Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 23 de junio de 2014
Tropiezos
Tropiezos
oscilantes,
ondulados,
deslizantes
que me
llevan a un mundo nuevo
cada
día,
exhausta
de ir
tras
aventuras nuevas
en mi
diario vivir.
Caigo,
me
levanto,
vuelvo
a caer
y a
empezar otra vez
la ininterrumpida
danza
tras lo
inesperado,
lo imprevisto
que se
presenta tantas veces
sin ser
buscado
e
interrumpe con suavidad,
con
ternura,
instantes
plenos de amor.
Tropiezos
que siempre me conducen
a
lugares misteriosos
entre
hadas mágicas
y
gnomos y duendes furtivos
que me
guían
para
poder volverme a levantar,
bien
alta mi frente
y no
inclinarme ni resbalar
de a
poco hacia el suelo arenoso
y
oscuro
donde
yace la soledad sufriente.
Tropiezos,
sin tregua,
los
tiré en el aire diáfano
para
que vayan
en
volandas por el cielo
haciéndolos
agua
para
que llenen los cauces del mundo
con
espuma desatada y áurea.
Tropiezos,
deslices
que me llevan a abandonar
mis
esperanzas
pero no
mis prosas poéticas de amor,
las que
dejaré que llenen
miles
de páginas vírgenes
como
bandadas de pájaros al vuelo.
Tropiezos
tambaleantes,
callados
pero
sentidos,
guardados
en el fondo
de lo
que mis manos palpan
y mis
ojos tocan.
Tropiezos
vacilantes,
vulnerables,
aparecen
súbitamente
en
cualquier instante,
en el
menos esperado
y los
dejo pasar
sin
resistencias ni resquemores.
Suspendidos
quedan,
ingrávidos,
buscando
un pequeño resquicio
para
hacerme vacilar
y
sentir esa opresión en el pecho
que
sólo el amor puro puede hacer
que los
deje atrás,
en el
ayer pasado.
Tropiezos,
resbalares
sin culpa,
dificultades
que afloran
como
cactus en el desierto
o como
racimos de púrpura salvaje
que
cuelgan en el ceibal.
Poco a
poco
los
pimpollos van apareciendo
como el
amor en mi alma
y el
canto suave
y
sonoro
que abre
el sendero
a la
esperanza
sin
vacilaciones turbias,
sólo
con certeras creencias
de que
todo, ya pasó.
Querer
vivir anhelando amores
en
infatigable sed de calmas sin tropiezos,
con
ilusiones de vida,
sin
cansancios,
tan
solo con un poco de felicidad
en
instantes inolvidables
plenos
de ilusión,
ideas,
fe,
imaginación,
creando
siempre
sueños
de amor.
Amar sin miedo
¿Qué me
ha dado tu amor
que
vivo sumergida en él,
sin
miedo a perderlo?
Sólo sé
que por ti sigo siendo
un ser
que pertenece a lo inexistente.
¿Qué me
has dado ya que río,
ya no
lloro?
Me aíslo
contigo en un ensueño
que
persiste en la noche,
hasta en la noche en mi sueño,
cuando
vienes me alumbro de alegría
y al
irte me ensombrezco de tristeza.
¿Qué me
ha dado tu amor
que
vivo sin miedo a amar?
Lo
siento tierno,
como
los brotes de bambú incipientes
que
inquietos se asoman al viento.
Si pudiera
tu alma responder a la mía
desde
esta lejanía,
te
diría en secreto qué cosas ansía.
Amar
sin miedo,
estamos
separados por caminos largos
pero
igual puedo tener de tu amor
la
certeza y gozar plenamente
como si
estuviera entre tus brazos.
Si al
caer de la tarde,
nuestras
almas se fueran a la orilla del mar
y en un
beso se unieran,
el
cristal de mis sueños
la realidad
partiría en mil trozos risueños
y mi
amor cantaría
en
nuestras almas vibrando
en
unísono canto.
Amar
sin miedo,
voy por
la vereda de esta nueva historia
y en
este pergamino
de
momentos intensos,
escribiré
poemas para poder estar a tu lado
a
través de mis palabras hondas,
sentidas,
vibrantes.
Paralizada
estoy en tu recuerdo,
mi
pensamiento vive
palpitando
en mí
y
siento que por ti
la paz
me inunda el alma.
Amar
sin miedo,
voy
hacia ti sin temor a nada
ya que
tu amor es arte divino.
Junto a
ti,
tu
pureza fecunda
fue
germen de ternura
que se
arraiga cada día más
en mi
corazón.
No me
dejes ir,
ya que
tu amor alienta mi vida
y
dilata la hondura de mis sentimientos.
Sólo así
comprenderás mis versos,
los más
vibrantes, los más sentidos,
los
refugios incesantes de mi vida
que se
acompasan en mi alma
cobijándome
e impulsándome
en
verdad a continuar
volcándolos
en estas hojas en blanco
para
ti, mi amor.
Sinfonía
Sinfonía,
armonía del amor entre dos
seres
que se confunden en el vivir
intensamente
juntos en cada crepúsculo
y en cada alba.
Preludio que nos susurra,
nos une
y que después de una noche
serena y oscura
perdura el recuerdo
aún en nosotros
con acordes melodiosos
y tiernos.
Sinfonía del alma,
de nuestro amor interno
largamente esperado
por senderos surcados de
ansias
y latidos de suspiros.
Sinfonía de amor,
de luceros que dan
por auroras cambiantes maravillas,
en un concierto de bellezas,
caricias y gracias.
Acordes de melodías
plenos de deseos,
que se alzan como casta
espuma
en un ansia que se quiebra
en mil cristales
de este amor que se inicia.
Sinfonía de amor,
te encontré en un preludio
suave,
inexistente,
estuve errante
y sin motivos te hallé
y de tu existencia fui consciente.
¡Cómo no amarte
si en mis sueños
estás tú como un lucero!
Haz que mi corazón lata
con ritmos nuevos de amor
y ensueños en un concierto
sin fin,
entre luces que iluminan el
alma.
Sinfonía de suspiros
entrecortados,
profundos,
que avanzan en tinieblas,
buscando claridades
en una entrega total
a la búsqueda de ser los dos
completos en unidad total.
¡Ay amor
que siento como preludios
de sonidos dulces,
que presiento,
que sostengo
entre notas melodiosas!
Sinfonía de colores,
sinfonía de ilusiones,
sinfonía de un amor
encontrado en el tiempo
en el arco de los cielos.
Conjunto de sones,
tenues alas
que vienen del ayer hasta el
hoy
y van hacia el mañana
llegando de qué lejos
misterioso lugar,
trayendo en su vuelo flores
de esperanza,
misteriosos acordes de amor
puro,
viniendo del más allá
del horizonte azul
hacia mi trémula espera.
Se siente y mi alma lo
reconoce,
es el acorde de amor
esperado,
viene por el camino
que yo buscaba y me entrego,
ya que en el papel amanecen
unas palabras ¡te espero!
¡ven hacia mí!