viajera incansable que busca un solo camino, ese que hay que
abrirse con el alma y las manos, sin ceder un ápice y seguir adelante en pos el
amor.
Vivir infatigablemente con su morral a cuestas, día a día, noche a
noche, sin que las manos colmadas impacientes tiemblen. ¡Qué liberación!
¡Qué felicidad! Felicidad hallada a través del mundo, en el seno
de la naturaleza toda, flotando entre mensajes y cartas de amor recibidas con
el placer de que alguien piensa en mi existir.
Pasajera incansable, que con fuerza arrolladora va cumpliendo su
meta, su misión de fuego puro, buscando ser feliz cada día del despertar en
esta vida de luz y amando a todo lo que encuentra a su paso.
Viajera incansable, mi destino es volar como pájaro, abriendo
surcos en el cielo desesperadamente, para vivir resistiendo al dolor, a la
heridas, buscando con tesón la verdad y el verdadero amor.
Como una arrolladora fuerza su mente viaja con ella y sus palabras
en nuevas formas cada día buscan un orbe nuevo, pleno de alegrías y
felicidades.
¿A dónde te diriges viajera incansable?
¿Qué es lo que pretendes alcanzar? ¿Será quizás la luz de la luna
en sus crecientes o menguantes o los océanos plácidos o estremecedores? Buscas
el amor, el que protege, el que ampara, el que con cariño y dulzura hace latir
tu corazón con latidos acompasados.
Viajera incansable ando por el mundo real y el mágico sin que mis
pies tengan el más mínimo contacto con la realidad del suelo y sus caminos.
Vivo la alegría fabulosa de ir por el
aire y el sol me daría triunfales signos de libertad. ¡Amar hasta
el más allá no entre piedras ásperas ni suelos desérticos! ¡Ni guijarros
punzantes! ¡Amar en libertad!
Chispazos de recuerdos
Chispazos de
recuerdos, vienen desde el ayer cercano, uniéndome a ti, apareciendo con tu voz
susurrante que endulzó mi vida y que apretándome el corazón al derribar mis
murallas tantas veces levantadas para no sufrir ni ser herida.
Chispazos de recuerdos, que como diálogos de nuestras almas en
miradas atentas, sorprendidas, milagrosas, sorpresivas, consuelos y bálsamos
que nos unen en una alianza continua, permanente, constante, sentida.
Chispazos de recuerdos, de carcajadas frescas que repercuten en mi
memoria que dormida quedó desde que nos alejamos.
Te pienso, te respiro, te extraño y hasta siento la caricia del
alma que tu mi amado una vez allí dejaste.
Chispazos de recuerdos que invaden mi mundo viviendo otra vez hora
tras hora la dichosa vida de ilusión y pasión que me hará esperar siempre ese
amor vivido.
No existe brevedad en el tiempo del amor cuando es recordado ya
que fueron y seguirán siendo momentos únicos e irrepetibles.
Chispazos de recuerdos que dejaron en palabras escritas en las
madrugadas cuando te pienso poemas hilados en pensamientos entrelazados.
Chispazos de recuerdos que como relámpagos en el aire en una tierra
prometida colma mi memoria que se inunda de ausencia.
Pasan por mis ojos calles lluviosas que recorrimos juntos, labios
que se besaron con pasión, voces que se colgaron de mis letras.
Chispazos de recuerdos que atesoraré por siempre desnudando mi
alma para no olvidarlos.
Hoy, tal vez, sólo escuches en mis nostalgias solitarias y plenas
todas las letras de mis frases de amor que atrás quedaron entre colores y
risas.
Chispazos de recuerdos, siento en cada poro de mi piel tus
caricias suaves y hoy empecé a llorar por fin y a cubrirme de entera soledad.
No existen los adioses ni las despedidas, no se pueden romper en
mil azogues de plata lo vivido intensamente.
Chispazos de recuerdos del tiempo vivido no perdido en horizontes
lejanos, sí sentidos para siempre, uniéndonos en una verdad imperecedera que
será nuestra luz y nuestra guía en esta vida donde lentamente caminando por
apartados senderos nos seguiremos amando hasta convertirnos en el mundo de dos.
Embriágame con tu mirada
Embriágame con tu
mirada, dame la fascinación de reflejarme en tus ojos de miel, necesito tus
palabras de amor. ¡Ámame!.
Sólo se necesitan miradas, caricias, suspiros para que las
emociones se eleven hasta horizontes lejanos y el amor nos conduzca como dos
seres únicos que vuelan al orbe infinito.
Embriágame con tu mirada, llévame al mundo que por doquier lucen
los verdes, los rojos, los azules y el aire revolotea tibio, alegre, donde
renace la vida clamando amor y temblando de emociones, a alas tendidas,
reclamando un sitio para reposar y anidar, amor de ojos, de bocas, de manos, de
alas y de vuelos.
Embriágame con tu mirada, enfrentemos juntos la naturaleza y la
vida, las promesas y la realidad.
Llévame bajo tus alas, detrás del perfume de algún cielo y que
esta felicidad soñada me acune temblando de emoción por tu mirada tierna y
apasionada.
Embriágame con tu mirada, que como cegadora luz que nos rodea mis
ojos son los que te miran para saber quienes éramos tú y yo: la luz de dos.
De dos, porque mis ojos embriagados por los tuyos sólo pueden
verte a ti.
Ni recuerdos nos unen, ni promesas, lo que nos enlaza sólo entre
dos, únicos dos, tú para que yo te mire y yo mirándote vivir podamos ver esa
luz.
Que nuestro amor se encuentre en un lecho de rosas, sin heridas ni
sufrimientos, ni dolores y si aparece la pena, sólo lo haga con aroma a
conquista, un olor a gloria.
Embriágame con tu mirada, déjame sentir la paz en tu interior,
manos llenas de amor, riqueza en tus letras cuando se oyen en el aire, aire que
fluye llegando a mis oídos como notas tocadas en un piano que se sienten en el
alma
colmada de paz y amor
Felicidad y alegría cada vez que en mis ojos tu mirada se
aposenta.
Embriágame con tu mirada y como una flor no lejos de la noche mi
cuerpo mudo se abre a la delicada urgencia del rocío.
Vida, mi vida, déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo y en
un canto arrepentido vigía detrás de mis poemas, mirarme en tus ojos, sin
miedos, para hacer de mí la ofrenda, el ramo que el viento abandona en el
umbral.