Páginas

Pesares del ayer


Pesares del ayer vuelven a mis recuerdos cual de puerta pesada cuando gira sobre gonces de hierro enmohecido.
Anidaban en las grutas del olvido y ahora pregunto ¿por qué regresan en un sombrío torbellino?  Pesares del ayer renacieron en una mañana apenas comenzaba, áspera y fría cual musgosa bruta y ardieron en el cielo de esa aurora nubes de un rojo intenso como en un conjuro infernal, colmado de bramidos cayendo cual torrentes.
Pesares del ayer como nubes de borrasca me inundan con un ronco eco de dolores idos.
Todo aquello pasó pero aún en mi mente siento remordimientos por no haber sabido actuar con límites y dejar pasar al dolor por mis fronteras que debían protegerme.
Pesares del ayer, mi afligido pensamiento quiere ahuyentar las sombras de aquellos ayeres, de aquellos amores que en vano llegaron a mí.
Pesares del ayer,  recuerdos que deben irse al lugar secreto donde reina la paz y el silencio haciendo irse muy lejos a los tormentos imborrables y a las tristes agonías como son una mano fría dentro de mi pecho.
Quiero que todo lo pasado que provocó dolor se hunda en hondos precipicios palpitando en un viento ardiente como el que sopla en un gigante incendio.
Pesares del ayer, dejadme vivir desde el Hoy la vida en un continuo palpitar de alegrías, esperanzas, ilusiones sin llantos ni gemidos, plena de amores y deseos calmos.
Y poco a poco nacerán los versos, las frases, las prosas, entre perfumes de flores guarnecidas de pimpollos nuevos. Y entre risas y lloros en flor mis prosas volarán en las alas de mis sueños.
¡Versos! ¡Palabras de amor!, me hacen refugiarme en el mundo del olvido sin pesares del ayer, sólo estrofas entonadas como canción de vida.
Pesares del ayer, unos los hundo en el mar, otros cruzan por el éter para que beban luz en las estrellas y no regresen jamás a mis recuerdos que tan sólo quieren revivir los mejores instantes de felicidad de los ayeres de ayeres y en este Hoy dormitar en el silencio de la luna llena rodeada de luces brillantes de amores nuevos.

Sedúceme


Sedúceme, conquístame con tu voz profunda y única y tus palabras colmadas de amor que llegan a lo profundo de mi alma dominando mi razón y rasgando mi piel.
Aún en tus silencios tu voz me acaricia, me subyuga, me estremece en un letargo impreciso que el tiempo desgrana.
Sedúceme, sin siquiera tocarme, haz que mi deseo tiemble entre delirios, ilusiones, incertidumbres.
Necesito vivir en un rincón de tu presente y que mi imagen la guardes atiborrada de recuerdos.
Sedúceme tan sólo con tu voz en un aire silencioso que como bálsamo errabundo me busca en la oscura lejanía.
Te siento pero no te tengo, mi cuerpo mudo de cariño necesito ser pasión en polvo de cenizas para que me armes con tus besos redentores.
Sedúceme, tendrás que hacerme hoy y fuego, vivir presente en mis formas afiebradas.
Necesito reír contigo, escuchar con tu voz de horizonte tibias de palpitación tus palabras de amor.
Enséñale a mi boca a que te busque en la intimidad del silencio, en la compañía del pensamiento.
Sedúceme poco a poco, despierta todo lo que en ti provoco que me hace pensar que necesito tu risa y alegría cada vez que me llamas.
Estás lejos, lo sé, pero te siento tan cerca que me llega tu sabor a gloria de tu alma y tus coqueteos me hacen estremecer de placer.
Sedúceme con tacto como si fuera seduciendo al viento o como desojando una rosa y dime como enredarías tus dedos entre mis cabellos, hoy los he peinado con perfume de sándalo.
Dime lo que quieres con mezcla de ternura y de ansias locas que penetren en mi alma que te está esperando.
Sedúceme como distraído, respira profundo, acércate a mí con tu voz serena, con tus palabras que como caricias hacen vibrar mi cuerpo y sentir ese tu aroma de flor de azahar sobre mi cara.
 Quiero sentir cerca tu aliento cálido y dulce, que no se apague la débil flama de este amor febril recién iniciado.
Sedúceme con tu encanto, átame con tus deseos desde tan lejos, confiésame tus anhelos y déjame vivir en tus sueños.
Te nombraré en mis suspiros, te dibujaré en el pensamiento, te querré con los sentidos y te entregaré mis sentimientos.
Sedúceme hasta en mis sueños, que tus dulces palabras de amor repiquen como ecos en mi alma que te espera ansiosa con deseos de compartir contigo todos esos distantes de estar juntos con gozo y placer. 

Pérfido corazón


Pérfido corazón, con hábiles maniobras y lastimando mis sentimientos  tu ingratitud me invadió hasta lo más profundo.
Me heriste con tus maliciosos juicios, ignoraste u olvidaste todos mis esfuerzos para darte lo mejor en tu vida.
Fuiste un baluarte para mí cuyos muros cayeron por tu incomprensión y tus desalmados sentimientos.
Pero aunque todo sea un gran todo, trataré de que parezca una nada.
No quiero recordar tus perversos esfuerzos para herirme y lastimarme.
Rompiste mi corazón con tu hábil indiferencia pero cruzaste la línea con ladina porfía y supiste hacerme sufrir hasta que un manto de lágrimas cubrió mi pecho.
Ahora ya no quiero saber más nada de ti.
No eres nadie en mi vida, fuiste el todo, mi ternura, mi amor, mi protección, mis cuidados, todo eso ya ha desaparecido en el espacio infinito de la nada.
Todo tiene un principio y un final, lo que sentí por ti se terminó ahora busco un sino, un sendero, una luz, donde refugiarme a curar mis heridas las que tú causaste y no me verás más, para ti desde hoy no existo, soy invisible.
Comprendo que nunca comprenderás el daño que me hiciste y en algún momento de tu vida cuando yo ya no esté pensarás en tu actuación cruel y mezquina hacia mí pero ya no tendrá solución, lo pasado ya fue.
Empezaré a vagar sola encontrándome conmigo misma, buscando donde está la verdad, cuál fue mi error, en qué camino de errores me sumergí para no volver a cometerlos y en el hondo silencio de la noche encontraré las respuestas aún dudosas de por qué recibí estas heridas sin haberlas creo provocado.
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos y así podré sobrellevar lo que sucedió esa noche, a quien quise tanto y por celos, envidias, rencores, me destrató y surgió su furia queriéndome hacer pedazos.
Ese hombre nació de mis entrañas, un fruto hermoso que colmó mi vida, fue lo más querido, lo más preciado pero hasta hace poco se transformó por los pasos de la vida en otro ser deshumanizado y sin sentimientos buenos.
Ya la vida lo llevará por otros caminos, donde su corazón cerrado se abra al espacio sin fin del amor.
Yo no lo veré ni lo sentiré, pero son mis deseos los que lo lograrán y podrá encontrar el camino de la verdad.
Cuando la razón indica decepción hay que darle paso a la razón para que no sufra el corazón.
Desde hoy mi tarea es llevar mi vida en alto, jugar con ella, lanzarla como una voz a las nubes a que recoja las luces que se me habían ido lejos.
Ese es mí sino: vivir plenamente entre risas, alegrías, olvidos y amores renovándome cada día para encontrar la luz de la plenitud llenándome de gozos con alas por el aire como las mariposas o las nubes flotantes.