Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 28 de junio de 2014
Laberinto de sentimientos
Laberinto
de sentimientos,
me
condujiste con tu mirada ardiente
y tu
voz susurrante,
con
arte y embrujos
al
sendero sin salida,
atrapando
mi corazón.
Trazaste
muy bien la ruta a mi alma
con tu
sonrisa única
que me
dejó sin aliento ni respiración
y tus
palabras dulces,
colmándome
de amor.
Laberinto
de sentimientos,
tus
ojos atraían los míos como un imán
y al
hablarme me hacías temblar
como
pájaro herido
y con
gestos desprendidos en tus manos
acompañaste tus miradas
y en tu
pícara sonrisa mecías mi alma.
Laberinto
de sentimientos,
me
cercaste, me atrapaste,
sabías lo que hacías,
integraste las palabras
a tu
plan de seducción
y como
en un extraviado concierto
mi alma se rindió.
La copa
del sentimiento
se volcó
al acercar tus labios
y un
escalofrío profundo y lento
casi me
consumió.
Laberinto
de sentimientos,
me
conllevan a sonidos que acarician,
instintos
que convocan,
arrebatos
de emoción,
aromas
que iluminan,
fulgores que cautivan,
cuando estoy junto a ti.
Quiero
que seas mi verso,
mi
númen, mi inspiración,
quiero
que seas estrofa armoniosa
en este
laberinto de ilusión.
Me has
conducido
a
escondites secretos,
puertas
levadizas, trancas con cerrojos.
Nos
hemos perdido
entre
el laberinto de la esencia
y la
luna nos conduce
en esta
extraviada espera,
afanados
por encontrarnos,
nunca
para salir,
siempre
para quedarnos.
Laberinto
de sentimientos
que en
una eterna quimera
despistando
la vereda de los labios,
del
beso perfecto
que
rasgue de la soledad
que se
reboza en el desierto de lo incierto.
Así es
el laberinto de los romances,
siempre
presente,
nunca
al alcance
de
quienes no suelen perseverar
el
verdadero tesoro del amor
al que
nos lleva a la alegría,
a la
esperanza, al despertar de la vida.
Laberinto
de sentimientos,
me
haces volar la imaginación,
me
provocas placer, dulces anocheceres,
sonrisas
en mis sueños
al
sentir el calor de tus besos.
El
mundo nos inunda
con su
luz en la alegría dúctil de la vida
en
nuestro laberinto,
sólo
nuestro
que
recorremos unidos
entre
crepúsculos y auroras
vislumbrando
naufragios de silencios.
Más
allá de los círculos del tiempo
en
relojes atávicos,
renacen
las campanas de la bruma
que nos
conduce atravesando espacios
a
nuestro nido de amor.
Amar
Amar en el aquí y en el ahora,
¡qué gran sencillo milagro
vivir en el hoy contigo!
Mis suspiros se detienen pensando
en ti
y mi corazón late y palpita
porque estás en mi vida.
Sólo se que la distancia alarga
caminos
pero siempre te siento conmigo
a pesar de los abismos.
Amar que no es misterio,
estás en mis sueños
y en el alto silencio de la
noche,
un soñar mío empieza al borde de
tu cuerpo
y en el mío
el tuyo siento.
Ya dormidos o en vela,
los dos nos buscamos,
tu sueño es mi sueño.
Amar sin saber quién eres tú, v
erde de mis prados,
dueño de mis cielos,
sabor del fruto prohibido.
Pensar en ti todas las noches
no es pensarte con mi
pensamiento,
es que estás dentro de mí.
Te voy pensando conmigo,
exactamente en el ancho mundo.
Amar,
dedicándote el alma mía a la
tuya,
a la luz de quererte,
en el gran silencio por la
tierra,
por el cielo,
en las suaves voces de nube,
todo el cántico del amor va hacia
ti.
Este amor nuestro vuelto
estrella,
único y verdadero,
de afán y tiempo,
ha entrado en mí
como la dicha entra sin prisa,
beso a beso.
Amar,
no dejaré de buscarte,
saltaré muros de agua,
anchos fosos de aire,
vallas de piedra,
setos de bosques
y te encontraré.
Te espero sólo a ti
y donde yo te espero,
sólo tú podrás estar,
sólo escucharé tus pasos,
tus vuelos,
tus huellas únicas.
Amar que hace que tu aliento
mitigue mi llanto
y tu mirada guíe mi camino
porque tus ojos son secreto de mi
amor.
Me llevas en tus días,
en tu alma,
en tu pecho,
en tus labios,
en tus palabras encendidas,
lejanas sí de honduras de cielos
o entrañas de la tierra.
Amar,
déjame volar hacia él,
con el alma del alma
y tan sólo un momento fugaz,
eterno,
es tiempo infinito.
Florecer del alma
Florecer del alma,
que busca ese afán
de claridad y alegría
levantando en espumas de amor altísimo
hacia el cielo,
espumas de luceros,
sí, de estrellas que me salpica el rostro
con un tumulto de constelaciones.
Florecer del alma,
desafía días,
horas,
segundos,
tras suspirar con el alma
florecido de amor.
Hoy mi alma florece en ti,
eres la razón de mi existir,
si respiro lo hago por ti,
si vivo, vivo por ti.
Florecer del alma,
mi alma florece en ti
entre jacarandaes,
amapolas,
alelíes,
jazmines
y heliotropos.
Pienso en este amor en silencio,
son ecos altisonantes,
este amor que nos encontró
y nuestras almas florecieron.
Florecer del alma,
mi alma florece en ti,
en ti, mi amor.
¿Cómo me vas a explicar, di,
la
dicha de esta tarde de primavera,
si no sabemos por qué fue,
ni
cómo, ni de qué ha sido?
¡Cómo vagaron sin rumbo
y sin torpezas
tus caricias!
Largos gozos iniciados,
caricias no terminadas.
Florecer del alma
que nos inunda el corazón
en brisas de risas
que anuncian la alborada.
Cuando se desvanecen los fuegos
de las centellas de la pasión
entre sus espinas bellas,
los epigramas florecen.
Florecer del alma,
como un campanario
canta la alegría
cuando nuestros corazones
se unen entrelazados
y el tumulto brota de la melodía
y nos reímos de placer
en nuestro florecido lecho,
la risa retoza como un potro
altanero y gentil.
¡Lástima que la vida se alboroza pocas veces
así!