Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 5 de abril de 2014
Vendavales de dolor
Vendavales de dolor,
el viento se arremolina
a mi alrededor,
con densos movimientos
por el pesar que me envuelve
al darme cuenta de que te fuiste
para siempre,
me abandonaste aún
con palabras de pasión
diciéndome que me amabas
que me querías con toda tu alma.
Vendavales de dolor,
con mis manos temblorosas y a tientas
en la penumbra de la luz
de las velas encendidas
para que iluminaran
nuestro gozo y placer,
te busco inútilmente,
te fuiste sin un adiós.
La música que nos unía a los dos
ya no se siente,
se fue con el viento a horcajadas de las nubes
e incontrolada fantasía de amor.
Mis suaves y dulces poesías se escondieron
en lugares secretos de mi alma,
ya no son mas para ti.
¿Es que en unas horas
encontraste otros ojos en los cuales mirarte,
y otros labios para besar?
¿Cómo es posible que te hayas ido
despidiéndote con palabras tiernas de amor?
¿Eran fingidas?
¿Eran traicioneras?
¿Eran hipócritas?
No lo sé,
yo te sentí mío, igual que siempre,
amándote hasta el infinito,
sintiendo tu cuerpo junto al mío,
con el calor del deseo y del placer.
Vendavales de dolor,
sí, siento ira,
enojo, dolor,
pena, llanto,
desilusión,
desolación,
desespero.
Creaste en mí un vacío inconmensurable
en el que el amor se hundió en el abismo
del miedo y del terror,
de que todo esto sucedido sea verdad
y no fruto de mi portentosa imaginación.
Te sigo amando,
te esperaré hasta el final de mis días,
hasta que me alce en volandas de vuelos de
aves
hasta el infinito.
No puedo olvidarte
y te pienso a cada instante
recordando tus palabras de amor.
La vida
cambiará,
lo lograré con tesón y anhelos,
buscando un verdadero amor
que no sea falso ni traicionero,
que sea verdadero y único,
llevándome a sendas de una nueva felicidad,
no en vendavales de dolor.
La esencia de tu ser
La
esencia de tu ser bien oculta
en el rojo silencio de tus ríos interiores
duerme
tu espíritu en una fugaz luz,
estalla
en la mañana
como
amor retenida en pimpollo.
Mi
alma, cercada de tinieblas,
al
infinito se alarga
cuando tú como bálsamo tenue
me
haces perder el miedo
en tus
brazos que me estrechan
poderosos y frágiles
con la
fuerza de tu amor,
plena
magia
que
suena como dulce melodía.
La
esencia de tu ser me inunda
cual
hiedra de amor,
con tu
sangre vibrante
que forma
raíces profundas y enlazadas
en mi
mundo interior.
Naciste
como perfil modelado
en
blanda cera en los duros biseles del silencio,
estás
inmóvil como águila en espera,
con el
calor de tus hombros
enlazo
la cima de los cielos con la tierra.
No se
cuando empezamos a conocernos,
cada
mañana nos empezamos a encontrar,
cada
nuevo beso es para mí,
mi
primer beso,
mi
verso debía decirte
lo que
para mí has sido,
tú
tenías la palabra exacta
con
ternuras compartidas.
La
esencia de tu ser,
mi corazón palpita deseoso
de
poder llegar a tenerte en mis brazos,
sentir
tu sutil aroma,
con el
solo anhelo
de
llegar a reflejar tus ojos en lo míos
haciendo que mi alma se sumerja
en un
éxtasis infinito.
Así
esta pequeña ideología tuya
provoca
en mí los sentimientos más profundos
ideando
tu figura
mientras
nuestros corazones
siguen
bebiendo de la misma fuente
como en
la hora tiernísima del juego
y de la
leyenda,
regalándome
primaveras inagotables de tu alma.
La
esencia de tu ser,
esa
materia que se presenta
como un
himno favorito
entre
notas que suben en números acordes
de tu
pecho a mi oído
y
despiertan una viola celeste
llevándome al cielo como las alas de un ángel,
armonizando
su son con tus cantares y tus risas.
Siempre
amparándome en tu ser
y se asoman a mi pecho tus sentidos,
temblando
mi cuerpo
al
sentirte cerca de mí.
La
esencia de tu ser,
principio de un amor sin tregua,
así voy
por veredas de la tarde perdida
para
siempre en tu embeleso.
Mi
rostro feliz,
mis
brazos libres,
recorriendo
mis sentidos sin orillas,
vuelvo
a tu boca olorosa,
quedándome
en el deseo creciente de las aguas,
jugando con tus sueños y mis anhelos.
La
esencia de tu ser,
es mi
paz intacta
del
manantial de mi dicha.
Si tan solo…
Si tan solo te fueras por un
instante
y al otro te tuviera
conmigo,
latirían tus pasos
en todas esas vagas sombras
de ruidos,
tenues,
que suenan a ecos
en la alta noche estrellada.
Si tan solo pudiera
acercarme a ti
y darlo todo por tan sólo
una mirada,
surcar por los mares
y poder verte
aun cuando siempre estás en
mi presente.
Si tan solo pudiera detener
el tiempo,
si estuvieras frente a
frente…
caería desfallecida ante tu
sonrisa
y podríamos contemplarnos
en los aires tersos del
cielo infinito.
Todo sonido en eco tuyo
me lo convierte el alma que
te espera.
Vienes solo hacia mi
y tus pasos se sienten
siempre de estar viniendo
por la ausencia,
Dando ese largo rodeo
que das para volver.
Si tan solo pudiera vencer
las leyes que rigen el universo
y llevarte de la mano muy
lejos,
donde estemos tú y yo,
hacia los astros mas
lejanos,
a las estrellas más
distantes,
y susurrarte al oído
suavemente mis verso de amor
para ti.
Si tan solo pudiera cambiar
en un segundo mi tristeza de
ayer
y ser la melodía que tu alma
enamorada
hoy desea escuchar,
quisiera llenar los huecos
de tu alma
con ternura infinita
y hacerte suspirar
al contemplar la luna
en cada anochecer.
Si tan solo pudiera ser luz
y desgarrar las sombras
que hay en tu corazón
y transformar tu vida…
¡Si pudiera mi amor!...
¡si pudiera! Pero solo soy…
tan solo una mujer poeta
que le da por soñar,
que hoy tiene en su alma
un sinfín de ilusiones
casi todas marchitas
desapareciendo en instantes
sus sueños y alegrías
por no estar a tu lado.
Solamente soy el eco de un
lamento,
una voz en el viento
que gime en cada verso,
¡yo no soy más que eso!
tu libertad,
el tiempo en que tú la
gozabas,
se sentiría junto a mi
como siente el agua del
puerto,
pensativa en las quillas
inmóviles
sin turbulencias ni
borrascas.
Si tan solo nuestros largos
goces iniciados,
nuestras caricias no
terminadas
pudieran en lento encanto
hacerlas aparecer,
sin ansias,
sin prisas,
descubriendo nuestros
cuerpos
sin tocarnos,
solo por tactos inventados,
allí, en plena luz del amor.