Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 3 de marzo de 2015
Irresistible tentación
Tus
ojos me queman,
¡Hay!
tus ojos me matan,
Con
su gris ausente Con su piel de vientos
Con
sus fuegos
Con
su hambre de mis ojos
Con
su mirada de cálido verano
IRRESISTIBLE
TENTACIÓN
Con
sus alas asfixiantes
Con
su bocas de amante desbocado
Con
su amor que me ata y me desata
En
cada lujuria de su miedo errante
IRRESISTIBLE
TENTACIÓN
Enséñale
a mi boca a que te nombre
Y
llévame las manos a tu pecho,
Amor,
que desnudándote caminas
sobre
el muro que cerca mi silencio
IRRESISTIBLE
TENTACIÓN
La
piel de tu costado se me enciende
Sobre
el ojo avivado del deseo
Y
flota tu cintura sobre el agua
Q
manan mis recónditos adentro
Balacea
en tu frente una corona
El
aire q se escapa de mis dedos
Y no
me saben mis labios la palabra
Que
una tus oídos a mi verso irresistible
IRRESISTIBLE
TENTACIÓN
Sacúdase
las bases de mi sangre
Y
aparezca tu nombre contra el cielo,
Amor
irresistible siempre que desnudándote caminas
Sobre
el muro que cerca mi silencio
Dejare
mi soledad
Necesito
tus caricias lentas y tiernas
Entrelaza
mis cabellos
Mirándome
con amor mis ojos tuyos,
Yo
mirándote con plena ternura
IRRESISITIBLE
TENTACIÓN
Con
tan solo pensar en ti
Mi
corazón late, palpita
En
tonos cada vez mas subidos
Irresistible
tentación ya mi vida sin ti no tiene sentido
El
arte de vivir es amar y yo te estoy amándote vida mía.
El intruso
El intruso,
en una noche trágica,
sollozante,
entraste en silencio en mi vida
para hacerla florecer
en tu boca tempranera.
Desde ese instante
mi mundo de luz
se transformó
en un roquedal oscuro y triste
y el dolor inundó mi alma
en lugar del amor verdadero
y único que me colmara de felicidad,
sin historias de heridas ni temores,
sin fracasos traicioneros.
El amor
me abandonó las caricias,
los cariños,
la fe,
la fuerza de vida,
las alegrías y las risas
desaparecieron en la nada.
Mi mundo pleno de amor puro
cerró las puertas al cielo al entrar tú
el intruso a mi vida.
¿Por qué razón llegaste?
¿Qué querrías de mi?.
El intruso
solo me dio un amor falso,
insensible,
egoísta y cruel.
¡Ahora basta!
¡Aléjate intruso de mi vida!
No quiero sentir mas
la cascada de tu risa
sarcástica e irónica
navegando en mi recuerdo,
la cadena de tus brazos
arropándome en tu pecho.
El intruso dejó su olor en mi piel,
huelo a él,
me persigue su olor,
me persigue y me posee.
Sentir de ti,
intruso,
no quiero tu palabra enamorada
acariciando mi lamento
y la lluvia de tus montes
seduciendo mis silencios.
Sentir no quiero más,
intruso,
tu colinas encrespadas
devorando mis desiertos
y el oasis de lujuria
que tejías con el beso.
El intruso,
sentir no quiero el halcón de tu mirada
desafiando mis intentos
y el amor de tu capricho
galopando en mis inviernos.
Sentir no quiero el perfil
de tu silueta esculpiéndose
en mi huerto
y ni someterme más
al primer roce de tu fuego.
Sentir no quiero la agonía
que se siente al sentir
que no te tengo
¡Déjame sola tú el intruso,
no quiero oír más tu voz!
Esta soledad no me deja en paz,
si tú intruso mío
no estás nada es igual.
El intruso que un día fue todo para mí
en el decir claro de un te amo,
sin regatear ni una sola letra,
dando por completo la pasión
y el corazón en una mirada.
Intruso,
efímero sueño concluido,
¡qué amargo pesar
ahonda la pena!
Déjame a solas
Déjame
a solas,
no
quiero más
tu amor
frío y silencioso,
es
húmedo río subterráneo
en los
tejidos de mi ser.
Déjame
a solas,
que no
paralices mis sentidos,
no
deseo recordarte
ni un
instante más.
Déjame
a solas,
¡márchate
ya!
bramando
en torbellino ciego,
llévate
tu tempestad,
volteando
tu raudo mundo,
déjame
curar éste dolor profundo
que
inunda mi alma de lágrimas
como
cataratas que la dejan vacía
y sin
esperanzas.
Déjame
a solas,
nunca
más quiero sentir
que
sabías a silencio y a sueños
y a
tactos de deseos,
sabías
a mi mundo,
a todo
lo que anhelaba,
sabías
a amor,
a mi
amor.
Quiero
reír sin tristezas,
llorar
con sonrisas,
¡vete
ya de mi vida!
¡déjame
a solas
con mi
nostalgia de tus besos
y poder
escuchar tu melodía
aún
cuando estés lejos,
aún
cuando ya no estés!
No
necesito tus ojos para ver
ni tus
labios para sentir,
ni tu
alma para vivir,
ni tu
existencia en mi vida
para
sonreír
ni te
necesito
para
saber amar.
Déjame
a solas,
no
quiero lágrimas
con
emociones llenas de ti
y de mi
llenando surcos de pasión,
aclarando
tristezas,
llenando
melancolías,
lágrimas
que eran
tan
sólo para quererte
y
guardadas con sentimiento.
Déjame
a solas,
soñándote
en cada anochecer,
sin
colores,
sin
esperanzas,
sin
anhelos,
sin
nada que me recuerde a ti,
ni tus
suaves palabras en mis sueños
que
ilusionaron mares,
que
significaron tu presencia,
secretos
ya idos de amores a voces.
El
tiempo de amarnos
entre
tú y yo ya no existe,
déjame
a solas soñar con el amor,
caricias
y besos
verdaderos
y plenos.
Alma sombría,
no
llegues más a mí,
no
mereces castigo ni reproches,
no te
veré en el pliego
más
negro de la noche,
ahora
sin ti
brillarán
más las lejanas estrellas.
Eres ya
luz
entre
sombras que no me alcanza,
eres
flores entre ruinas sin color ni aroma,
eres falso
clamor entre dulces caricias
nunca
más encontradas.
Déjame
a solas,
olvidarte
casi en el borde del fracaso,
en el
final que asombra.
Ahora,
sola al
fin,
una luz
que el sol
no sabe
ilumina mi alma
con sus
rayos de amor,
límpido
y brillante.
Vivo en
una claridad,
en una
transparencia de paz
en el
gran milagro de un cenital
esplendor por no estar más a tu lado.