Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 1 de enero de 2015
Dolor del Alma
¡Oh!
cuanto
tiempo silenciosa el alma,
ni un
gemido se escucha,
ni una
queja.
El
tiempo vuela
con
alas de golondrina
cuando
debería quedarse quieto
y
parece inmóvil
cuando
debería volar.
Dolor
del alma,
cuando
al quererlo
la
suerte se mezcla
en
nuestras vidas.
De la
ausencia,
las
penas desconocidas
y
envueltas en el misterio
que
subyugan,
van con
rapidez que asombra,
van
llevando ilusiones a la sombra.
Dolor
del alma,
con un
péndulo inmóvil
que ya
no cuenta las horas
que se
van,
no
siente los minutos
cadenciosos
a golpes
del
corazón que adora,
aspirando
la magia
embriagadora
de tu amoroso afán.
¡Abandóname
dolor del alma!
Llévame
a la intensa voz de ternura,
que
vibra en el alma de mi amante,
como
entre la noche oscura
una
campana distante
nos
busca para encontrarnos
entre
recuerdos perdidos
de
angustias y desengaños.
¡Dolor
del alma!
crece
como una alta llama,
envuelta
en gasas y tules blancos
y me
lleva por encima de ocaso
a otros
mundos buscando la paz,
el
sosiego,
¡no más
penas desconocidas!
que se
mezclan en nuestras vidas.
¡Sí la
luz al alma!
¡Sí que
aparezcan
en
nuestro mundo interior,
luces,
músicas y poemas
de
amores eternos!
¡Dolor
del alma!
¡Vete
pronto!
¡Déjame
encontrar
el
cariño dulce y tierno
que dé
a mi alma
calmas
hondas y vívidas ternuras,
besos
puros y dichas profundas!
Y así
poder seguir
escribiendo
mis poemas
a los
que entrego mi vida,
los
vivo como un anhelo
porque
soñadora soy.
¡Dolor
del alma,
ya no
más!,
pondré
música a mis palabras
y así
la brisa suave y breve
los
llevará hasta ti,
amor
esperado por siempre.
Amar sin miedo
¿Qué me
ha dado tu amor
que
vivo sumergida en él,
sin
miedo a perderlo?
Sólo sé
que por ti sigo siendo
un ser
que pertenece a lo inexistente.
¿Qué me
has dado ya que río,
ya no
lloro?
Me aíslo
contigo en un ensueño
que
persiste en la noche,
hasta en la noche en mi sueño,
cuando
vienes me alumbro de alegría
y al
irte me ensombrezco de tristeza.
¿Qué me
ha dado tu amor
que
vivo sin miedo a amar?
Lo
siento tierno,
como
los brotes de bambú incipientes
que
inquietos se asoman al viento.
Si pudiera
tu alma responder a la mía
desde
esta lejanía,
te
diría en secreto qué cosas ansía.
Amar
sin miedo,
estamos
separados por caminos largos
pero
igual puedo tener de tu amor
la
certeza y gozar plenamente
como si
estuviera entre tus brazos.
Si al
caer de la tarde,
nuestras
almas se fueran a la orilla del mar
y en un
beso se unieran,
el
cristal de mis sueños
la realidad
partiría en mil trozos risueños
y mi
amor cantaría
en
nuestras almas vibrando
en
unísono canto.
Amar
sin miedo,
voy por
la vereda de esta nueva historia
y en
este pergamino
de
momentos intensos,
escribiré
poemas para poder estar a tu lado
a
través de mis palabras hondas,
sentidas,
vibrantes.
Paralizada
estoy en tu recuerdo,
mi
pensamiento vive
palpitando
en mí
y
siento que por ti
la paz
me inunda el alma.
Amar
sin miedo,
voy
hacia ti sin temor a nada
ya que
tu amor es arte divino.
Junto a
ti,
tu
pureza fecunda
fue
germen de ternura
que se
arraiga cada día más
en mi
corazón.
No me
dejes ir,
ya que
tu amor alienta mi vida
y
dilata la hondura de mis sentimientos.
Sólo así
comprenderás mis versos,
los más
vibrantes, los más sentidos,
los
refugios incesantes de mi vida
que se
acompasan en mi alma
cobijándome
e impulsándome
en
verdad a continuar
volcándolos
en estas hojas en blanco
para
ti, mi amor.
Ríos interiores
Ríos interiores
que nos llevan a buscar
el gran camino que no intentamos
hallar
pero es aquel que al menor
descuido
a nuestro encuentro vendrá.
¡Ríos de vida!
¿No los oyes?,
sobre el mundo eternamente
errante
nos llevan con vendavales,
brisas o suspiros al lugar exacto
donde el amor nos está buscando
con angustia,
desolado de no hallarnos.
Ríos interiores llevadme a él,
al único que me hará vibrar,
temblor de ansias de amar
en un único anhelo
¡ser amada!
¡Ríos interiores!
los espacios vacíos,
el gran aire,
esperan siempre,
por dejar de serlo
y que el amor los inunde,
los ocupe y los lleve al más allá.
¡Ríos interiores!
horizontes que vigilan
avizores con música incorpórea,
ese lugar,
parte del mundo inmenso,
por donde vendrá él,
entre el aire lleno de memorias.
Y yo,
como alma turbia y sola,
sin un lirio en mi margen,
ni una estrella en la ola,
fui a buscarlo a correr las
llanuras
y a perderme en los ríos de la
vida.
¡Ríos interiores!
se llevaron la pena,
esa la que brota
en las noches oscuras
o de luna llena.
Ahora soy la que grita tu nombre
buscándote en la arena
en la que quedó grabado
y sé que el río de la vida a ti
me llevará.
Ya mi alma no llora,
ni fluyen más mis lágrimas
porque te encontré
y siento que te aproximas
como golondrina buscando su
cálido nido.
¡Ríos interiores!
traigan rápido a mi amor
entre corrientes alegres
hechas de pasión y caricias
de fronteras herbosas
y déjenme una rosa,
rosa de agua en mis ensueños.
Quiero que desemboquemos juntos
corriendo entre orillas
que se llaman los días más
felices.
¡Cómo nos encontramos los dos
en el mundo de la vida!.
Estábamos esperándonos uno al
otro
y ahora nos reconocemos después
de tantas peregrinaciones por
nubes,
aires, temblores,
encontrando la verdad
definitiva y jubilosa de nosotros
dos
juntos en una unidad radiante de
la vida.