Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 15 de abril de 2014
No sé dónde estás
No sé dónde estás,
mi alma acongojada y triste
no sabe donde ubicarte.
desapareciste súbitamente
detrás de una cortina de humo incipiente,
sin una palabra,
sin un aquejo de sentir adiós.
Sembrando mis dudas
en un camino sin fin,
triste y dolorosa.
Los desconciertos abarcan mis dudas
en mi mente que siempre lleva
el
concierto de tu voz.
No sé dónde estás,
mi alma con las manos frías,
buscando un abrazo de amor
en el transcurrir del tiempo.
No sé dónde estás,
dejare en mi recuerdo
imborrables momentos vividos junto a ti.
¿Por qué te ausentaste dejándome sola
con quebrantos de emociones
que se confunden?
¿Cuál fue la razón
que se
abrieron en mi mente
los
espacios vacios?
esperando un llamado
me perdí en los tiempos
sin tener una repuesta
a mil insólitas preguntas de tu ausencia.
No sé dónde estás
quiero escuchar tu vos,
esa voz susurrante y dulce,
que quedara en los recuerdos
más secretos de mi alma.
Necesito estar
a tu lado
ni que el tiempo ni la distancia nos separe
y quedemos juntos por siempre.
Dame una señal,
una luz,
una esperanza,
de que volverás a mi
y correremos juntos por las praderas frescas
sintiendo las brisas secas
y el viento que nos eleve
y quedarnos en un espacio infinito,
no nos lleves los otoños
y por toda una eternidad en nuestro nido,
gozaremos el amor con total intensidad.
No sé dónde estás
tantas palabras que esperan,
tantas poesías de amor
perdidas por tu ausencia.
Te seguiré buscando en la claridad de la noche,
en las frías mañanas del estío
en los crepúsculos de mil colores del cielo azul
intenso.
¡Ven a mí!
¡Búscame!
Camino de sabiduría
Camino de sabiduría,
voy hacia tí
en un difícil encuentro.
Las palabras sabías que se esconden
en resquicios de nuestra mente
nos dan fortaleza,
voluntad, valentía, conciencia
para conocernos a nosotros mismos.
Nos conducen al gran proyecto
de un alma inocente,
pura, viva en cada momento
de nuestro existir,
haciendo pétalos y sueños
a cada instante del Hoy.
Camino de sabiduría,
parece que nos lleva a nubes altas,
fantasmas sin asideros,
horizontes sin llegada.
Camino de sabiduría,
si estaba lejos, ahora para verlo
hay que volver la cabeza,
porque lo hemos perdido.
Si los recuerdos son
como
pétalos deshojados,
los debemos encontrar
para que nos lleven
al cálido camino de la sabiduría;
estaremos atravesando los sueños que soñamos
a ese lado que se llama la vida que se
cumplió,
derrochando sabias y profundas
alegrías,
amores,
dichas,
risas.
Camino de sabiduría,
el mundo seducido por el canto
del
gran proyecto del alma,
se nos ofrece, nos da
rosas,
besos,
hojas
multicolores,
corales bailando en el otro mundo submarino,
innumerables materias dóciles,
esperando que nos encaminen a ser mejores,
más puros, más sinceros,
más creyentes en las palabras sabias.
Camino de sabiduría,
labremos en nuestro interior
el gran amor por nosotros,
coronándonos la dicha que nos escoge,
nos declara capaces de creación alegre.
Palabras sabias primogénitas del gozo,
vivir plenamente enamorado
de la
vida.
Camino de sabiduría,
nos conduce meciéndonos en un flor,
en una roca,
en el
aire,
en el
cielo,
en el
mar.
Nuestro proyecto en el alma
es descargar el amor a la vida,
perfección casi imposible,
pero lo lograremos al vivir
enamorados del existir.
Camino de sabiduría,
el mundo se nos acerca
a pedir que le hagamos feliz
en nuestra dicha
al encontrar ciertas palabras sabias.
Horizontes y paisajes vienen a vernos,
nos miran, se achican
para entrar en los ojos,
las
montañas se truecan
en puñados de arena virgen y pura,
pero al tomarla en nuestro existir
pierden su vida fría,
están con vida en la palma de nuestra mano.
Camino de sabiduría,
leyes antiguas del mundo
para ir hacia
la felicidad del vivir.
Perdida en caminos oscuros
Perdida
en caminos oscuros,
misteriosos, secretísimos,
plenos
de honduras, sin luces,
me
encuentro en estos instantes
como
profeta de mis fines,
no
dudando del mundo
que
pintó mi fantasía
en los
grandes desiertos invisibles.
Perdida
estoy, reconcentrada y penetrante,
sola,
muda, predestinada, esclarecida,
en un
aislamiento profundo.
Mi
hondo centro,
mi
sueño errante
y mi soledad
hundida
se
dilatan por lo no inexistente
hasta
que vacilo
cuando
la duda oscurece
por
dentro mi ceguera.
Perdida
en caminos oscuros,
un
tacto sombrío entre mi ser
y el
mundo,
entre
las dos tinieblas
define
una ignorada juventud ardiente.
Estoy
buscándote,
quiero
encontrarte en la noche,
estoy
perdida sin ti.
Allí,
en la lejanía,
más
allá de las palabras,
de los
sentidos y las ideas,
en el
territorio oculto
de
tiempos escurridizos,
perdida
grito tu nombre,
te imploro
con una
voz tierna y apasionada.
¡Búscame!
¡Atrápame!
Y
agitando melodías de fuegos
en las
manos del arco iris
correré
libre hacia la luz
dejando
de habitar las sombras.
Perdida
en caminos oscuros,
quiero
encontrar el resquicio
para
llegar al terreno
donde
el amor sueña
libre en su soledad
y las
cruces desnudas
diluyen su lenguaje de espumas
recibiendo
la sencilla vibración
de los
corazones puros.
Me
alejo,
cruzando mil huellas oscuras,
pasando
el horizonte envejecido,
mirando
en el fondo de los sueños
la estrella que palpita.
Me
alejo, sí,
buscando el camino iluminado,
dejando atrás los caminos oscuros,
llevando en mis manos
aquel
cielo nativo
con un
sol gastado.
Quiero
llegar al lugar
donde
el amor cae
en
cataratas silentes,
día a día
por las
curvas sencillas del viento
desplazando
su caudal de perfumes
en el tiempo sin más ilusiones
que el
buscar el acento claro de la paz.
Perdida
en caminos oscuros,
huyo
presurosa
para hallar mis palabras
las que
se llevó el viento,
leves y vaporosas,
como
las huellas
de las
gaviotas en las playas.
Todo en
mi vida es un presentimiento,
soy
como hoja medio desprendida
que ya
la agita
sin
llegar el viento,
una
hoja perdida,
temblorosa
y conmovida.
Clara
imagen pura
de mi
búsqueda sin fin
de
encontrarte
para
amarnos y entregarnos
para siempre en el éxtasis
de una
unión secreta,
nuestra, sólo nuestra.
Perdida
en caminos oscuros,
voy
labrando sin tregua
ni senderos a la luz,
hacia
ti, para abrazar con mi cuerpo de luna
el
templo de oro de tu alma tranquila.
Vayamos
juntos
a la luz del día, ésta,
no es
aquella de ayer
ni la
que alumbrará mañana.
Búscame
en mis caminos oscuros
y en
volandas, únete conmigo
en el
horizonte sin fin.