Páginas

Prodigio


Prodigio de vivir en un mundo deseado, de nobleza en el horizonte inmenso de la Historia.
Prodigio de vida exquisita que sólo lo profesan los que aman en expresiones de maravillosos portentos de sentimientos.
Prodigio de alegrar la soledad al agitarse en cadenciosas rondas forjado con risas cristalinas el mundo que nos rodea con una vida sonriente, bajo un cielo transparente, cuajado de luces de amores vividos.
Prodigio que en voces secretas, como por milagro primoroso dos almas se unen y conversan en son de fascinación entre miradas de poetas, en un lenguaje mudo, en el que los espíritus primorosos hablan.
Prodigio que asombra, que nos hace temblar en un pasmo de palabras, calor de besos, presión de manos, sollozos que estallan de felicidad.
Prodigio de amor, un instante detén allí el vuelo, recoge las alas y bajo la luz de la luna entre los reflejos nocturnales de las estrellas que el paisaje baña, amémonos entre suspiros claros como campanas vibrantes.
Prodigio de la noche, desde la gloria del amor los poemas vuelan, transcriben sin saberlo, temblando en palabras el sentimiento mutuo de dos que se aman.
Ópalo que abrillanta sus colores, encandila la ilusión con infinitos tornasoles, plenos de fulgor ante el prodigio de nuestro amor.
Elixir que nos inunda en un paraíso de dulcísimo encuentros entre sonidos que acarician, instintos que convocan, arrobas de emoción, aromas que iluminan, fulgores que cautivan, laberintos de illusión.

Una red


Una red tejida de sueños con hilos de aliento y de ilusiones donde tú y yo estamos envueltos entre dulces caricias y besos arrebolados.
Busco en praderas de papel sobre la grama menuda las letras de mis poemas que en la red se entretejieron.
¡Qué mágicos alfabetos en las hojas sin tachas surgieron unidos en la red infinita inspirados por ti!
Odas lejanas en cláusulas marmóreas, blancas, de celestes temas, lentas pasaron entre los lazos que la red anuda.
Tú y yo en la red del amor abrazados en las hojas de la mañana nos amamos ¡qué milagro!.
Con mis manos levanto una tormenta, vientos huracanados, nieblas tenebrosas para que nos escondan mas allá de todo que entre la red de la vida plena de angelicales arrullos de nuestras almas enamoradas.
Nuestros destinos se estremecen sobre el heliotropo del crepúsculo y escondidos entre hileras desteñidas de redes de ternura nos amamos más allá del tiempo.
Nos miramos a través de las sombras de la red y sin querer viviremos fieles a nuestro destino donde el mar aún dulce nos entrega sus orquídeas de sales para que nuestros corazones como bandadas de cardenales se agiten, aleteen y palpiten entretejidos entre hilos
de amor.
La red, qué sensación de bienestar es estar entre tus brazos, trémula de amor en la malla fina y transparente que nos oculta del mundo para descansar y amarnos a solas.
Esta dulce vida que nos lleva a que el destino nos estremezca y en volandas nos entregue a una luz de amante con hilos de plata entorno a ondas de calma.

Depurados cristales


Depurados cristales que me llevan a otro plano de existencia. Esta poesía es por ti, fuiste quien me la inspiró. Todo sabe y huele a ti hasta el silencio es rumor detrás de depurados cristales.
Quizás es el fruto de un sueño, puede ser realidad, no sé si será una sombra o será algo más.
Depurados cristales, detrás de ellos no se si serán delirios de mi mente te veo y te siento, te buscare hasta el fin entre azogues opacos y brillantes allí donde estés tú.
Este amor entre espejos y cristales corre por mis venas como un río y escucho tu melodía cantarina y fresca que penetra en mi cuerpo y que como un cristal se me clava por dentro.
Déjame lentamente fluir por tu esencia entre depurados cristales puros y perfectos.
Cada cristal como un ser vivo tiene mil caras, energía pura y en él te reflejas tu donde tu corazón palpita y busca el mío.
Son momentos mágicos, son sensaciones, sentimientos que nos conectan con nuestro cristales en nuestro ser interno.
Depurados cristales que me llevan a escribir mis estrofas como ánforas de azogue, airosas y puras, galas de enigmáticas formas sorprendentes, son mis poemas, mis más dilectos y esquivos compañeros míos que del infinito cristal del alma es el eslabón
con lo inefable.
Depurados cristales nuestras almas se reflejan juntas en diademas propias como adornos de multicolores reflejos.
Nuestro amor con sus almenas de cristal quebrados en la bóveda infinita nos trasunta a un mundo nuestro, lejos del todo.
¡Ay noche inmensa, reflejada en mil cristales de perfil seguro!
¡Ay silencio sin fin, lirio maduro que en el azogue se enciende con mil colores!.
Caminemos en la vida casi juntos como iré paso a paso y entre los dos un muro de cristal como el viento que vibra y nos estremece.
Depurados cristales que sin buscarlos, los hallé como regalo celestial para que protejan y cuiden este amor recién iniciado.