Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
lunes, 2 de marzo de 2015
En armonía con el viento
En
armonía con el viento,
los dos
creamos
la más pura armonía de reflejos
en
raudas ondas que flotan
en el
aire como una canción de amor.
Mis
lágrimas trepan
por la
lluvia y el sol
y mis
estrofas, mis palabras,
son mis
letras de papel.
Busco
en el viento,
poemas
que involucren
todo
nuestro amor
en cualquier rincón del mundo
con el
alma siempre colmada
de un
amor sincero y puro.
En
armonía con el viento,
nuestros
corazones saben guardar
en el
tiempo
todos nuestros secretos
de cada
momento vivido
sin penas ni lamentos
como
raíces y puentes
de la
vida en crecimiento.
¡Qué
gozo que no sean nunca iguales
las cosas que son las mismas!
¡Toda,
toda la vida es única!
Si el
vasto tiempo entero,
río
oscuro,
se
escapa por las manos
nos
deja prendas inmarcesibles
llamadas
días, horas,
en que
fuimos felices.
En
armonía con el viento,
nosotros
los amantes,
nos prometemos los siempres
con
almas y con bocas,
seguros
de no acabar
el amor
que sentimos,
el que
llega a tocar
el
techo de la eternidad.
Amor al
viento, en armonía de susurros
soy
pasajera de tus sueños,
tus abrazos son mis viajes sin retorno,
una mirada, un gesto
y se
desarman las voluntades de mi cuerpo.
En
armonía con el viento,
canto las odas de mi existencia.
Una
sonrisa, una palabra
y mis
versos se someten a tus besos.
Quiero
alcanzarte en mi penumbra,
quiero
posarme en la dulzura de tu calma.
Soy
amante del viento
y en
las altas llanuras de su éter,
te
busco en el rocío de agua
que al
amanecer me baña,
navegando
por mi cuerpo
en
silencio en una tarde de invierno.
Por las
curvas sencillas del viento,
desplazando su caudal de perfumes
en el
tiempo, en armonía
con el
rocío cósmico
en los
atardeceres espirituales
abraza
al son de canciones de amor
nuestros
mundos profundos y luminosos.
Quiero
volar
con el
ritmo armonioso del viento,
hacia ti, hacia las alturas del amor,
quiero
elevarme contigo
más
allá de las cumbres terrenales
hasta
el reino de la paz,
donde nuestra dicha
no pueda
ser perturbada jamás,
unidos
por siempre
en amor
inmortal.
En
armonía con el viento,
viajan
las nubes,
las
sacude con sus viajeras manos
y
nuestros corazones laten al unísono
sobre
nuestro silencio enamorado,
zumbando
entre los árboles,
orquestal
y divino,
entre acordes de canciones, risas y cantos,
llevando la hojarasca marchita
lejos, muy lejos
como
sustancia sin peso
y
fuegos inclinados.
Tal vez mejor soñar
Tal vez
mejor soñar
que
vivir entre húmedas neblinas
en las
que ningún árbol,
ni una
nube se destaca,
en esta
blanquecina cerrazón
que me
entristece
y no
ilumina débil
la luz crepuscular y opaca.
Soñando
voy por senderos luminosos,
hadas y gnomos iluminan mi camino,
floto en la brisa fresca y pura
del
espacio de la nada,
ingrávida
y suelta sin pesares ni dolores.
Tal vez
mejor soñar y no vislumbrar
desde
la invisible altura
bajo la luz que, demacrada, brilla
a través de la niebla del vivir
que es
un velo todo impregnado en llanto.
Soñando
soy como un ave que,
con su
ímpetu de vuelo,
su
canto lanza por campos en flor.
¡Qué
bien se respira,
gozan
mis anhelos,
canto
en la lira
y en el
alma que sueña,
vuelos
vibran sin par,
en un
fragante edén!
Tal vez
mejor soñar
que
vivir en la ardua lucha diaria,
de cada
instante,
que nos
desgasta,
nos
produce sufrimientos y dolores
entre
tan pocos instantes de amor y alegría
que
como un millón de notas nos subyuga
y en un
millón de arpegios nos eleva
a vivir
la realidad cruel
a veces
una y otra vez.
Tal vez
mejor soñar
con
todo un paisaje que canta
y nos
conmueve con notas misteriosas
en
fantásticos pentagramas
plenos
de dicha y luz,
en un
alado idioma sin palabras
que
vivir instantes presurosos
de
amores fugaces
o de
recuerdos nuestros.
Tal vez
mejor soñar
con el
númen del estío
donde
se vierten en llanos y bosques,
campos de girasoles, alelíes, azucenas
que
como arcos de violín,
resbalan
hacia el río
entre
el cordaje del juncal sonoro.
¡Ya no
caben más notas en el viento,
en mi
sueño azul y mágico!
Tal vez
mejor soñar,
no
sentir el dolor frío de la realidad
que
golpea a veces nuestro corazón
llevándonos a pesares de remotos ayeres,
Soñando
melodías de lejanas orquestas
nos invaden y nuestra alma feliz
clama
ante la esperanza
deshojando
flores entre dichas y placeres sin fin.
Tal vez
mejor soñar
y no
vivir fugazmente momentos breves
como
gotas de rocío
a quien
le da la aurora
para vivir su hora morada
en una
flor conociendo las espinas
que defienden su fragante palacio de color.
Y así
la vida pasa
pensando
en tener un mañana
como no
tuvo un ayer.
Amor fugaz
Amor
fugaz, breve pero intenso,
profundo pero adolorido
conmigo
a tu lado
pero
pronto sin ti.
Yo sola
con la verdad
de
sentir la angustia,
el
tormento, el cielo negro
de lo
que pudo ser
y se
perdió
en la
oscura inmensidad.
Duró un
efímero momento,
pleno,
vibrante
y como
pluma leve
que se
lleva el viento
cambió
mi vida
al no
estar en tus brazos,
llevándome
a un gran mundo a oscuras.
Amor
fugaz,
como un
latido acompasado,
todo
trémulo de besarme o no,
está la certidumbre: tu ausencia sin labios.
Fue un
susurro sin luz,
un suspiro silente
que
como gasa de amor
pasó a
mi lado dejándome sola
con la
verdad de no tenerte más.
Amor
fugaz,
duró tan solo un instante,
ahora
es tan solo un recuerdo
de
haberte sentido,
casi en
secreto,
pasar
los labios sin tus besos.
Salvación,
fría, dura en la tierra,
del gran contacto ardiente
que
esta noche está ausente,
mi
cuerpo te busca
y mi
frente quiere tocar tu frente,
necesito
ser amada
aún en
la distancia.
Amor
fugaz, fue tan solo un instante
cuando el destino
nos
cruzó a los dos,
como
transcurre el tiempo de un momento,
cuando
lo que dura es un tan solo adiós.
Llegó
el amor de pronto
y se
marchó de prisa
pero
punzó mi corazón
con una
espina
pero lo
que dejó en mi alma
no
termina.
Amor
fugaz,
no pude
retenerlo,
sólo me
dejó
unas
cuantas caricias apuradas
y
ninguna promesa de regreso.
Nuestras
tardes, nuestras noches
fueron sólo breves horas
de
dichas compartidas,
las
manos no eran tocar
lo que hacían en nosotros,
era
descubrir;
los
tactos nuestros cuerpos inventaban,
nuestras
miradas
no se
detenían entre nosotros,
pasaban
a través de nuestros anhelos.
Amor
fugaz,
¿cómo
sabré de tu boca
si tus
susurros ya mi alma no tocan?
Las
palabras brotan de mis dedos
a las
hojas que las esperan,
alegrando mis tristes pensamientos
que
visten la nostalgia
de
lágrimas por éste,
mi
fugaz enamoramiento.
¿Es que
fue fugaz
o
existe hasta este hoy
en el
que te añoro?,
sí, te
añoro, mi eterno amor fugaz,
aunque
tus susurros
ya mi
alma no toquen,
mi
deseo por ti se apaga
y mis
ojos que iluminaban
tu
rostro con mi deseo,
éste se
extingue, lánguido, derretido.
De a
poco,
en breves períodos de mi vida sin ti,
convertí
el olvido en poesía,
convertí
el dolor en poesía,
quedando
una herida
que
sangra a veces
y a
veces se me olvida.
Pido
amar de nuevo,
sin
dolor, sin heridas, sin olvidos
y así,
así,
convierto
mi ruego en poesía,
viviendo
un esperar con rumbo cierto.
Lejanía
sin distancia,
ansiedad
de amar sin ansia,
sin
tormentas en mi alma,
sólo
gozos de saber que existes
y que
me estás buscando
entre
horas del vivir
que
vuelan alto,
esperando
que me beses
y me
ciñas entre tus brazos por siempre.