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Dolor del Alma


¡Oh!
cuanto tiempo silenciosa el alma,
ni un gemido se escucha,
ni una queja.

El tiempo vuela
con alas de golondrina
cuando debería quedarse quieto
y parece inmóvil
cuando debería volar.

Dolor del alma,
cuando al quererlo
la suerte se mezcla
en nuestras vidas.

De la ausencia,
las penas desconocidas
y envueltas en el misterio
que subyugan,
van con rapidez que asombra,
van llevando ilusiones a la sombra.

Dolor del alma,
con un péndulo inmóvil
que ya no cuenta las horas
que se van,
no siente los minutos
cadenciosos a golpes
del corazón que adora,
aspirando la magia
embriagadora de tu amoroso afán.
¡Abandóname dolor del alma!

Llévame a la intensa voz de ternura,
que vibra en el alma de mi amante,
como entre la noche oscura
una campana distante
nos busca para encontrarnos
entre recuerdos perdidos
de angustias y desengaños.

¡Dolor del alma!
crece como una alta llama,
envuelta en gasas y tules blancos
y me lleva por encima de ocaso
a otros mundos buscando la paz,
el sosiego,
¡no más penas desconocidas!
que se mezclan en nuestras vidas.

¡Sí la luz al alma!
¡Sí que aparezcan
en nuestro mundo interior,
luces, músicas y poemas
de amores eternos!

¡Dolor del alma!
¡Vete pronto!
¡Déjame encontrar
el cariño dulce y tierno
que dé a mi alma
calmas hondas y vívidas ternuras,
besos puros y dichas profundas!

Y así poder seguir
escribiendo mis poemas
a los que entrego mi vida,
los vivo como un anhelo
porque soñadora soy.

¡Dolor del alma,
ya no más!,
pondré música a mis palabras
y así la brisa suave y breve
los llevará hasta ti,
amor esperado por siempre.

Amar sin miedo


¿Qué me ha dado tu amor
que vivo sumergida en él,
sin miedo a perderlo?
Sólo sé que por ti sigo siendo
un ser que pertenece a lo inexistente.
¿Qué me has dado ya que río,
ya no lloro?

Me aíslo contigo en un ensueño
que persiste en la noche,
hasta  en la noche en mi sueño,
cuando vienes me alumbro de alegría
y al irte me ensombrezco de tristeza.

¿Qué me ha dado tu amor
que vivo sin miedo a amar?
Lo siento tierno,
como los brotes de bambú incipientes
que inquietos se asoman al viento.
Si pudiera tu alma responder a la mía
desde esta lejanía,
te diría en secreto qué cosas ansía.

Amar sin miedo,
estamos separados por caminos largos
pero igual puedo tener de tu amor
la certeza y gozar plenamente
como si estuviera entre tus brazos.
Si al caer de la tarde,
nuestras almas se fueran a la orilla del mar
y en un beso se unieran,
el cristal de mis sueños
la realidad partiría en mil trozos risueños
y mi amor cantaría
en nuestras almas vibrando
en unísono canto.

Amar sin miedo,
voy por la vereda de esta nueva historia
y en este pergamino
de momentos intensos,
escribiré poemas para poder estar a tu lado
a través de mis palabras hondas,
sentidas, vibrantes.

Paralizada estoy en tu recuerdo,
mi pensamiento vive
palpitando en mí
y siento que por ti
la paz me inunda el alma.

Amar sin miedo,
voy hacia ti sin temor a nada
ya que tu amor es arte divino.
Junto a ti,
tu pureza fecunda
fue germen de ternura
que se arraiga cada día más
en mi corazón.

No me dejes ir,
ya que tu amor alienta mi vida
y dilata la hondura de mis sentimientos.
Sólo así comprenderás mis versos,
los más vibrantes, los más sentidos,
los refugios incesantes de mi vida
que se acompasan en mi alma
cobijándome e impulsándome
en verdad a continuar
volcándolos en estas hojas en blanco
para ti, mi amor.

Transmutación


Transmutación,
cambio sin fin,
que te lleva a ser alguien diferente
en un ir y devenir continuo,
evolucionando hacia lo inexpugnable
del mundo interior.

Transmutación,
conversión,
la piel se transforma en otra piel,
en un mundo inédito
que nos lleva a una metamorfosis del amor,
transportándome a una abierta risa
de depurados cristales,
saliendo airosa de ciénagas
de olvidados amores del pasado.

Transmutación de un ser frío,
altivo, arrogante,
en una mujer soñadora
que vive el cálido romance del amor
que desea inspirar y desatar
en un loco frenesí que la arrebate.

Alteración de un corazón roto
en uno palpitante y gozoso
que sueñe y se estremezca
entre los abrazos
anhelados y esperados de ti,
el de mirada ardiente,
el que me hace sentir
presa abandonada
al albedrío de sus fuertes brazos.

Transmutación,
mis brazos quietos e inmóviles
se transforman en alas enlazadas;
en espumas nacaradas
mis manos se convierten
y en un sortilegio del sol
mi cuerpo se graba
en el ébano azul de tu mirada.

Cambiante vida la mía,
transmutada hasta el fin,
buscando al caer de la tarde
que nuestras almas se fueran
a la orilla del mar
y en un beso se unieran,
donde el cristal de mis sueños
la realidad partiría en mil trozos risueños
y mi amor cantaría en nuestras almas
vibrando en unísono canto.

Transmutación,
cambiar la lejanía por el abrazo nuestro
iluminado por sueños
y suspiros de amor.

Transmutación,
dame un corazón nuevo,
no acerado,
donde morar pueda este nuevo amor,
corazón con calidez,
dulzura y goces eternos.