Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 27 de julio de 2013
Vivir amando
Vivir amando
sólo hay que vivir la
vida
que te conduce entre
alturas del mundo
sin sentir la fatiga
de haber subido como
recompensa
de vivir amando.
Mi ser en prosa,
en velocísimo viento
atraviesa la vida en
segundo, minutos, horas,
sin que se caigan o
destruyan
todo lo que deseamos.
Nuestros esfuerzos
que cuestan a veces
sollozos
a veces risas que como
rosas secas
te alfombran el paso
convirtiendo los días en
peligros en llamas
al vivirlos con toda
intensidad.
Y entre galardones de éxitos,
triunfos, amores
milagrosos,
prologamos el hecho
máximo de amar
con la pena y el pecho.
Conquistando en afanosas
lides,
entre gozos parecidos a
juegos,
días, tierras, espacios
fabulosos,
a la gran disyunción,
que está esperando
hermana de la muerte
o muerte misma.
Vivir amando,
medalla que merece
recibirse,
cada beso perfecto,
aparta el tiempo,
lo echa hacia atrás,
para ensanchar el mundo
breve
donde pude besarse
todavía.
Va en el llegar,
ni en el hallazgo,
tiene el amor su cima,
es en la resistencia a
separarnos
en donde se le siente,
desnudo, altísimo,
temblando.
Murmullos en la noche
Murmullos en la noche,
colmada de cálidas
palabras
encendiendo velas donde
el viento
sacude negra soledad.
Ayer en la noche,
entre los silbidos del
viento
acaricié el pétalo de tu
sombra.
¡Qué extraño fue!
Murmullos en la noche,
los dos quietos,
abrazados en un solo
cuerpo,
sentimos en oleadas
de viento y agua
que la esperanza viene a
nosotros.
Murmullos en la noche,
somos dos,
sólo dos,
con miedo a ser uno.
Miedo a amar y a dejarse
amar
miedo a pasión
desbocada,
miedos a besos furtivos y deseados,
miedo a vivir
entrelazados
bajo las ramas
confundidas y anhelantes
de los ligustros.
Miedo de ser naturaleza,
viva,
en la naturaleza.
Murmullos en la noche,
delirios alucinantes
de saborear la paz
serena de tu amor
y cada mañana tu aliento
de cigarra anida
mis ojos abiertos
en la penumbra quieta.
Murmullos en la noche,
que mi alma juglaresca
escucha
como fondo apabullado,
son murmullos que
como arrullos de horas
muertas
nos nombran,
para unirnos con mil
ojos
confundidos de caricias
en un viento indiferente
que juguetea con
nuestros cuerpos
plenos de amor.
Murmullos en la noche,
quiero que tú
con tus palabras y gemidos de amor
aturdas todos mis
sentidos.
Comúlgate conmigo,
apagan los murmullos que
deliran
desboca los temores
indefensos
y sólo
¡ámame!
y será, entonces, el
mundo nuestro.
¡Ámame!
Seré la sal de tu camino
y el verde de tu sombra
acogedora,
seré tu cuerpo de
perfumes
y aromas dulces,
brazos de estatuas,
esculpidas por la pasión
fresca
de mis formas tuyas.
Lujuria de amor
Lujuria de amor
entre dos seres que
viven amándose,
entre dos cuerpos
desnudos
en uno sólo,
enlazados por
enredaderas del amor.
Se buscan,
se inundan de
caricias aterciopeladas,
sensuales,
sus bocas como
aledaños de amor
no dejan de buscarse.
Lujuria de amor
éxtasis, pasión,
gozo, placer,
instantes que se
viven
como almas encendidas
y cuerpos en llamas.
Mi sed de tí
me ahoga,
reclamándote a cada
instante.
Te necesito
junto a mí.
Nuestra pasión de
locura,
nos lleva al frenesí
del placer procaz y
ardiente.
Nos enroscamos
entre sábanas
sedientas de amor
y tu cuerpo,
viril y fuerte
aprisiona mis muslos
y descubren el suelo
por mi pie desnudo.
La sangre corre veloz
por las venas
en una recorrida
total
por nuestros cuerpos
donde los orgasmos
se suceden unos tras
otros.
Tu lengua inquieta y
veloz
va a dejar su aliento
en mi monte puro y
virgen
que lo espera
ansioso.
Mis pezones se
excitan,
mi cuerpo se
balancea,
baila al compás del
amor sensual,
mis senos son tuyos,
¡ámalos!
como si fueran fuente
de placer intenso.
Quiero mi nombre
recogido en tu boca
para calmar la sed
de mis labios que
ansían tus besos.