Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 2 de febrero de 2015
Esperanza nueva
Esperanza nueva,
alumbras mi ensueño,
envuélveme en tus
brazos,
llévame lejos,
muy lejos hacia el
jardín del Edén,
para vivir amando
como ama la lluvia pura
la tierra seca que
aguarda su suspiro.
Esperanza nueva,
dame el gozo de
esperar
lo que vendrá,
él por la sombra,
yo por la luz,
sin conocer angustias
ni llantos
que el alba abre en
noche y el crepúsculo
en el pecho del día
y no sentir el dolor
de no tener la luz
que no se tiene
y el gozo de esperar
lo que vendrá.
Esperanza nueva,
árbol florecido,
hoguera de estrellas,
río de músicas de violines,
llovizna de jazmines,
serenamente por
dentro me abraza.
Esperanza nueva,
flor de cielo,
me irradias el fulgor
que seca las fuentes
de mi llanto,
eres la luz
que como beso de dos
amantes
iluminas el todo.
Esperanza nueva
que me hace sentir
magia de amores
en grandiosos momentos
de belleza
que suspirando me va
dejando
acontecer en las
manos de lo Divino.
Esperanza nueva
que me lleva hacia
ti,
el amante esperado,
con deseos de alegría,
de compartir,
de reír.
Esperanza nueva,
preámbulo de lo que
va a llegar,
de lo que está por venir,
entre abrazos
emocionados con versos
que se dan a la vida,
como suspiros de
suave textura,
como terciopelo
inquieto que nos busca,
que nos sorprende,
que nos impresiona lo
suficiente
para ser amada.
Esperanza nueva,
en silencio,
despacio,
acércame a mi amante
y déjame envolverme
entre sortilegios y
magias
en su mirada de amor,
entre nostalgias de
gozo…
Magia de un día
Magia de un día,
mi amor tu eres magia,
en cada instante de mi vida
en mi cielo resplandeces
y son tus ojos que me iluminan
con un fulgor de estrellas que me
cautivan
y me ocultan sin quererlo en tu
mirada.
Magia tiene tu voz,
tu dulce acento,
el cual lo escucho dormida y aún
despierta
que me dice dulcemente con el viento,
me confiesa y me repite:
“que me amas”.
Mis pinceles más leales
se han propuesto apresar tu verdadero
rostro:
desentrañar las esenciales líneas
donde tu fuero el aire acata y el
aurea alba,
espiar el múltiple venero
donde emerge a raudales toda la luz
que quiero para tu piel,
tus ojos cenitales.
Magia de un día,
en la que la recta se espírala,
la curva se endereza
y por la emoción y el sentimiento
sin acertar el rumbo ni la escala,
la alta luz tropieza o en su ímpetu
resbala.
Magia de un día,
estás a mi lado,
entre mis brazos,
cubriendo mi cuerpo con calor y
caricias.
¿Cómo apresar la sosegada llama que te
entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en
tus mejillas convoca?
¿O la mañana asomada a tu boca?
Magia de un día,
mi afiebrada plata se anubla
enamorada.
Se pierde en la enigmática y secreta
zona
de la alborada donde digo carmín,
azul,
violeta
y al nombrarlos se esfuman en airada,
fantástica pirueta.
Magia de un día,
en tu silencio eres un volcán
que se activa aquí en mi pecho,
cuando llegas y desciendes a mi lecho
y en tu ternura me abrazas.
Mágico es este momento cuando respiro
tu aliento
y mi alma se entremezcla con la tuya
para volar por los cielos
y marcar el universo entre suspiros,
siendo uno,
envuelto en hilos,
envuelto en hilos de plata.
Magia de un día,
con este nuestro amor
que no se acaba nunca
porque prolongando
de que uno y uno sean dos
ya que el amor es el retraso milagroso
de su término mismo.
Con los besos, con la pena
y el pecho se conquistan en afanosas
lides
entre gozos parecidos a juegos,
días,
tierras,
cielos abiertos,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está
esperando
hermana de la muerta o muerte misma.
Magia del beso perfecto,
aparta el tiempo,
échalo hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar,
ni en el hallazgo tiene el amor su
cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo,
altísimo,
temblando.
Magia de un día
que se va en una despedida larga,
clara,
con lo más seguro que es el adiós…
Mi recuerdo eres tú
Mi recuerdo eres tú
(parece que flota…
es tan suave su ir y volver
bajo el fanal errante de la luna confidente
del bardo peregrino)
Mi última esperanza
(irradias en la sombra todavía
siguiendo un ideal que no se alcanza,
merodeando en la sombra
la ilusión perdida que fue mi guía)
Mi recuerdo eres tú
(y hoy,
en este otoño que estoy viviendo
y que la vida empieza a declinar,
se encuentra mi corazón solo y cansado,
sólo me hace feliz tu recuerdo
turbando el nocturno desasosiego)
Mi última esperanza
(tú,
mi todo,
eres el que despiertas
con cada triste sonido,
lento toque de notas vagas
que el viento lleva a flotar
como doliente gemido
y de la noche en calma,
tú mi melancólico
me haces estremecer el alma
en vibraciones impredecibles)
Mi recuerdo eres tú
(fuiste mi mundo de venturanza
que me llevó a la plácida nota larga,
tu voz me sigue acariciando
y como un suave reproche se desgrana
en la calma noche las perlas
de las delicias vividas a tu lado)
Mi última esperanza
(¿es que acaso ya no estaremos más juntos?
Quiero flotar en el éter la aúrea nota
que nos unía en un bálsamo efluvio
de noche primaveral.
¡Ven a mí!)
Mi recuerdo eres tú
(¡qué instantes más frenéticos y voraces
vivimos tú y yo!
bajo cielos escarlatas que se extendían
inflamando mantos sobre nuestros cuerpos)
Mi última esperanza
(no quiero que seas mi silencio total
en un viaje completo de la vida,
te quiero en su trayecto en bacanales,
algazaras,
proezas musicales,
en una gesta al abordaje de la felicidad
y de la paz eterna)
Mi recuerdo eres tú
(por ti anduve en el mar,
altiva como una ola,
una ola desnuda y sola
estallando en cada cabriola
y desgranándome al recordarte
en cada instante)
Mi última esperanza
(por ti,
un hondo estremecimiento
se aquerenció en mi interior
y destelló en derredor,
un símil del paraíso al pensar en ti)
Mi recuerdo eres tú
(serás siempre un horizonte plomizo en mi vida
quedando siempre un goce en mi corazón
y en mis manos desoladas,
entristecidas,
marcadas,
donde mi piel te recordará siempre)
De nada me arrepiento,
pues la verdad de un momento
se grita como absoluta
aunque al final de la ruta
otra verdad la reemplace.
Viví desde la cima a la cumbre,
ardida en ardientes lumbres,
en un eterno recomenzar.