Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 24 de junio de 2014
Magia de un día
Magia de un día,
mi amor tu eres magia,
en cada instante de mi vida
en mi cielo resplandeces
y son tus ojos que me iluminan
con un fulgor de estrellas que me
cautivan
y me ocultan sin quererlo en tu
mirada.
Magia tiene tu voz,
tu dulce acento,
el cual lo escucho dormida y aún
despierta
que me dice dulcemente con el viento,
me confiesa y me repite:
“que me amas”.
Mis pinceles más leales
se han propuesto apresar tu verdadero
rostro:
desentrañar las esenciales líneas
donde tu fuero el aire acata y el
aurea alba,
espiar el múltiple venero
donde emerge a raudales toda la luz
que quiero para tu piel,
tus ojos cenitales.
Magia de un día,
en la que la recta se espírala,
la curva se endereza
y por la emoción y el sentimiento
sin acertar el rumbo ni la escala,
la alta luz tropieza o en su ímpetu
resbala.
Magia de un día,
estás a mi lado,
entre mis brazos,
cubriendo mi cuerpo con calor y
caricias.
¿Cómo apresar la sosegada llama que te
entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en
tus mejillas convoca?
¿O la mañana asomada a tu boca?
Magia de un día,
mi afiebrada plata se anubla
enamorada.
Se pierde en la enigmática y secreta
zona
de la alborada donde digo carmín,
azul,
violeta
y al nombrarlos se esfuman en airada,
fantástica pirueta.
Magia de un día,
en tu silencio eres un volcán
que se activa aquí en mi pecho,
cuando llegas y desciendes a mi lecho
y en tu ternura me abrazas.
Mágico es este momento cuando respiro
tu aliento
y mi alma se entremezcla con la tuya
para volar por los cielos
y marcar el universo entre suspiros,
siendo uno,
envuelto en hilos,
envuelto en hilos de plata.
Magia de un día,
con este nuestro amor
que no se acaba nunca
porque prolongando
de que uno y uno sean dos
ya que el amor es el retraso milagroso
de su término mismo.
Con los besos, con la pena
y el pecho se conquistan en afanosas
lides
entre gozos parecidos a juegos,
días,
tierras,
cielos abiertos,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está
esperando
hermana de la muerta o muerte misma.
Magia del beso perfecto,
aparta el tiempo,
échalo hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar,
ni en el hallazgo tiene el amor su
cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo,
altísimo,
temblando.
Magia de un día
que se va en una despedida larga,
clara,
con lo más seguro que es el adiós…
Sigo siendo
Sigo siendo tuya,
cuanta falta me haces,
escúchame,
búscame para volver
a creer en el amor.
Tengo para ti
besos y caricias dulces.
Sigo siendo tuya
aunque tengo mis manos vacías
y vacío de tu amor
está mi corazón
aunque siempre en mi mente
estás presente
en cada lar que busco.
Sigo siendo
ese ser
que siempre buscaste,
libre, sensible,
pura y casta,
que escribe poemas de amor
que tú inspiras sin saberlo,
tú renaces al amante
y haces que sólo sepa hablar
con el corazón primero.
Sigo siendo
la luz que te ilumina,
los brazos que te arropan,
tu luz y tu paz,
la que vela por tus sueños
la que te guía
en tus momentos de duda.
Sigo siendo
la que sin condiciones
ni obsesiones
pinta en tu cara sonrisas
porque la mayor de mis pasiones
eres tú.
Sigo siendo
la que espera que me emociones
con tus vaivenes de sosiego
y arrumacos de gozo y felicidad
porque tu amor
me hace libre
y a tu amor me entrego.
Sigo siendo
un ser sin sombras
ya que desde que llegaste a mi
me has iluminado,
has colmado mis días
de risas y alegrías
y has alejado las tristes
melancolías de mi alma.
Tu amor impulsa mi pluma,
escribo para ti,
sigo estando cerca de ti
en cada milésimo
de mi segundo de vida
y por ti triunfa
lo cierto en mí.
Sigo siendo
como nube,
luna de misterio,
sin vaguedades indistintas,
sólo yo para ti,
sin inquietudes ni desapegos.
De virginidad me ceñí
para guardarme
para cuando me encuentres,
me cerqué de niebla
en mis sueños,
me quité mis formas
y voy y vengo,
ingrávida de blancura
en suspenso para esperarte
y seguir siendo tuya.
Esclava dulce
que acepta su entorno
porque el amor
es el que la apresó en su cautiverio
y quedó esperando para salir
entre los aires volando
cuando me encuentres.
Pesares del ayer
Pesares
del ayer
vuelven
a mis recuerdos
cual
de puerta pesada
cuando
gira
sobre
goznes de hierro enmohecido.
Anidaban
en las grutas del olvido
y
ahora pregunto
¿por
qué regresan en un sombrío torbellino?
Pesares
del ayer renacieron
en una
mañana apenas comenzada,
áspera
y fría cual musgosa bruta
y
ardieron en el cielo de esa aurora
nubes
de un rojo intenso
como
en un conjuro infernal,
colmado
de bramidos cayendo cual torrentes.
Pesares
del ayer
como
nubes de borrasca
me
inundan con un ronco eco
de
dolores idos.
Todo
aquello pasó
pero
aún en mi mente siento remordimientos
por
no haber sabido actuar con límites
y
dejar pasar al dolor
por
mis fronteras que debían protegerme.
Pesares
del ayer,
mi
afligido pensamiento quiere ahuyentar
las sombras
de aquellos ayeres,
de
aquellos amores que en vano llegaron a mí.
Pesares
del ayer,
recuerdos
que deben irse
al
lugar secreto donde reina la paz y el silencio
haciendo
irse muy lejos a los tormentos imborrables
y a
las tristes agonías
como
son una mano fría dentro de mi pecho.
Quiero
que todo lo pasado que provocó dolor
se
hunda en hondos precipicios palpitando
en
un viento ardiente
como
el que sopla en un gigante incendio.
Pesares
del ayer,
dejadme
vivir desde el Hoy
la
vida en un continuo palpitar de alegrías,
esperanzas,
ilusiones
sin llantos ni gemidos,
plena
de amores y deseos calmos.
Y
poco a poco nacerán los versos,
las
frases,
las
prosas,
entre
perfumes de flores
guarnecidas
de pimpollos nuevos.
Y
entre risas y lloros en flor
mis
prosas volarán en las alas de mis sueños.
¡Versos!
¡Palabras
de amor!,
me
hacen refugiarme en el mundo del olvido
sin
pesares del ayer,
sólo
estrofas entonadas como canción de vida.
Pesares
del ayer,
unos
los hundo en el mar,
otros
cruzan por el éter
para
que beban luz en las estrellas
y no
regresen jamás a mis recuerdos
que
tan sólo quieren revivir
los
mejores instantes de felicidad
de
los ayeres de ayeres y en este Hoy
dormitar
en el silencio de la luna llena
rodeada
de luces brillantes de amores nuevos.