Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 2 de febrero de 2013
Hálito de brisa
Hálito de brisa, no soy más que
un soplo de nada, no soy más que nadie, sólo aliento de energía.
Hálito de brisa, no soy nada,
soy el todo que desgrana mieles y amores por el azul cielo como bailan los
paladines, danzarines sin fin.
Hálito de brisa, en mi retiro de
nubes con leves vahos duerme el aura, en su nido de seda y tul, el aura que
como soplo alegre y suave se torna brillante y puro en la nada y en el todo.
No soy nadie, sólo hálito de
brisa y cuando el aliento levanta sus alas corre de flor en flor llamando como
una exhalación a los frutos en sazón.
¡Oh, el aura quinta esencia del
amor!
Por el rocío enjugada la brisa
se hunde en el albor y perfumada e inexpugnable se eleva la ventisca e invade,
duerme y apacigua al que duerme sin amor.
Hálito de brisa que vuelvo a
hallar, es el mar mezclado con el sol pese a la noche solitaria y al día pleno
de fulgor.
No soy nada, soy el todo, voy
con el hálito de brisa en pos del amor, en las aguas profundas que acunan las
estrellas flotando como un gran lirio lentamente envuelta en mil velos de tul.
Hálito de brisa, como fantasma
blanco recorro los bosques lejanos murmurando tonadas en el aire nocturno y el
viento cual corola de azahares me acaricia y despliega, acunándome, su velamen
azul.
Hálito de brisa, salgo de un
nido del que surge el temblor del amor.
Un canto en ecos misteriosos,
cae del cielo oscuro entre laberintos tenebrosos que en instantes se torna
brillante y puro al alcanzar el amor.
¡Qué sueño de cielo, albores,
aura y amores!
En las noches estrelladas floto
como un gran lis, entre flores, vuelos y ventiscas suaves.
No soy nada, soy el todo, el
mundo tiene sed de amor y con esplendores de luces se va con la triunfal
aurora.
Vigilia de mis noches
Vigilia de mis noches, una
eterna velada, vuelta al plenilunio en mi silencio, he escrito cartas de amor.
Nunca me había sentido tan
aferrada a la vida tendida junto a ti, mi amado ausente.
Vigilia de mis noches, cercanía
de cuerpos y espíritus, viajamos próximos, nuestras manos se cruzan por el aire
y dejan vorágines de amor en la creación.
Sin palabras, nuestras voces se
entrecruzan en el infinito.
Vigilia de mis noches, eres la
armonía de tu canción de amor y llevas mi alma en un vaivén sin fin a rodar
sobre el eje de mi mente por no poder dejar de pensar en ti.
Escribo mis poemas de amor y
dentro de cada letra que te busca, mi pensamiento sin desvelos no sabiéndolo va
hacia ti.
¡Quiero estar a tu lado! ¡Yo,
nada más! ¡Nada más yo!, amando el blanco mármol de tu frente, besando tus
manos pálidas y buscando el amparo de tu pecho.
Vigilia de mis noches, buscaré
tu figura en los ríos del tiempo para llevarla lejos a la tierra de nadie.
¿Llegan a ti las voces de mi alma?
Vigilia de mis noches,
respirabas en mí, en mí, pero muy dentro, como los tiernos brotes de una planta
pequeña.
El aire de tu vaho llegaba al
pensamiento dándole vida al canto del pájaro que sueña.
Vigilia de mis noches, me
sujetas las manos he impides que me derrumbe y no dejas que mis ojos cansados
por el peso del tiempo armen espejismos pequeños.
Estás en vela siempre, me
cuidas, me proteges, me envuelves en embrujos de prismas para que nada ni nadie
me deje olvidada en el reino de los versos.
Vigilia de mis noches, desvelo
de mis días quieres que mis minutes se hagan más anchos y estiras el tiempo en
retoños pequeños para que nada me hiera, ni el más distante dolor.
Y por ti entre nosotros dos…surgió
la densa nube que separa la noche de radiante mañana y nuestra cercanía creció
deprisa dejándonos unidos por fin entre luces inocentes y conjuros de
pájaros trinando al aire puro de una tierra nueva y
nuestra.
Melodía de prodigio
Señales de prodigio, entre mil
asombros está sonando tu canción, sus acordes acarician mis sentidos y sus
letras, con hermosas alas van alegremente…dulcemente entrando en mi vida.
Moldeando con su bella afinación
matices que adjudican galas, exaltados en gloriosa melodía. Que entre versos de
amor y notas han fluido como por milagro y comienzo suavemente a tararear, a entonarla,
frase a frase procurando seguir su compás, degustando sus aires y tonadas.
Melodía de prodigio, con mi voz…intentando
corear un jolgorio, que entre estrofas nace y me cubren con su ritmo más y más,
y su melodía me envuelve con su garbo y cantar.
Es saeta con gracia modulada, es
su voz maravillosa con mágica dulzura que en el aire vuela suavemente.
Es presencia en recuerdo que te
nombra. Es calor y sonido como en un ensueño singular que vigila en cada tono
muy airoso y desplaza su imagen reposada, gentil, salpicando el todo con un
alborozo que asombra.
Melodía de prodigio, que
acaricia los sentidos, me fascina, se modula la emoción… Un cosmos de
irresistibles sonidos, inminente consecuencia de tu voz.
Ópalo que abrillanta sus
colores, me cautiva…se encandila la ilusión…
Un infinito de seductores
tornasoles, inminente consecuencia de tu fulgor.
Regocijo que desboca los
latidos, me convoca…se inflama la ilusión… Elixir que inmortaliza el
sentimiento, me sublima la calidez de tu melodía de prodigio.
Tus notas y letras de amor son
sonidos que acarician, arrebatos de emoción, aromas que iluminan, fulgores que
cautivan, laberintos de ilusión.
Melodía de prodigio, un silencio
nos llega y con él, el eco que ya tu melodía ha pasado, con palabras aclamando
que sólo escucha mi mente. En su ahogo silente me dice que el encanto de tu
melodía de prodigio y su presencia se han fugado.
Quiero seguir recordando y
anhelando, escucharte y escucharte nuevamente y en mis poemas que me regala el
alma, en un don de ensoñación quiero que contemples mi amado, mi mundo interior
colmado por tu paz interior y tu melodía de prodigio.
Tuya soy
Tuya
soy, tiéndeme tu abrazo, ¡ay!, ¡cómo te necesito, apóyame, respírame, grita que
me amas!
Cascarón
de hojas, vahos de campo, de vida, de viento, de lluvia.
Hueles
a cuerpo húmedo, mi pasajero fugaz, necesito tus besos apasionados con sentimientos
profundos y tiernos.
¿Cómo puedo pensar o decir esto?
¿Casi
sin respirar o atontada? Cada día quiero más de ti.
Tuya
soy, hoy y siempre, no te pierdas en lo venidero, a ti me acerco en tu
presente.
Ser
es estar siendo.
Prisa,
apetito de las lejanías, torpe atropello de las largas dulzuras del minuto, da
tiempo al tiempo.
¿A
qué darle palabras de amor al poema si lo estoy siendo?
Tuya
soy, mi amor es lento.
El
caudal de mi dicha eres tú y como el del agua fluyen parejos, lo que ellos
hablan y la espuma dice suenan de acuerdo.
Tuya
soy, tan sencillo es quererte que a veces se me olvida que vivo de milagro el
amor fabuloso que al cargar sobre ti ingrávido se torna y como lo redimes de
sangre o de tormento, por fuerza de tu pecho, con corazón de magia, siento la
ilusión de que estás conmigo, muy cerca, a mi lado.
Tuya
soy encuentro la ternura en que se injerta el color de tu piel que me soborna y
adoro tu palabra que trastorna y apura mis sentidos buscándote siempre.
Pienso
en acariciar tu pecho al descubierto y todo lo invisible que te rodea, me
complazco en la luz que te contorna, muerta de amor en lecho enfebrecido, pasto
de celo en huerto clausurado, corazón por tus flechas percutido.
Tuya
soy, hambrienta de amor soy una llama que por ti clama.
Un
agua no pausada sí cantada, se allega por tus manos a mi pecho, ¡oh ríos sin
espuma, tan alzado, que moja las puertas de mi cielo!
Tuya
soy, los signos de tu grave y dulce voz me reclaman a cada instante y
despiertas mi ternura y mis requiebros.
¡Qué
umbría en verde valle, qué collados!, ¡qué rama sumergida en niebla y cielo!
Tuya
soy, tú eres la música de mi vida en todo mi tiempo. ¡Te ansío ya!
Augurio misterioso
Augurio misterioso, en este día
largo y mío como siempre, pienso en ti y me palpa con destellos de sol que
glorifica y me ofrece el misterio de llevarte en mi mente escondiéndote dentro
mío para que no te vayas.
Y como augurio misterioso
empiezo a escribir mis versos naturales siguiendo el rastro de tu dulce aroma
que cada tarde trepa la luna blanca que nos esconde.
Vaticinio claro, profecía
llegada desde lejos, se que estaremos juntos, la magia de tu afecto le ha
costado a mi vida perderse en el ensueño que tiene todo lejos.
Augurio misterioso, presagio de
tu aparición en ardorosa noche que llegara con aroma y sabor a dulces manzanas,
mangos, aguacates, papayas, guanábanas y naranjas, y el verso crecerá largo
como pestaña joven vibrando con la fuerza de un asombro de alas.
Augurio misterioso,
presentimiento triste y doloroso que los planes que forjamos juntos ninguno fue
posible, cual memoria de un sueño se borró la esperanza.
Fuimos un centelleo, por nuevo,
poco fuimos perdidos entre las altas olas de la playa en este mar que ahoga un
llanto de magnolia y el verso de amor brota triste de esta alma acongojada y
rota.
Augurio misterioso, volveré por
ti, te encontraré, interrumpiré con una fuerte lluvia de palabras quebrando en
mil pedazos todo lo que nos desune y distancia.
Volveré por ti sin escuchar
presagios que auguran fracasos y dolores a tu lado.
Augurio misterioso, déjame ir
con sílabas y acentos a matizar la magia en
mis palabras, palabras que
vuelan en el polvo grisáceo y claro de las almas.
Y en el destello de papeles
antiguos que no acaban, uso plumas que proyectan poemas de amor que me llevan a
distantes albas.
Y la madrugada es hacedora luz
de inspiración, creando para ti en un augurio misterioso mensajes de amor que
nos unan en una extensa comunión.
Flechas en el corazón
Flechas en el corazón, son como
lanzas filosas, cortas, agudas, que despacio, lentamente, se incrustan de a
poco en mi pecho sintiendo inquietud, dolor y angustia.
Flechas en el corazón, dañinas y
molestas, debo arrancarlas sin apuro, de a poco, para que no arranquen ni un
trozo de mi alma que busca el amor.
Espero a Eros con sus flechas de
amor, entregadas por Cupido en un momento inesperado, en un devenir del tiempo.
Y de pronto, en un momento de mi
vida, surgieron como fleches perfumadas y dardos nacarados con mieles, mis
palabras en un poema de amor viajaron hasta tu alma.
Dulce estrella de la pasión,
ojos de luna, corazón suave y tierno de mi locura.
Primero fue un poema de amor,
luego otro y luego otro.
Sobre las costas de tu espíritu
se fueron amontonando mis versos.
Flechas en el corazón que
atravesaron tu voluntad, que fue cediendo como una ciudad asediada y las venas
de tus sentimientos se abrieron como flores.
Flechas en el corazón que me
llevaron hasta tus brazos, la increíble recompensa de los cielos y de todos
los dioses, tus párpados entornados mirando hacia el infinito en un apretado
abrazo de dos que se aman, tu calmo aliento rodándome el cuello.
Los poemas son mágicos y
enamorar es cosa de magos, el amor que nos trajo Cupido entre cielos celestes,
lunas llenas, mares en calma, nos colmó de felicidad, flechó nuestros corazones
con la flecha de la ilusión y ésta se expandió sin control dentro de nosotros
dos.
Flechas en el corazón desde mi
arco de amor te busco y casi sin aliento quedo porque a tu lado no puedo estar,
la distancia es inexpugnable y larga.
Pero existe la esperanza de que
quizás al menos en otra vida nuestras almas se encuentren enamoradas en un
tiempo tan fugaz y eterno, punto de luz para que la esperanza y la ilusión de
encontrarte no se escape de mí nunca más.