Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 15 de abril de 2013
Sólo a ti
Sólo
a ti, quiero a mi lado, donde en tus brazos me siento protegida y amparada.
Embrujamiento
de amor, llenaste con tu dulzura inmensa toda mi vida.
Sólo
a ti, junto a ti, el alba abre en la noche y el crepúsculo en el pecho del día
y el dolor de no tener la luz que no se tiene y el gozo de esperar lo que
vendrá.
Nos
amamos sin límites o sin medida, inseparables e indivisibles.
Sé
tú las alas y el espacio infinito, el ser amado sólo a ti me entrego, tanto en
el llanto y la desolación como la alegría.
Si
derramo lágrimas que no sean de tristeza y soledad sino de comunión con el amor.
Sólo
a ti, para ti, escribo mis palabras, mis versos, porque nunca más estaremos
solos, verdad de dos, fruto de dos, verdad paradisíaca y única, cuando terminan
las virginidades del día sólo y de la noche sola.
Nada
es tan infinito, tan completo, tan perfecto como el amor.
Sólo
a ti amaré, porque tú y yo esta noche y todos los instantes de nuestra vida,
tenemos la fuerza liberadora que nos conduce a vastas moradas invisibles del
infinito.
Hoy
no pensé en ti y tampoco estuviste en mis sueños y ¿sabes por qué? porque si
fueras un pensamiento éste pasaría con
el tiempo y si fueses un sueño despertaría y sería irrealidad.
Entonces
estás por encima de los pensamientos y de los sueños porque estás en el centro
de mi corazón.
Y
esto es amor.
Sólo
a ti, mi vida es tuya, ven a mis brazos, suelta esa felicidad que cumpla su
misión de fuego puro y así tú y yo nos abrazaremos sin movernos, locura
indispensable para ser felices.
Sólo
a ti te enviaré cantos de risas y alabanzas para compartir tu vida con la mía y
para que me enseñes de lo que está hecha la vida.
¡Eres tú quien puede
caminar en mis pensamientos y latir en mis adentros junto a mi corazón! ¡Sólo a ti te doy el valor de mis alientos
porque no hay duda ya de que nosotros somos los dos llamados posesión lenta, al
fin, del paraíso.
Dones de felicidad
Dones
de la felicidad, ofrenda pura y casta que puedo hacerte llegar con todo mi
amor.
Dones
de dulzura, dádivas para el ser bueno que merece que me apegue a ese algo que
fluye de manera natural y libre.
Dones
de esperanza, regalo que te entrego con paciencia y valor, sin cadenas que nos
aten, sin frustraciones ni pena.
Dones
de ilusiones, que vuelan muy alto sin obstáculos hacia el fondo tierno del
horizonte, donde caben las alas que se elevan al más allá.
Dones
de alegría, gracia que el destino te ofrece con arrebatadas fuerzas, vendavales
del mundo para que nuestras almas estén eternamente unidas.
Dones
de dicha, regalo de una vida gozosa y plena de luz, viviendo juntos, sin
sombras alargadas, ni besos no recibidos.
Dones
de gratitud para agradecer el amor que nos lleva a vivir amando entre risas,
belleza e imaginación.
Dones
de visiones de otros mundos, que entre estrellas de lo ignorado y de lo inmenso
podamos asomarnos al vacío en jirones pálidos de incienso.
Dones
de la inocencia, pura, crédula, casta, que nos envuelve cuál capullo
trasparente y traslúcido para que los males, dolores, quejas de este mundo no
nos hieran nunca.
Don
de la paz, que nos rodee, nos inunde nuestro mundo interior, nos lleve por
caminos abiertos y brillantes sumergiéndonos en la inmensidad de tú y yo.
Don
de la claridad, que inunde nuestros corazones rebosantes de amor, del
verdadero, con luces cálidas, sin tinieblas en el espacio de nuestro existir.
Don
de la lealtad, carisma de un carácter puro y de una sensibilidad para nosotros
mismos y para los demás que nos rodean.
Don
de la fidelidad, merced que nos otorga la vida para sentirnos en un espacio de
existir, medido por la luz del alba, hasta el crepúsculo.
Dones
de la vida, no abandonen nuestros corazones bajo el gran cielo azul, tiemblan y
viven latiendo con sus encantos de brisas tiernas que se cubren con vergeles
tupidos dibujando en nuestro Yo bellezas que abren nuestros caminos en el
existir.
Vuelo del alma
Vuelo
del alma, frágil y etérea que se eleva vagando inmersa y callada en el suave
viento dejando que vuele sin contar las horas.
Cómo
céfiro suave duerme mi aura nívea y en la luz del primer día tanto tiempo
esperado y tanto tiempo olvidado mi alma
voló como hálito fresco entre sueños y risas, danzando sorprendidas, trenzando
pasos leves.
Vuelo
del alma, en busca de la esperanza, entre ardores de pasión y abrazos de amor.
La
buscan los sauces temblorosos llorando contra mi piel y los rizados nenúfares
suspiran a mi lado.
Vuelo
del alma, libre y solitaria, que se va lejos, muy lejos, a los confines del
mundo buscando trasmutar la tristeza en felicidad y encontrar los júbilos del
mañana.
Y
llegó de pronto entre su vuelo raudo, un rayo con luz de fronda que
revoloteaba con su alegría.
Mi
alma toda estalló en risas, tan suaves, risas tan hermosas de cristales
desgranados que en claros trinos, trémulos mis besos volando fueron en la
búsqueda del amor sin límites.
Vuelo
del alma, vuela alto, muy alto, no te quedes en el medio del camino, porque
allá, adelante… ¡algo te espera!
Vuelo
del alma, que me lleva entre fragancias místicas de sueños a crear versos que
nacen de mis manos en noches donde dibujaba en el cielo mis alondras con alas y
juegos, mis ríos con sabor a secretos.
Vuelo
del alma, buscando en calma la luz de tu
mirada, enrejadas sombras en mis noches, durmiéndose la luna en el silencio del
firmamento azul del recuerdo.
Vuelo
del alma que se esconde en el infinito, se alarga como el mar cuando se
esconde, sin barcas ancladas en ningún puerto y sin poemas guardados con
desvelos ni extraviados entre letras.
Esas
donde encontré por vez primera nitidez de las auroras, extasiando la ausencia
para que el olvido no duela.
Vuelo
del alma, ve y busca el libro de añoranzas y en odas de almanaques despiertos
guarda en el santuario los versos olvidados.