Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 13 de febrero de 2015
Caricias de amor
Caricias
de amor
¡Qué
caricia larga
de
acción
me
sube por las venas
anchas
de re correrme!
Sublime
sentimiento de amor
que
mi alma no puede alcanzar
el
silencio de poemas sin palabras
y
salta por mis labios
hecha
de polvo
de
vibraciones íntimas.
Nuestras
caricias recorren nuestra piel
y
nos unen en un abrazo tan íntimo
que
somos un sólo cuerpo.
Cuando
estamos juntos,
rueda
en mi rostro
la
enternecida claridad que sueñas.
Para
mirarte, amado,
en
mis ojos hay público de estrellas.
Cuando
me tomas, trémulo,
hay
lirios naciendo por mi tierra
y
nuestras almas,
como
ávidas gaviotas
se
tenderán al viento de la entrega
y
yo,
fuente
de olas,
te
haré cósmico.
¡Hay
tanto amor
nadando
en mis estrellas!
Caricias
de amor,
que
en cada alba desharemos juntos
y
escribiré un poema
exaltado
de la espera
deteniendo
de emoción el mundo,
al
regalo nupcial de auroras nuestras.
Caricias
de amor,
que
hacen volver a la vida en un destello.
Las
tinieblas de mis pupilas desaparecieron
desde
que hallé tu corazón
en
la ventana de mi rostro enamorado.
Caricias
de amor,
esta
noche se ha ido,
casi
aurora
casi
ronda entre montañas,
como
una sensación de golondrina
al
picar su ilusión en una rama.
Amanecer,
sin alas,
para
huirse,
con
plena emoción entre mis manos
que
asaltadas fueron por tus caricias
que
antes eran castas.
Noche
rasgada al tiempo repetido,
detenida
en esencias altas,
como
una claridad rompes mi espíritu
circundas
mi emoción con alegría.
Caricias
de amor,
callado,
tímido,
íntimo,
así
te quiero
sin
saber las puertas del mañana,
entre
juego de luces, casi alba.
¡Amante,
tus
caricias desgajan mis sentidos…
Yo soy
un sueño remando por tus aguas!
Quebranto tu voz
Quebranto tu voz,
la que se quebró en mil pedazos
de cristales angulosos,
ante el muro que,
infranqueable,
puse entre tú y yo
por la pena insondable que dejaste en mí
al irte sin siquiera un adiós.
No muy lejos… de frente…
viene un cuerpo sin vida,
es el mío,
desvitalizada el alma
que de pena lo contiene.
Quebranto tu voz,
para siempre no quiero
más rocío cristalino,
la ventana de mi alma exhala,
bajando en rapel por mi mejilla
que tú dejaste de acariciar.
Me heriste al desaparecer
y yo sola,
ante un alma vacía
que sufre y pena,
sin pudor se muestra.
Noche tormentosa,
madrugada solitaria,
recuerdo triste,
¿cuál fue el motivo de este alejamiento?
Quebranto tu voz,
no quiero ni de lejos que me llegue su eco.
Te vi
te amé
callé
sufrí
¡desesperación inmemorial!
lloré
sentí
morí
recé
pero por fin con fe
el dolor se fue.
Tú eres como el viento huracanado
quebrando las ramas de los árboles
buscando debilitar mi fuerza,
mi alma pura y noble.
Vivo ahora un sin rumbo ni distancia,
en un esperar callado y dolorido,
en una ansiedad de amor sin ilusión
al contemplar lo triste de tu olvido.
Este terrible dolor
que me atormenta,
esta angustia de saber
que no me quieres,
las horas de mi vivir
pasan muy lentas
sangrando mi corazón doliente.
¡Este tedio,
esta ruina de vivir sin esperar ya que tú regreses,
este miedo de tener que morir
esperando en vano que me beses!
Convertí sufrimiento en pena
y dolor en poesía,
olvido que espero para cantar poesía,
pido a Dios, Señor,
dé amor de nuevo
brótame a veces pidiendo que regreses.
Aquel amor
sin dolor
sin heridas
sin olvido
¡un amor tan sólo yo quería
y convertí mi ruego en poesía!
¿Dónde estás?
¿Dónde
estás amor de mi vida
que no
te puedo hallar?
¿Te has
escondido
entre
los vergeles floridos
o en
las cuevas oscuras junto al mar?
¿O en
los nimbos del olvido?
Eres
tan sólo un perfil,
nubes
grises
bajo la
tormenta oscura de palabras.
¿Dónde
estás?
¡Ven a
mí!
Te
hubiera amado
hasta
en la tristeza
o en la
melancolía.
La
noche te llama
y el
sol busca tu rostro
donde
el día toma su luz hermosa.
Te
quiero junto a mí,
si no
te tengo el frío,
el
dolor,
nubes
grises de siempre,
como un
relámpago entre el sueño,
amaneces
atravesando auroras.
¿Dónde
estás?
Vive tu
secreta existencia a mi lado,
como el
deseo que nunca se extingue,
habitemos
juntos
el
invisible corazón de la eternidad.
¿Dónde
estás?
¿Cómo
llegar a ti?
Siempre
llegué,
siempre
fue posible estar juntos
¿por
qué ahora no sucede?
¿Dónde
estás?,
¿Entre
la húmeda neblina
que
borra toda la gala matutina?
Me
entristece no estar contigo,
no
tengo tus labios
y tú no
sientes los míos,
¿dónde
estás?
todas
las frases que se quedaron
en mí
para ti,
se
dormirán y quedaré
vacía y
sola.
La vida
contigo se me ha quedado,
te
hubiera amado aún a tu perfil
sólo
entre nubes grises,
sin
nimbos del olvido.
Con el
misterio de la mirada
te
busco entre relámpagos de sueños
y
amaneceres solitarios.
¿Dónde
estás?
Te
busco en el horizonte envejecido,
en la
estrella que palpita,
en
aquel cielo con un sol
en el
interminable laberinto de la Tierra.
¿Dónde
estás?
parece
que habitas
en el
invisible corazón de la eternidad.
Más
allá de las palabras,
de los
sentidos,
de las
ideas,
en el
territorio oculto de tiempos
escurridizos
te esperaré siempre,
tu piel
de mares infinitos
acunará
la fuerza de las esperanzas.
¿Dónde
estás?
te
siento agitando tu melodía de fuegos
en las
manos del arco iris,
donde
habitan las sombras
corriendo
libres por la luz
y este
lugar
el amor
sueña libre en su soledad.
¿Dónde
estás?
te
espero con mi corazón puro,
recibiendo
desde tu lejanía
sencillas
y suaves vibraciones de amor
que
caen en pequeñas cascadas silentes
cada
día por las curvas sencillas del viento
desplazando
su caudal
de
perfumes en el tiempo.
¿Dónde
estás?
no
quiero sufrir amarillentas pesadillas
de que
no te encuentro,
te
quiero junto a mí
en los
atardeceres temporales
de mi
espíritu.
Yo te
amo
sin
límites ni tiempos.