Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 28 de abril de 2014
Soñando luces
Soñando
luces
que nos
encandilan
en esta
noche oscura y nuestra,
somos
una luz
que se encuentra con otra luz
y queda
iluminado el mundo
sin que
nada se toque.
No
sabemos ni el dónde
ni el
por qué.
La
ternura de todos los surcos
se han
quedado enredados
en
nuestros pasos
y los
dulces instantes vividos
siguen tenues
en
nuestras almas vibrando.
Soñando
luces,
la emoción que brotó de nuestras vidas
que fue
manantial desbordado
ha tomado la ruta del alba
y ahora
vuela por todos los prados.
Ya la
noche se fue
pero
quedan las luces
que con
destellos dorados
iluminan nuestra mirada,
queda el velo
que al
recuerdo se enlaza, apretado
y nos mira en estrellas semidormidas
desde
el cielo en nosotros rondando…
Soñando
luces,
que parpadean
al son de nuestros besos,
aquí en
nuestras manos,
allí,
dentro de nuestras almas,
perviviendo
el prodigioso saber
que nos hallamos juntos, muy juntos,
sin
sufrir memorias de dolores pasados.
Nada de
este milagro es recuerdo
porque el recuerdo es la pena de sí misma,
la tristeza del tamaño del tiempo
pero en
nosotros,
todo es eternidad, relámpago.
Soñando
luces,
sólo
vale vivir de cara hacia ese dónde,
queriéndolo,
buscándolo.
Soñando
luces,
como
centellas de plata
la
noche surcan
y al
surgir el alba
las nuevas emociones se atan
como
manojos de flores recién nacidas.
Todo
sabe a canciones y a fruto
como un
cáliz de eterna dulzura.
Se ha
quedado tu vida en mi vida
como el
alba se queda en los campos.
Soñando
luces,
anudamos emociones,
sorprendemos sonrisas
entre
nuestras manos caídas
desde
el pájaro más vivo
que se
asoma
a mirar
nuestro viaje alado.
Por
encima del mundanal ruido,
una
larga ilusión se fue rondando
e
inclinó la sombra de nuestras mentes
en el rayo de luz de nuestros regazos.
Soñando
luces,
todo el
Cosmos se abre a nuestro paso,
iluminando
nuestras huellas
que
transitan
por el
sendero brillante del amanecer.
Nuestra
vida estalla en caricias,
en
canciones inesperadas
y
nuestras almas no pueden
alcanzar
el silencio del poema sin palabras
y saltan por nuestros labios
hechas polvo de vibraciones íntimas.
Soñando
luces,
despejando
senderos oscuros
con
diáfanas y puras emociones
entre canciones felices
y el
dolor nunca se dará cita
con las
pintura transparente del cielo.
¡Soñando
luces,
en todo
nuestro existir,
arpegio
divino
que nos
une
en
espejismos de grandeza!
Lo que soy y lo que fuí
Soy un
alma peregrina
iluminada
por el amor,
entre
arrullos y cantos,
entre
claridades de luna
y
brisas de jardín
con el
corazón infinito
en el
cáliz naciente.
Boca
que busca
el
nuevo verbo de besar.
Fui un
mundo en sombras,
sin fuentes
para beber
ni
refugio de dulzura
en el
vago adormecer.
Lo que
soy y lo que fui,
ser
transformado con el cuerpo
llevando
el alma,
siempre
vanamente
a
pensar en ti
para
que te vuelva a olvidar.
Hoy soy
aire
que me
llena de espacio
y
equilibrio con calma
voy al
cóncavo delirio
con mi
mirada ininterrumpida
en el
vasto universo.
Lo que
soy y lo que fui,
cuerpo
íntegro,
alma no
más adolorida,
en el
mañana iré a lugares lejanos
sin
querer ni un resquicio de sombra,
apresando
siempre
el
resplandor supremo de un verso.
Fui en
el ayer, ayer de ayeres,
los
cantos del dolor entre sollozos roncos,
el amor
me había abandonado
y mi
corazón sufriente,
casi
temblando
se
hundía en el mar de llantos
entre
gritos y clamores
en la
cavidad negra de las olas
y en el
abismo del viento
donde
va lo que muere.
Lo vi
descender
al pozo
de las tormentas,
abrirse
como un loto
en las
aguas tranquilas,
bailando
en las olas,
rebotando
en las crestas.
Soy
ahora en este Hoy
un alma
inagotable
que
mana de una fuente
refulgente:
amor.
Amo la
vida,
abro
los brazos, me regocijo
y me
yergo embelesada
ante el
milagro del existir.
Antes,
mi espíritu vagaba
por la
extensión de la nada,
insensible
a las señales del viento melodioso,
ahora
río, canto, danzo
y los
versos, las ideas, las palabras de amor,
revolotean
a mi alrededor,
girando
bailes sin traspiés,
volando
en el viento
hasta
las hojas amarillentas
que las
esperaban con inquietud.
Mi
mundo interior
ni se
disuelve ni vacila,
se
desatan por dentro
los
miedos sin morir
y como
el canto de un violonchelo
se
evade y se extiende
en el
aire amortiguado
y se
derrama entre olas de caricias
y
ternuras frescas.
Lo que
soy y lo que fui,
antes
no tenía el caudal del amor
que
como río desbordante
inunda
tierras y campos,
ahora
tengo un corazón
pleno
de esperanzas
y de
deseos de paz y de felicidad,
yendo
al claro manantial
donde
la sed termina
y
comienza mi mundo de azul dulzura
resplandeciendo
en la transparencia
de un
nuevo amanecer.
Soplo de vida
Soplo
de vida,
está
entre una línea de fuego y misterio,
línea
subrepticia,
está también entre dos notas musicales
como
una nota entre dos hechos,
es un
hecho entre dos granos de arena,
juntos en donde hay
una
serie de espacios.
No es
tan sólo un sentimiento
que se
siente entre los intersticios
de la materia primordial,
es el
aliento del mundo,
es el Amor
que
como respiración continuada
llama
al silencio.
Soplo
de vida,
que me lleve a soñar lo que deseo,
porque
sólo tenemos una vida
y sólo
tenemos una oportunidad
de hacer lo que queremos
con
plena felicidad.
No es
de extrañar
que
busque el camino hacia ti,
con una letra mayúscula,
aferrándome
ferozmente
para
buscar el acceso directo
con
refrescantes sombras
y la
luz reflejada
entre los árboles
donde finalmente te he de encontrar
en mi
puerto de llegada.
Soplo
de vida, fugaz, leve, vibrante,
hasta
calar hondo entre sollozos
por
pensar en su final
pero sin angustias y gritos,
sólo pensar en el pecho vacío.
Un momento
de amor y dicha
es
suficiente para toda una vida
porque nacen y mueren en un instante.
Soplo
de vida,
mi amor por ti
me hace
sentir viva.
¿Será
sólo por un momento?
¡No!,
quiero la vida entera,
que
este sentimiento dure,
que sea
una pasión verdadera
entre
placer y gozo
que nos
una por siempre.
Soplo
de vida,
es el toque que mueve mi corazón,
el latido de la emoción, los sentimientos…
Nunca,
tú y yo, tan cerca,
vamos a dejar de ser luz de luna,
la
pasión y el placer de estar juntos.
Soplo
de vida, largo, que acaricia,
que excita, que agita
con
suaves movimientos
el
aliento que cuelga el sonido
que se pierde en la sed pura,
en el dolor y las caricias
que nos conmueven.
Soplo
de vida,
que
habrá soñado anoche esta cabeza mía
que al
despertarme con la luz del día,
sentí a mi corazón tan pleno
y al
apoyar mis manos sobre mi pecho supe,
que era por ti que así latía.
Soplo
de vida,
con
estrías de luz
haces maravillosos bosquejos,
deslumbradores,
que
rutilan por el agua
como inventos con resplandeciente afán,
alegrísimo
esfuerzo,
puro
juego,
en
ardoroso buscar la plenitud toda,
de éste
nuestro nuevo amor.
Soplo
de vida,
que me hace verter en páginas nuevas
y en
blanco mis metáforas consistentes
en
buscar todo mi amor
y endulzar
tu camino
esperando
tus gestos únicos
de
dulzuras y pasiones,
transformando todo el paisaje,
tocando
mi corazón, como luz.
Unidad
del alma, se multiplican los destellos,
lo que fue calma en fervor
de
innúmeros espejeos
que
entre la paz del agua,
anuncian el encendimiento de una palabra,
otra y
otra
hasta llegar al verso.