Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 22 de junio de 2014
Vives para mí
Vives para mí,
esas palabras tuyas
traspasaron los límites de mi
alma
y muy a lo hondo llegaron
como un preludio del alba
entre copos de rocío.
Vives para mí,
escribiste en una de tus cartas
de amor,
hace mucho tiempo,
que te doy paz,
tranquilidad,
amor y sanación total
de cuerpo y alma.
Mi amor por ti se filtra de mi
cuerpo,
de mis sentidos
y hace feliz a todo aquel que
está en mi esfera,
a mi alrededor.
Vives para mí
como yo para ti
y me haces dar en el ir,
en un ser desprendido,
ligero y sin raíces sintiéndome
ansiosa
por percibir la plenitud que nos
rodea.
¿Cómo me vas a explicar
la dicha que no sabemos por qué
es?,
ni de quien ha sido,
si es pura dicha de nada,
si aún no nos hemos conocido.
Imagino tu mano sobre mi mano,
paseando miradas y caminando
amores,
imagino mis sueños siempre en tus
sueños,
rindiéndome ante tus pasiones,
sucumbiendo sin resistirme.
¡Vivir para mí!
porque tus besos son ya míos
con sabor a placeres
e imaginando que muero por
amarte,
porque ya te amo.
Vivir para mí,
palabras aladas que llevan mi
alma
a lugares secretos,
remotos,
nutriendo mi ser que recibe,
se entrega, s
e va encontrando contigo,
tú,
mi amado.
Vivir para mí,
tú lo dices y me das alivio
necesario para soñar,
aliento profundo para continuar
y permites que nuestra flor de la
esperanza,
crezca y se alce impoluta hacia
el infinito.
Vivir para mí,
palabras que le dan deleite a mi
corazón
como una voz pura,
íntima,
con caricias,
que como largos goces iniciados
me dejan caricias no terminadas.
Vivir para mi,
sé que esta noche pensarás
en nosotros y tu ser,
tu memoria,
todo,
te descansa y disuelve en mí.
¡Toda la vida es única
si se que tú vives para mí!
Desde un ala de mariposa
hasta un grano de arena,
mi alegría de que existes
te llegará al vasto tiempo,
entero,
que se escapa hacia el amor
nuestro.
Sin tu amor
Sin
tu amor,
a
pesar del tiempo
y
aún en la distancia te escondes
en
mi memoria
creando un continuo dolor.
Pienso
en verte de nuevo,
sentirte
a mi lado
y
mientras más lo pienso,
más
difícil es dejarte ir.
Sin
tu amor,
a
veces una sonrisa surge de mis labios
entre
mil nostalgias de ti
y
me quedo permanente con tu mirada,
con
tus abrazos,
con
la tibieza de tu boca sobre mis labios,
me
quedo con el aroma de tu piel…
Y
me quedé sin ti,
sin
el aliento de tu voz,
sin
caricias,
sin
tu latido,
sin
tu existir.
Sin
tu amor,
parte
de mí se fue contigo
porque
viví en ti,
mi
sonrisa,
mi
ternura,
mis
latidos y mi amor.
Mi
vida sin tu amor
no
es más que el tibio abrazo
que
no volverá,
será
la soledad de estar sin ti,
yo
sin tu amor
no
sé vivir
y
me imaginaré que sigues aquí cerca,
a
mi lado y regresa
la
voz que ayer no quise dar.
Mañana…
dejaré
de pensar en ti…
cuando
estés allá
detrás
de una frágil pared de vientos,
de
cielos y de años.
Sin
tu amor,
será
la de un amante
con
un roto corazón,
mi
vida sin tu amor
es
barco en altamar,
sin
puerto, ni ilusión.
Sin
tu amor
no
es más que el invierno frío
de
mi soledad,
en
el silencio de la inmensidad,
un
alma que no encuentra su lugar.
Mi
vida sin tu amor
no
es más que el tibio amor,
no
es más que el tibio abrazo
que
no volverá,
será
la soledad de estar sin ti.
Yo
sin tu amor,
no
sé vivir.
Mi
vida sin tu amor
es
nube que se va,
tu
adiós se la llevó.
Tu
amor fue
mi
consuelo en la tristeza,
serenidad,
reposo
en la fatiga,
esperanza
en la desesperación.
Sin
tu amor
es
estar dentro de la niebla,
no
te veo,
no
te siento,
no
te tengo,
ya
no más mundo de dos.
Alma vagabunda
Alma
vagabunda,
levantaste
vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas
nubes que te hacían danzar
entre
silbidos de vientos suaves
como
gemidos de un amor lejano.
Alma
vagabunda,
perfumes,
luces, formas y sonidos
desentrañados
de su cautiverio,
azuzan
y apaciguan los sentidos
en
un riesgoso y repetido juego.
Detrás,
la espesa niebla del misterio
y
más allá un Dios mudo, sordo y ciego.
Alma
vagabunda,
vagabunda
que el aire hace
que
hienda en pos
de
las campanas,
averigua
el río de los cristales,
la
dulce redondez de la manzana,
la
cruenta hostilidad de los cardales.
Alma
vagabunda,
¿cuál
es el motivo que no te deja detener
en
ningún lugar?,
¿qué
buscas?,
¿qué
signos y enigmas
vas
señalando como cada minuto el reloj
desgrana
con sus pinzas prolijas y puntuales?
Mi
entendimiento se afana
por
descifrar esa búsqueda inútil
de
recalar tu alma vagabunda.
Alma
vagabunda,
en
tiempo diferido,
en
una odisea sin fin
no
puedo dejar de pensar
por
qué abandonaste la mansión de tu ser.
¿Fue
por desconsuelo de amor?
Te
dejaron sola e incomprendida
y
emprendiste el vuelo eterno.
Alma
vagabunda,
pura,
virgen, desamparada,
te
mueve sí el pensamiento
lo
más sublime e inefable energía universal
creando
palabras, poesías de amor,
volátiles
e inacabadas
para
que nadie las descubra,
son
para ti, sólo para ti
amado
amante.
Alma
vagabunda,
no
vueles tan alto
que
no puedas apreciar
la
hermosura de la senda
que
te conducirá hacia él,
tu
enamorado de siempre,
caminando
en puntas de tiempo.