Imagen esfumada
te percibo a través de tinieblas,
sé que me buscas
y no me puedes encontrar.
¿Es que acaso la vida
nos separó para siempre?
Y al estar tan sola, imaginando
tu imagen esfumada
mágicos alfabetos
aparecen en mis hojas sin tachas
entre monosílabos brillantes
que claman por ti,
- Sol, luz, más,
miel, ya, sí, no, voz, piel –
que siempre, de
tanto en tanto
aparecen en mis
poemas de amor.
Y aparecen frases
de amor,
odas que como
cláusulas marmóreas,
blancas, lentas,
llegan al papel.
Imagen esfumada,
intacta, pura,
que goza la
virginal delicia
de haber sido
vista
por ningún mirar,
sólo por mí.
Imagen esfumada,
no estás ya aquí.
Lo que intuyo de
ti,
cuerpo, es
sombra, engaño.
El alma tuya se
fue
donde tú te irás
mañana.
Tu ausencia es
larga,
vaga, indecisa,
estás conmigo y
lejos de mí,
dividiendo en dos
el zócalo del
viento.
Imagen esfumada,
y ahí estás,
rezagando mi
camino,
del cual bajan
sombras de tristezas
por no tenerte
siempre a mi lado.
En duras alamedas
de cristales,
padece mi corazón
un miedo tibio
y pasa lentamente
entre mis dedos
la luz difusa de
tu mirada ausente.
Imagen esfumada,
no te vayas sin
despedirte,
cada minuto que
el reloj desgrana
mi pensamiento
tanto más se afana
por descifrar tus
enigmas y señales.
Ya te estás yendo
detrás de la
espesa niebla del misterio,
quiero y necesito
volver
a estar contigo
aunque me
envuelvas
en una brisa
engañosa,
aderezada con
susurros
que saben a
lanzas
pero aún a pesar
de todo,
¡te quiero!