Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 15 de junio de 2013
Detén el tiempo
Detén
el tiempo,
en
un lapso preciso donde tú y yo nos amábamos.
Tiempo,
detente…
y
devuélveme todo lo que te has llevado.
La
tarde ha terminado
y con ella mis ilusiones han volado hacia el
infinito,
quiero
irme cuando decline el día,
en
altamar y con la cara al cielo
donde
parezca sueño la agonía y el alma,
ave
que remonta el vuelo.
Ya
no estoy contigo,
te has ido para no volver
y
no quiero recordar los últimos instantes
en
que éramos uno en dos.
Detén
el tiempo,
quiero
volver a vivir el cielo y el mar a solas contigo,
sin
voces ni plegarias sollozantes,
como el majestuoso tumbo de las olas.
Tiendo
mis brazos en todas direcciones
para
ver si te encuentro,
abro
mi pecho acústico para oír tus palabras
que
lleguen a mi corazón sonoro.
Pero
tu voz no llega.
¿Dónde
estás?
¿Por dónde pasa el río tembloroso de tu
imagen?
¿Dónde
estás?
No
te encuentro.
No
capto tu huella de luciérnagas
y
me quedo en la noche oscura con mis rígidos brazos esperando.
Detén
el tiempo con tus manos
y
así pensar en este amor para siempre,
el estar juntos,
el estar amándonos
y
así tu detienes la noche con tus caricias,
tus
mimos,
tus abrazos cálidos y desgarrantes
y
volveremos a ser lo dichosos que fuimos.
Este
amor que siento por ti
es
como el mar,
se ve el horizonte,
pero
no se ve el final
y
por eso detén el tiempo en tus manos acariciando mi cuerpo, juntos, muy juntos,
mirando hasta ese horizonte sin final.
¿Sabes
tú que el tiempo es como el fuego ardiente de felicidad?
Este
dulce amor que en mí nació,
fue
cuando te vi
y
nuestros corazones en coloquio interminable
se hablaron de nuestro amor,
de
lo mucho que nos amamos.
Los
días son nuevos en cada instante
cuando
en tus manos el tiempo lo detienes
y
tu sonrisa reflejada en tus ojos
como
brillo mañanero me hace soñar despierta
con
los ojos abiertos sintiendo paz en mi corazón.
Soy
una llama de amor,
muerta
de amor en lecho entibiado,
pasto
de celo en huerto clausurado,
alma
que tus flechas han percutido.
Detén
el tiempo,
no
permitas que quede en una isla encallada y sola,
hambrienta de amor,
ya que tu cuerpo por pábulo reclama.
¡Ven
pronto a mí!
Haz
que las distancias se muevan como alas
y
amémonos hasta el fin.
El aroma de la noche
El aroma de la noche,
con un perfume de yerba buena y a pinos, con olores refinados que se
despertarán en el campo a la mañana.
A veces rumoroso se
aproxima y a veces alejándose se apaga.
Con inocente ritmo todo
el paisaje canta.
Es la hora del amor y al
vernos juntos un espejo azulado, un arcoíris se enciende.
El olor de la esperanza,
siempre es el más deseado pues es la sal de la vida, la que yo siempre he
soñado.
Todo el paisaje canta.
La luz en los renuevos y
en las nubes se enciende.
El aroma de la noche se
nos acerca más por el vagabundo viento entre las ramas.
Todo el pastizal con
flores húmedas de fragancia nos inundan en nuestro tibio lecho ebrios de dicha
y amor encendido.
Me gusta el aroma
apasionante de la noche, fragancia melancólica de magia escondida.
Inquieta y penetrante
como nuestro deseo y pasión.
Tan puro y tan denso…
como un vino de amores.
El aroma de la noche nos
conduce entre susurros, murmullos de amor, perfumes de magnolias, azucenas,
amapolas, que nos tienden juntos, en un nido de paz.
El canto de la aurora se
asoma como una claridad triunfante, vuelve en la nave de la noche blanca y él
se hace más denso cuanto más aclara.
Huye y ajusta el corazón
su rítmico latir a la cadencia que inspirada con un millón de notas nos subyuga
y en un millón de arpegios nos levante cuando al comenzar a brillar la aurora
todo el paisaje canta.
El aroma de la noche,
misterioso, vibrante, subyugante, un naranjal en flor nos acuna y tú aprietas
mis deseos bajo las estrellas rutilantes, calientas mi piel con tu pasión al
viento.
Fluye el río del tiempo,
nos empapamos en sus aguas, se nos encoge la voz, nuestras miradas se endulzan.
Se nos agranda el
corazón, la piernas se acalambran, se estremecen nuestros brazos y se yerguen
nuestras espaldas.
El aroma de la noche,
límpido, calmo, cálido y el aire hiende en pos de la campana, averigua del río
los cristales, perfumes, luces, formas y sonidos azuzan y apaciguan nuestros
sentidos en un riesgoso y repetido juego de amor hasta lo imposible.
Detrás, en la noche, la
espesa niebla del misterio y más allá, ocultos en nuestro recóndito lugar, un
dios mudo, sordo y ciego nos contempla.
Cuando el cielo se afina
al conjuro de un sutil cosquilleo de flautas y la última estrella remisa
abandona su puesto de guardia, no perdemos tú y yo en el abrazo final de esta
noche nuestra y nos seguiremos amando siempre.
Levitación increíble
Levitación increíble, me
elevo hacia otros horizontes, mi mente me lleva a otros espacios saliendo en
forma sorpresiva de mi estado natural.
¿Buscando qué?
¿Hacia dónde?
¿Por qué?
Es que al elevarme a
otro dimensión escapo de la realidad de pensar en ti, mi amado, que te has ido
de mi vida sin decir por qué.
Flotar entre las nubes
como copos de nieve es esta en una paz infinita, es encontrarme a mí misma,
estar a solar conmigo misma y amar mi interior que está colmado de amor para
dar por doquier a las almas que lo necesitan.
Me elevo para despedirme
de ti, como un sueño sin final.
¡Qué gran vida contigo
sería en pie, alerta los dos en el sueño de este mundo real!
Convergencia de dos
almas que si aún amándose sin saber por qué se separan, me elevo para no
sufrir, en un dormir en el sueño que sueño.
Levitación increíble,
asciendo hasta deshojarme a un recuerdo de rosa segura, inmarcesible, puesta ya
todo a salvo de otro amor u otra vida que los que vivas tú.
Es la despedida ya, voy
a dejarte.
¡Afuera, afuera, ya, lo
soñado, flotante, marchando sobre el mundo sin poderlo pisar porque no tiene
sitio, desesperadamente!
Huyo ligera, te abrazo
por vez última, eso es abrir los ojos, no puedo compartir tu amor con otros
amores.
Levitación increíble, me
alejo, hacia el infinito, hacia arriba, para poder olvidarte, buscando lo que
aún no he encontrado, un alma limpia, exacta, que hable mi mismo idioma.
A la vida infinita, sin
término, echan lazos pueriles los segundos, los días, el tiempo, no serán
contados sin ti a mi lado y me iré al silencio profundo del espacio.
Levitación increíble, mi
corazón sollozante y sangrante, libre está para volar por la ventana de mi alma
semientreabierta, entre sollozos puros de dolor.
Me alejo y mi
pensamiento no se aleja de ti, sueño en mi levitar que estás conmigo y en alas
del sueño se puede encontrar un nuevo destino, me iré a las cimas de montañas
donde se congregarán los vientos y soplando uno tras otro junto al agua del río
darán vida a un concierto.
Nunca te olvidaré, mi
dulce y sereno amor será sólo para ti y desde todos los instantes fugaces del
alma y en el ocaso cuando el mundo parece estar bajo los efectos de mágicos
segundos, mi alma toda entera te estará esperando en un intrincado ovillo de
pensamientos jamás expresados que sólo tú podrás que se abran como una corola
de pétalos donde el amor estará impregnado.