Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 30 de diciembre de 2014
Torrente De Amor
Torrente
de amor
es un
fluir
del
sentimiento ardiente
que
vive en mí
desnudando
mi alma
frente
a tí.
Lenguaje
de armonías
flotando
en
nenúfares en flor
y por
al aire
revuelan
golondrinas
anunciando
nuevas
primaveras.
Ecos
halagadores
de la
eterna música
de la tierra prometida.
Torrente
de amor,
mis
manos
buscan
el agua fresca
de tu
manantial
en este
Hoy mío
pleno
de sensaciones nuevas.
Río,
bailo,
me desarmo
como
una nube soñando,
sueña que sueña,
canta
que canta.
Te bebo
con mi aliento,
toda
canción está en ti,
que
acuna en mis labios
el beso
que te
está aguardando.
Torrente
de amor,
agua que modela tus formas,
de tus
labios la sonrisa,
las
nuevas,
las no
estrenadas
que de
entre tantas una se alza
y mi alma
la reconoce,
es la
tuya.
Torrente
de amor,
se
desata la lluvia
con tu
ausencia a mi lado
y mi
corazón palpita
con la
esperanza de verte.
La
tormenta está aquí,
sobre mi pena por no tenerte,
¡pobre
herida de amargura!,
¡ven a mí!,
¡no me
dejes!
Torrente
de amor,
agua
clara,
cristalina,
nos
reflejamos en ella
y así
vivimos
este
idilio esperado,
que
como un rayo
entre
las nubes vibra,
buscando
las promesas
de los
ensueños
que
ofrecen tesoros
en tu sentir
y en tu
piel,
en
donde el soplo de la brisa
va
brotando
como
retoños recién nacidos.
Torrente
de amor,
límpido,
corriente
rápida
y
sonora
que nos
conduce
a
nuestro lecho de amor,
unidos
sin tocarnos,
sin
sentirnos,
sin
abrazarnos
en una
noche pletórica
de
armonioso vuelo.
Dejémonos
flotar,
cara al
cielo,
hundiéndonos
despacio,
hacia
lo alto,
en la
vida del aire
porque
seremos
náufragos
de los cielos.
Torrente
de amor,
rápidos
de agua tumultuosa,
te
llevan
y te
traen hacia mí.
¿Cuándo
estaremos juntos
para
entregarme entera a tí
en el
mar de tus pasiones
y arrancar de tu pecho
suspiros leves
como
temblores de pájaros?
Torrente
de amor,
empújame,
lánzame
desde tí
al
manantial de la dicha
que
suave mana
entre
sueños y esperanzas
llevándonos
a una paz intacta
y
cristalina
para
quedarnos
en
esplendores de luces
y
destellos brillantes
de mil
colores.
Torrente
de amor,
entregas el secreto de mi alma,
despertando
mis gozos escondidos
y
llevándome
a un
paraíso
solos
tú y yo.
El tiempo vuela
El
tiempo vuela
con
alas de golondrina
cuando
debería permanecer quieto
para
estar acurrucada a tu lado
y
parece inmóvil
cuando
debería volar
al no
estar juntos.
Soy
soñadora de infinitos
porque
hondas vibraciones me llegan,
penetran
en mí y hacen surgir esperanzas,
deseos,
anhelos,
de que
es verdad,
de que
el amor me busca
y vuela
hacia mí
desde
valles de calma,
para
darme paz y ternura
el
resto de esta vida
y no
breves dichas transitorias,
ni
horas de dulces
amarguras
o dolores
y
temblores de miedo.
Déjame
escribir los versos
de los
vuelos incorpóreos
en
lluvias de ideas
espontáneas
y necesitadas.
El
tiempo vuela,
pudiendo
percibir la plenitud
de lo
verdadero y profundo,
permitiendo
a la flor
de la
esperanza
surgir
del firmamento.
Tú,
que desde la lejanía
me haces estremecer de placer
con sólo saber que existes
en este exacto momento
y que piensas en mí.
El
tiempo vuela,
y mi
alma tiembla al sentirlo venir.
Silencio
de dos,
sólo
silencio de amor
idealizado
por ansias de amar
y ser
amada.
Ni un movimiento
Ni un movimiento,
la inmovilidad absoluta,
seré como estatua de sal,
alta y enhiesta,
en medio de la nada
y haré que mi mundo gire
a mi alrededor y sin
movimientos.
En la quietud absoluta,
veré alargarse hasta el
infinito
mi vida rota en mil
cristales
puros y límpidos.
Ni un movimiento,
emanando de mí el más puro
amor
que está esperando darse
con total y absoluta
entrega.
Porque no sólo debemos vivir
sino honrar la vida.
Sola, muy sola,
pero sin soledad interna,
en mi alma las letras,
los abecedarios,
siempre quieren lanzarse al
espacio
para llegar allí lentamente,
sutilmente,
sin apenas unirse sin
palabras
de este amor sentido,
a las hojas en blanco
que las atraen como imanes
brillantes y anhelosos.
Ni un movimiento,
llegó el momento,
debe pasar la vida ésta,
la del hoy,
en quietud como un remanso
de aguas
que vienen corriendo,
danzando hasta la orilla,
a mis pies,
para reconfortarme el alma,
esta alma dolorida y triste
que con total desapego
hirieron sin culpas ni
razones.
La vida nos presenta a cada
instante,
en lapsos impredecibles,
situaciones no esperadas
que revolotean a nuestro
alrededor
dándonos fríos helados
de inviernos crueles
o estíos venturosos y
cálidos
como tentadoras sensaciones
de amor puro.
La felicidad es un instante mágico
que debemos gozar
plenamente,
nos invade de improviso,
en el momento no esperado,
el que nos atraía sin saber
el porqué.
Ni un movimiento,
no esperen de mí, nada,
seré invisible para los que
me rodean,
no seré nada,
no seré nadie,
seré sólo yo,
con mi interior colmado de
amor
y ansias de ser amada.
Mi espíritu,
aún dentro de un ser
inamovible vibra,
ríe, llora,
canta y ama.
Ni un movimiento hacia el
exterior,
ni un murmullo,
mi voz queda y callada,
pero movilidad intensa,
impetuosa,
en torrentes caudalosos
espera al que me hará
estremecer
y romperá en mil pedazos
el mármol que me envuelve
y los azogues que me ahogan,
llevándome hacia lo
esperado,
al mundo de amor
que inundará mi alma
regocijada del haber
esperado.