Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 8 de junio de 2014
Candidez amorosa
Candidez
amorosa,
mis
pasos de alondra,
pisaron
el otoño húmedo
y te
sentí volar entre la fronda
indiferente de viejos pergaminos,
te
fuiste lejos,
a
lugares inciertos.
Quise
seguir tu vuelo solitario,
quise
amarrar mis ojos
a tus
amadas alas,
quise
rehacer mis dedos
con tus
plumas,
quise
volar cerca de ti,
entretejiéndome
entre
tus cálidas caricias.
Candidez
amorosa,
inocente,
crédula,
creía
fácil seguirte y tenerte cerca,
más tú
volabas, volabas…
Autómata,
juguete de papel y cielo
y te
tragaba el viento
y te
mordía la distancia luminosa.
Y yo,
soñaba… soñaba…
que
hoy… tal vez mañana…
quizás
un día
yo
sería la rama de tu nido.
Candidez
amorosa,
entre
trinos y cantos, versos y metáforas,
tejiendo nuestro hogar
para
ser tuya en nuestra rama
y donde
allí posarás tu piel
con el
ahogo de tu aliento.
Pero el
tiempo pasó,
lento, muy lento,
no hubo
nido, tú volaste…
Fuiste
un cuento, mi sueño,
mi
leyenda de otoño en serenata.
Candidez
amorosa,
cuando
mis ojos gritan tu nombre
en la
soledad de la distancia imperdible,
el
recordar el abrazo de tu piel,
de nave
humedecida,
me
sacude y me hiere,
me
desdobla y me eleva,
buscándote
en esa distancia lejana
donde
tú te resguardaste,
te escondiste.
Mi vida
es ahora
un
cielo trivial de sueños locos
que
llenas con tu aliento
de
viajero errante y taciturno.
Aprieta
mis deseos,
caliéntame
las carnes
con tu
pasión de viento.
El sol
será mañana
un
plato de lujurias
y tú
serás mi boca
y mis
manos desgajadas.
Candidez
amorosa,
¿adónde
me conduces?
¿Por sendas de ingenuidad,
candor,
inocencia?
Creo en
todo lo que me rodea
y a
veces agobiada, debilitada,
por creer en imposibles,
me
tiendo
en el
manto oscuro y plácido
del
campo abierto a la noche
y entre
las estrellas rutilantes
me voy en tu búsqueda
con tus
sueños y pensando imposibles,
que
nuestro amor como pájaro sin alas,
se
acurruca desarmado
en
nuestros cuerpos,
en
nuestras bocas,
en
nuestros corazones.
Candidez
amorosa,
canta
el río mojado de tipas
y
empedrada en la sed del silencio
se
consumen nuestras formas
fundidas en el tiempo inagotable.
Placeres
y gozos,
caricias que desgarra,
besos
que dibujan
nuestros
rostros temblorosos.
Es
nuestro amor
que
muere cada noche
para
nacer…
y volver
a morir a cada instante.
Amor
mío,
desboca
los temores indefensos,
mi
aliento con tu boca,
haz mi
piel con tus ojos de humo
y del mundo sin final
la comunión de una eterna entrega.
Embrujamiento de amor
Embrujamiento
de amor,
hechizo
encantado
que
encendiendo velas
donde
el viento sacude mi negra soledad,
me
lleva a evocar el pétalo de tu sombra
que
vive en la eternidad.
El
silencio me sigue,
pienso
en tu sonrisa
y tu
sonrisa está conmigo
y sigue clavada por siempre
en mis
ojos
detrás
de tu perfume que se negó a partir.
Embrujamiento
de amor,
la
lluvia desgrana el gris de tu mirada,
mi angustia se prende
de cada
gota pordiosera
que me
regala el recuerdo
de tus
ojos plomizos y aleteantes.
Me
fascina lo que tú eres para mí,
el fino
aliento de la aurora
y el
abrazo de sentimientos mansos.
Eres el
conjuro
de mis
días de tormentas,
la
claridad ladina que perfora nubes,
la placidez del agua
que en
mi piel revolotea.
Me
seduces, me encantas, me hechizas
y toda
esa cosquilla
que se
mueve por mi sangre,
te llama y te siente mío
para siempre.
Embrujamiento
de amor,
cabalgando
en vientos de perfumes y oro,
consumí
tus besos de mariposas y miel,
tus caricias me ataron
a la
sombra de tu fuego
y en
tus palabras
enredé mi alma para siempre
aunque
mi cuerpo
te siguió febrilmente
por caudales de tiempos perdidos.
Soy tu
niña,
la de
la piel de nácar,
aún en
este otoño mío
y
acaricio el silencio de tu ausencia,
porque
desde tu lejanía
siento
tus caricias venir a mí,
febriles
y con desatada prisa
que en
galopes de metal y plata
llegan a mi cuerpo
nostalgioso
y anheloso
de
tenerte entre mis brazos,
donde bulle mi amor pleno.
Embrujamiento
de amor,
con la fuerza vital de la Tierra,
me
interno en mí misma,
salvaje
y primitiva
para
lamer mis heridas
y
renacer bajo la lluvia,
soy
quien soy y sé que soy
un alma
tejiendo amor.
¿Quién
me ama más que tú?
Con un
hechizo de callado empuje
se te
sintió venir,
desde
soterrados abismos,
lindes
de tierra por los cuatro lados,
bajar y
subir desde tinieblas seculares
a luces
que como miraderos de amor
se ofrecen a nuestras almas de antes.
Embrujamiento
de amor,
toda
canción está impregnada de él,
esperando
que tú sepas como sentirlo.
Amanece
en el papel,
dejado
por el viento
y en
una blancura indecisa,
va
directo hacia tu trémula espera
y
acercándose va
como
goces que llaman,
despacio
y en silencio.
Desafíos
Desafíos,
la vida nos enfrenta en cualquier instante
en
nieblas rojas de fulgor metálico
a sucesos que nos provocan
profundas penas
y congojas sin fin.
Aspiramos
sin darnos cuenta
ráfagas
asfixiantes
de mudo
asombro ante retos
que
creímos no provocar
y que como dagas de filoso filo
se
clavan en nuestro corazón.
¿Cuál
es la causa?
¿Qué
provoca tanta desolación,
tanta
crueldad, tanto dolor?
¿En qué
lugares secretísimos y ocultos
se
escondieron la solidaridad, la confianza,
la
amistad, la ayuda mutua?
De
entre las sombras
surgen
provocaciones inesperadas
que
rondan y avanzan
hacia nuestras almas
y como truenos errantes
retumban con salvajes estampidos
en nuestra paz interior
quebrada con parpadeos de miedo y pesar.
Desafíos,
a veces
en minutos, un desplante,
una provocación sin causa justa
hace que nuestro firmamento cruja,
se desquicie
y la
noche de una sombra oscura
se hunda en nuestros ojos en tinieblas.
Desafíos,
querellas inútiles,
episodios
tristes, incidentes falsos
que
causan una horda de fuego
en
nuestro espíritu
antes
pleno de amor,
de
recogimiento, de gratitud a la vida.
Son
instantes de bravatas no merecidas
que como racha glacial
toca nuestra frente
llenando
los espacios infinitos.
Desafíos,
litigios
que avanzan
bajo el
soplo de un viento huracanado
que sacude los árboles de la vida,
caen
los pájaros muertos de los nidos,
vuelan
las ramas, los ramajes rotos
y
nuestro espíritu sufre
y se mezcla con fantasmas aturdidos
crujiendo sordamente el dolor
que nos provoca la ira,
la
desazón, el alarde inaudito.
Desafíos,
nuestra alma humana
herida
de amargura
necesitará
otras manos
para curar su pena
cubierta
de mentiras difamatorias
y
soberbias en un alarde aplastante.
Pero la
esperanza poco a poco
retorna a nuestro espíritu,
de
nuevo el rayo entre las nubes vibra,
surgiendo
de entre las hojas
luces brillantes
proclamando
la verdad y el amor profundo.
¡Por
fin, desde la altura,
de un
cielo azul profundo,
las
estrellas de cándida hermosura,
llenas de compasión y de ternura
dejan
caer sus luces sobre el mundo!
Desafíos,
caerán
débiles y medrosos
a
hundirse en oscuros huecos
de
secretos ocultos
y la fe
se elevará segura
en su
dulce amor a la vida,
en un
fulgor de alboradas
con música
de brisas
de
nuevas primaveras.
Así las
almas como estrellas errantes
iluminarán la amplitud del cielo
entre
ilusiones de un vivir de amor
que se cubre de poesías
en nuestros sueños serenos y anhelados.