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Manto De Flores


Manto de flores,
me envuelven
con su fragante aroma
y su cadena de colores,
rojos,
amarillos,
blancos,
 lilas
y su dulce perfume
perturban mi alma plena de amor.

Entre rosas,
nenúfares,
amapolas,
azahares,
 azucenas,
almendros en flor,
dalias,
tulipanes,
calas,
aterciopelan mi cuerpo
y me inundan de dulzura y paz,
aureolan mi ambiente.

El amor es como la flor
 todavía en capullo bello
donde ha brotado pureza,
suavidad,
delicadeza,
pasión.
Manto de flores
que a su través
me lleva al mundo de tus brazos,
me siento cobijada,
amada
entre colores y perfumes.

En el aire sensual
y tibio de la tarde
me acarician sus pétalos,
es un manto dulce,
mágico,
 luminoso,
que nunca se olvida.

Como el arco de los cielos
sus olores llegan
 y crecen
y luces me envuelven
y el ángel verde
de la esperanza
me llena de alegría.

He perdido el miedo
en tus brazos
que me estrechan poderosos
con la fuerza del amor.

Manto de flores,
 el lirio de la ternura crece
en la pradera celeste
 del agua
como los nenúfares en flor
 quietos y anhelantes
que parece que esperan las canciones
que alguien los acompañe
en su danza de círculos.

Los camalotes cándidamente se asoman,
castos y libres
y las aguas nos brindan
 sus vestiduras de melodías
haciendo que nuestra total entrega
sea duradera y dichosa.

Mantos de flores,
 la lluvia se inicia ya,
 las nubes
en su tránsito lento
hacen brotar los retoños luminosos,
que crecen libres
en las ramas perfumadas
haciéndonos sentir
entre vergeles floridos,
caricias nuevas.

El radiante césped trémulo
 se viste de perlas de agua,
dando a nuestro amor
frescura
que espera botones,
capullos
y tenues lazos
que entre grises y rosas
se entrecruzan.

Manto de flores,
en la calma
de unos pétalos
nuestro amor resurge,
se retrata fiel,
entre rosales
y madreselvas
con comunicativa ternura.

Olor de nube en la flor celeste,
en la tierra verde,
en tus brazos
mis manos leves
encuentran los carmines que busco.

Manto de flores,
 feliz la nube de mayo,
que es ésta
o aquella rosa,
déjenme vivir feliz
con mi amado
entre guirnaldas florecidas,
 límpidas y libres,
y entre enredaderas
de campanillas azules
aquellas que allá se asoman.

Bajo la esmeralda temblorosa,
amado mío,
te veo
y te siento
con corona de jilgueros
y pétalos de amapolas,
siguiendo yo
alegre tus pasos
 hacia las islas
y los bosques florecidos
 del sueño.

Soy feliz,
estoy en el valle perfumado d
e tu ágil cuerpo
y en tu regazo
me dejo caer
cual frágil flor
recién nacida.

Te llevaré conmigo


Te llevaré conmigo
porque apareciste en mi vida
con palabras de amor.

Ven,
mis labios no están acostumbrados a ti,
tímidos como amapolas en otoño,
como una abeja sobre una flor
al atardecer del día.

Ven siempre amor quiero
sentirte a mi lado
antes de que muera el día.

Me has dicho mujer cristalina
que has volcado tu aroma de mujer
en cada verso,
en cada estrofa ,
en cada palabra,
se puede ver la sensibilidad de tu interior
en lo bueno que te ha dado la vida
y esas palabras ya calaron
muy hondo en mí.

Te llevaré conmigo,
llegas al fondo de mi corazón
sin prisas ni dolor
llenando mi vida
como un vergel en flor.

Nuestro amor es como la llovizna,
cae despacio
pero desborda el río.

Te llevaré conmigo,
soy un alma que sueña
en encontrar la letra de su cántico.

Te llevaré conmigo
en una travesía que empieza
rumbo a siempre,
con mapas secretos,
misteriosos,
sin brújulas sólo luceros de la noche
que nos llevan en balsa de dioses,
en auroras y crepúsculos,
en espumas de los años,
años y olas por los siglos
alzándose y rompiéndose.

Te llevaré conmigo
para llegar a recalar juntos
en la celeste ensenada segura,
la que está detrás,
a salvo del tiempo
para llegar amándose
a la calma de querencias puras.

Te llevaré conmigo
hasta el rincón más pequeño,
hasta el fin de mis días,
por la luz de la luna
a encontrar ese lugar nuestro,
sólo nuestro,
donde nos amaremos
en la esperanzada soledad de la noche.

¡Cuántas aventuras de amor
viviremos juntos
en este nuestro paraíso juntos!.
Te llevaré conmigo,
desde siempre,
para siempre.

Te tuve un instante


Te tuve un instante
que no se perderá
en el olvido oscuro y profundo
de los vivires de segundos.

Mi ángel quedó llorando
su inocencia perdida
en el abismo de tu ira,
sin retorno de la nada
a la que te fuiste.

Te tuve un instante,
fui verano después
de un florido vergel de primavera
que duró la brevedad
de una rosa en flor.

Las hadas y los duendes del amor
me siguieron y nos hicieron encontrarnos
en ese breve instante
en el que me brindaste delicias de ternuras,
sentimentales besos
que me llevaron al cielo,
después me diste
mieles de extraña seducción.

¿Por qué te enviaron a mí
por tan solo un instante
en esta vida carente de amor?
¿Es que acaso
en un acontecer de amor
impregnado de estío
tan sólo una noche
nos deja ese recuerdo
para toda la vida?

Se enlazaron nuestros ritmos,
nuestros sueños de amor
con el lírico trino de la alondra
y el rumor del arroyo,
se sintió el suspiro levísimo
que dio el corazón
y plenos de amor los ojos,
nos besamos el alma
y un invisible abrazo
rubricó nuestra unión.

Te tuve un instante tan sólo,
pero será eterno en mí.
Mi cuerpo fue virginal
reflejo de una nívea albura
de juventud colmada de ternura
que volcaste en mí.

Envuelta en esta red de amor y ensueño,
necesito que no me alcance el engaño,
ni la vileza,
ni un corazón sin calidez,
frío y con mentiras.
Sí quiero que me aprisiones,
tú, el alma amante
que me brindó dulzuras y calor.

Que apartó por un instante de mi vida
el goce que destruye,
haciendo daño con trampas y falsas
palabras como filosas dagas
lacerantes que se burlan
despiadadas del amor verdadero y amante.

El amor sincero,
el hondo,
el que me hace sentir amada
y al que esperaré por siempre.