Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 9 de julio de 2014
Encuentro inesperado
Encuentro
inesperado,
fortuito,
sin esperanzas
de que
el amor único
fuera
el que se acercaba, acechaba,
con
ímpetus de pasión y deseo.
Mi alma
se sintió acongojada,
mi
mente colmada de pensamientos
incoherentes
y confusos.
¿Qué
sucedió en mi vida
que el
amor, el sentido,
se fue
y aparece otro,
no
deseado, no esperado?
¿Por
qué, amor no esperado,
llegas
sin avisar, sin decir nada,
como
ladrón por la noche,
con tan
sólo ansias desesperadas
de
estar junto a mí
con
promesas de hacer feliz
a quien
no puede impedir que entres?
Encuentro
inesperado,
llegas
arrasando con todos los sentimientos
que
están a tu lado
para
después irte
y dejar
vacío mi corazón,
y
tristeza en mi vida, gris y sin ilusiones.
No
quiero más
que
llegues a tocar
ni un dedo
de mis manos,
ni a
respirar a mi lado,
ni a
sentir el palpitar de mi sangre
corriendo
por mi cuerpo.
Tú no
eres ni serás
la luz
de mi oscuridad,
a pesar
de tu tenacidad
y
paciencia por serlo.
Encuentro
inesperado, no deseado,
te
quiero lejos de mí, muy lejos,
que las
distancias se muevan
como
alas batientes,
llevándote
al horizonte de tu vida, sin mí.
Vete
moviéndote con el viento
en su
susurrar, sosegado,
a
montes que su verdor
sangra
en el río.
Encuentro
inesperado,
con el
hombre que alguna vez
formó
parte de mi vida
pero
que un día cualquiera,
como
todos los amantes
abandonaron
el sentimiento,
se
dijeron adiós.
Él
encontró su camino,
yo
encontré un nuevo sentido
a mi
manera de construir mi sendero.
No hubo
propuesta ni un acuerdo,
todo se
entregó a la nada,
a lo
inconcluso,
sin
palabras,
uno
marcó una ruta,
yo
hablé con un suspiro.
¿Por
qué regresaste a mi vida?
No
quiero que ni roces mi cuerpo,
ni me
mires a los ojos,
mi amor
por ti se acabó,
sólo
dejaste un zumbido en mi alma,
palabras
sin prefijos,
vocablos
inentendibles,
una
dicción no percibida.
No
regreses más,
vete
más allá de la lejanía,
sin
distancia,
que
desaparezca mi nombre
recogido
de tu boca
que
antes era el color
en la
música del viento.
Encuentro
inesperado,
con
sabor insípido y roces furtivos
como
dagas en mi pecho.
Necesito
salir corriendo, agitada,
mojada
en frío, huyendo de ti,
el que
me hizo sufrir,
desgarrando
mi corazón.
Voy
hacia el camino
a una
libertad madura,
con
sabor a un amor de mariposas frescas,
hacia
la luz,
a saborear
la paz
en
espera del verdadero amor.
Tal vez mejor soñar
Tal vez
mejor soñar
que
vivir entre húmedas neblinas
en las
que ningún árbol,
ni una
nube se destaca,
en esta
blanquecina cerrazón
que me
entristece
y no
ilumina débil
la luz crepuscular y opaca.
Soñando
voy por senderos luminosos,
hadas y gnomos iluminan mi camino,
floto en la brisa fresca y pura
del
espacio de la nada,
ingrávida
y suelta sin pesares ni dolores.
Tal vez
mejor soñar y no vislumbrar
desde
la invisible altura
bajo la luz que, demacrada, brilla
a través de la niebla del vivir
que es
un velo todo impregnado en llanto.
Soñando
soy como un ave que,
con su
ímpetu de vuelo,
su
canto lanza por campos en flor.
¡Qué
bien se respira,
gozan
mis anhelos,
canto
en la lira
y en el
alma que sueña,
vuelos
vibran sin par,
en un
fragante edén!
Tal vez
mejor soñar
que
vivir en la ardua lucha diaria,
de cada
instante,
que nos
desgasta,
nos
produce sufrimientos y dolores
entre
tan pocos instantes de amor y alegría
que
como un millón de notas nos subyuga
y en un
millón de arpegios nos eleva
a vivir
la realidad cruel
a veces
una y otra vez.
Tal vez
mejor soñar
con
todo un paisaje que canta
y nos
conmueve con notas misteriosas
en
fantásticos pentagramas
plenos
de dicha y luz,
en un
alado idioma sin palabras
que
vivir instantes presurosos
de
amores fugaces
o de
recuerdos nuestros.
Tal vez
mejor soñar
con el
númen del estío
donde
se vierten en llanos y bosques,
campos de girasoles, alelíes, azucenas
que
como arcos de violín,
resbalan
hacia el río
entre
el cordaje del juncal sonoro.
¡Ya no
caben más notas en el viento,
en mi
sueño azul y mágico!
Tal vez
mejor soñar,
no
sentir el dolor frío de la realidad
que
golpea a veces nuestro corazón
llevándonos a pesares de remotos ayeres,
Soñando
melodías de lejanas orquestas
nos invaden y nuestra alma feliz
clama
ante la esperanza
deshojando
flores entre dichas y placeres sin fin.
Tal vez
mejor soñar
y no
vivir fugazmente momentos breves
como
gotas de rocío
a quien
le da la aurora
para vivir su hora morada
en una
flor conociendo las espinas
que defienden su fragante palacio de color.
Y así
la vida pasa
pensando
en tener un mañana
como no
tuvo un ayer.
Te amo en silencio
Te amo en silencio.
Salgo a la noche y me sorprendo,
pocas veces me había ocurrido,
extasiada la contemplaba
sin dar crédito.
Unos segundos más y
la duda comenzó a desvanecerse.
Quede sorprendida,
su brillo fue dejando ver tu rostro,
lucias en tu tez fuerte y viril,
espléndida,
el hombre más deseado para Amar.
¡Qué belleza!
¡Ah!
LUNA, LUNA, LUNA.
Gracias por este momento,
gracias por este numen,
gracias por verte e imaginar que estoy a tu
lado
y por tenerte abrazado en mi lecho,
estrechándonos con pasión.
Aun no has alcanzado
la gloria de tenerme,
perdiendo el sosiego cuando te alejas de mi.
Te amo en silencio.
Esta hoguera que hemos encendido,
que hemos gozado con pasión y fuego
por estar unidos en una sola carne.
Te amo en silencio.
Quiero tenerte a mi lado,
en nuestro nido de amor,
eres mi amado amante,
el único,
el verdadero,
el diáfano.
es inocente y puro.
Afanosamente te busco,
sin discreción,
eternamente,
no desesperes que algún día te hallaré.
Te amo en silencio,
sin ecos,
sin sombras,
sin misterios.
Soy tuya y quiero demostrártelo
con caricias, besos, mimos,
adaptando nuestros cuerpos como uno solo.
Te quiero tal cual eres,
trasuntas transparencia,
diafanidad,
sigilo.
Tu discreción aflora
cuando te vas acercando a mí,
la distancia se acorta y sin disimulo
nos miramos a los ojos profundamente
con deseos de estar muy juntos,
sin secretos,
en paz,
la paz del amor.
Te amo en silencio
y te pregunto ¿que sientes cuando me intuyes?
¿de quién eres?
Y abres los lazos y me enseñas
la alta imagen de ti y me dices que mía.
Te veo como un cóndor, aguerrido,
con tus garras afiladas
buscando llevarme entre tus alas
como una presa entregada
a los altos abismos del mundo, donde
la soledad nos hará sentir
que por fin estamos juntos.