Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 22 de enero de 2013
Amor sin dueño
Amor sin dueño, quiero que mi alma se eleve hacia
lo alto entre suspiros entrecortados y anhelos de amar con total intensidad
haciendo palpitar el corazón con ritmos placenteros y sin ansias ni afanes, sin
que un ser me esconda entre sus brazos y no pueda sin límites amar hasta el
infinito.
Necesito que mis armoniosas y pequeñas risas y
lloros en flor se congreguen al son de las alas de mis sueños.
Mis frases, mis estrofas de amor, son nubes que
flotan y para ello hay que tener luz de estrella para iluminar mi vida en
silencio plácido y sin fin.
Amor sin dueño, quiero ir por veredas de la tarde
perdida y sola, sin sentir el cercado de ramas que quieran encerrarme con
trabas ni cerrojos.
No quiero que nadie pase por mi mente como un aire
domado con ramas verdes que cercan mi sosiego.
Amor sin dueño, no se atreva ningún ser a entrar en
el plato sonoro de mi silencio queriendo quemar la llama hirsuta de mi frente
como un ave de marfil en primer vuelo.
No quiero ser un pentagrama vacío, me quiero llena
de notas que palpiten en mi alma encontrando los versos, las prosas, que abren
las alas y vuelan levantando un remolino de cadencias que como ecos lejanos
llegan a horizontes cercanos.
No deseo que mi corazón de poeta sea un rojo sol
prisionero, quiero sentirme libre para amar con todo mi espíritu por doquier,
aquí, más allá, lejos, en infinitos espacios.
Necesito cruzar el éter dormitando en el silencio
blanco de la luna llena o como en potros de llamas cabalgar en los cometas.
Hundirme libre en el mar o bajar libre al abismo
donde la luz no penetra y donde millones de ojos me sorprenden y contemplan,
son los diamantes que el gnomo amontonó es sus cavernas.
Amor sin dueño, vuela, corre, descansa, se lo coge
a puñados como al mar y cae sobre las almas que me rodean en un sueño eterno
sin despertar ya más.
Suelto, escapado va, sin que se sepa dónde, sí
pisando los cielos que miramos o bajo el techo que es la tierra nuestra, inasequible,
incierto, eterno jugando a existir siempre y a su paso en las altas madrugadas
unas alas invisibles lo golpean, lo llaman, lo necesitan, es el amo seguro que
se cierne volando a ras de tierra para todos en un enamoramiento total de la
vida.
No sé quién eres
No sé quién eres, ser anónimo, desconocido, que
quiere entrar por resquicios de mi entreabierta vida para escudriñar mi alma
que como alba nube se eleva hacia el infinito.
En los duros biseles del silencio, inmóvil como
águila señera no permitiré que hurgues mis deseos ni roces el llamado de mi
voz.
No sé quién eres, te desconozco, tu voz es extraña
para mí, te desconozco en mis miradas, desnuda o disfrazada.
Eres el desconocido por estas tierras de mi hoy y
de mi mañana.
No quiero tener cerca el aire que te cerca la
garganta ni despertar en tus pupilas por no apoyar mis ojos en el aire.
Tus llamadas son nada para mí, tú no estás en el
verde levantado del árbol donde pierdo mi albedrío y en el viento caliente del
estío, ni en la orilla del mar enamorado.
No sé quién eres, tú estás contra un muro hablando
y mis sentidos crecen a tu espalda, flamígero cipreses en hilera y por los
aires un círculo amarillo huye demudando mi casta y pura alma.
Quieres hurgar la raíz de mis sentidos vedando con
tu figura con un cerco de jóvenes olmos mis poemas de amor que se esconden de
ti, el desconocido.
No sé quién eres, muda su verdura el monte nuevo
con un temblor tocado de rocío y tú el anónimo como un árbol doncel quieres
irrumpir en mi vida con un viento por vientos perseguidos.
Crece en mí una hiedra pálida de dudas ahogando en
desazón al pensamiento y buscas de tener las horas de la espera en la ramazón
elástica del viento.
No sé quién eres, sólo sé que estás rezagando mi
camino como cruz que aprieta las nubes contra el cielo.
Es inútil que me busques me persigas con tu voz, tú
pisas otro suelo y lo ignoro cuál es tu anhelo, yo soy vagabunda del cielo, tú
un vagabundo de la tierra.
No sé quién eres, no me busques, no me podrás
hallar, la luna es una nota errante que se extravió de su cantar y con su luz
agonizante me esconde y entre secretos me cobija para que tú no me encuentres
jamás.
No sé quién eres y prefiero no saberlo.
Besos esquivos
Besos esquivos, entre tu verdad más honda y yo me ponen siempre tus caricias leves.
Tu boca es mi única ley, tu boca de dulces y miel.
Tu boca que sin prisa besa y me apasiona es la cárcel de fuego de tu aliento que enciende mi boca y hace que mi cuerpo se desborde en un sentimiento puro y callado que se pierde en mis adentros para estallar en tu cuerpo y gritárselo a tus sentidos para que así terminemos unidos en un grito de pasión que sólo escucha nuestra piel.
Besos esquivos, quisiera yo, amado, tus besos esquivos de aliento de cerezas elocuentes, de labios frescos, almíbar, ciertamente, quisiera yo tu beso fugitivo.
Tus besos son de noche aún más ávidos y ardientes y nuestros labios cavan en la aurora un espacio del gran besar nocturno.
Un beso no esquivo te pido a ti, mi amado amante, para el fuego que viene en mis entrañas encendido, por tu boca mi ruego escucha para que mi razón de vivir no grite por sosiego y mi corazón clame por otro latido al sentir tu beso ausente.
Besos esquivos, los busco, los persigo, surgen en mis poemas de amor para que viajen hasta tu alma y despierten en ti la dulce estrella de la pasión, ojos de luna, corazón suave y tierno que me dará sus besos de miel y así las venas de tus sentimientos se abrirán como un jardín florido.
Mi dulce amor, espero tus besos esquivos, sin ellos la vida no tiene sentido, te has convertido en mis poemas eternos, mi luz, mi inspiración… Cuánta lucha y dolor… Lágrimas,
poemas, desafiando la razón y resistiendo distancias y tiempos.
Hoy pintamos poemas, plasmados de besos, adornados de abrazos, caricias, susurros, fuego… No hace falta pluma o papel pues nuestros cuerpos hoy… se convirtieron en lienzos...
Besos esquivos, ya no más, hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria.
Quiero besos silenciosos, no esquivos, sí nobles, sinceros, no enigmáticos, sí besos que se dan sólo las almas verdaderas y sentidas.
Quiero besos que arrebaten mis sentidos, misteriosos, que dejen en mi alma mil sueños errantes y perdidos, besos perfumados, tibios que palpiten en íntimos anhelos ya que parecen azucenas por sublimes.
¡No más besos esquivos! Quiero besos que en mis labios dejen huellas como un campo de sol surcado por un amor verdadero y único.