Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 15 de marzo de 2015
No quiero recordarte
No
quiero recordarte,
dime
por favor, donde estás,
en qué
rincón puedo no verte,
dónde
puedo dormir sin recordarte
y dónde
recordar sin que me duela.
Quiero
caminar sin ver tus huellas,
correr
sin ir a buscarte,
quiero
descansar sola con mi tristeza.
Déjame
cobijarme en paz,
bajo la
sombra de los sauces,
enhebrando
algún poema de amor
como un
collar de letras y sílabas.
No
quiero recordarte,
no
holles mi memoria,
en el
tedio de la espera cotidiana,
dónde
el tiempo riguroso
sazonaba
de sombras
y de
lágrimas tristes.
No
vuelvas de repente a mi vida,
como
llegan las nuevas
que
sacuden mis entrañas
y así,
haces temblar el aire
quedando
yo, cabizbaja,
empañada
mi voz,
quebrada
el ala del amor,
en mil
pedazos.
No
quiero recordarte,
no quiero
quedar triste
ni
exánime
para no
derramar ni una sola
lágrima
más.
Estás
en mí
y no lo
estás,
como
una lluvia
de
suavidades indefensas
que
pide que salga
de la
rutina muerta
por
tratar mi sed de olvidarte,
en el
silencio torvo,
oscuro,
misterioso.
¿Será
mi culpa el querer
no
recordarte?
¿Toda
mía
es la
culpa de tu ausencia?
¿Y mi
miedo de amarte
sin ser
amada?
No
quiero recordarte,
tan
solo decirte
¡adiós!,
adioses, sin adiós,
el
acero del otoño
nos
parte la vida
en dos
mitades.
El
tiempo que era para nosotros
un
siempre
ahora
partido está:
ayer,
mañana.
Nuestra
sombra, sola,
era
única,
ahora
está truncada en dos,
tú y
yo.
No
quiero recordarte,
secos
rasgos,
los
vientos firman,
sentencias
últimas
en
nuestros destinos,
aquí,
el tuyo,
allí,
el mío.
No
quiero recordarte más,
no
deseo que veles más mis sueños
y no
puedo morir
porque
te seguiré amando.
Sueño contigo
Sueño contigo,
y en mi duermevela matinal
sólo pienso en ti,
en estar entre tus brazos
en el edén de nuestro vivir.
La vida en momentos de dicha,
alegría, gozo,
se hace más intensa
cuando al alba
la luz de mis sueños se alza
con la brisa del viento.
Sueño contigo
y en él, la travesía del existir
no tiene giros de nostalgias ni resignación,
se rompen las densas tinieblas de la noche
contra el afán de claridad que busco.
Sueño contigo,
entre espumas de luceros,
sí de estrellas que nos salpican el rostro
con un tumulto de constelaciones
de mundos nuestros.
Y en mis sueños,
desafío mares de siglos,
siglos de tinieblas con mi inocencia desnuda.
Y el último ejercicio de mi cuerpo,
buscándote en mis sueños
traspasa el mar, la noche,
las conformidades del otro lado
del mundo negro.
En la playa del día que alborea
en una aurora de colores.
¿Cómo poder explicar los sueños
contigo a mi lado?
ya que no sé por qué fue,
ni cómo, ni por qué ha sido
si es para dicha de nada.
Siempre mis miradas te soñaban
y me soñaban las tuyas
y en mis sueños contigo
cómo vagaron sin rumbo
y sin tropiezos ¡caricias!.
Largos goces iniciados,
caricias no terminadas
como si aún no se supiera
en qué lugar de los cuerpos
el acariciarse acaba
y anduviéramos buscándolo en lento encanto,
sin ansias, sin prisas.
En mi sueño las manos querían descubrir
lo que nos hacían a nosotros,
era descubrir los tactos en la oscura noche
en donde sólo ellas pudieran ver
los cuerpos con las ardorosas ansias
de buscar placeres y goces.
Por eso sueño contigo
y sé que tú reclamarás tu mejilla
sobre mi rostro
la que descansa sobre un abrazo de dos
que no es nada, nada.
Y en el sueño te reclamo en un mar
de silencios sordos
por no estar tú a mi lado.
Y en soñar entre colores, flores, mares, nubes,
se enciende en mi piel
el deseo de estar estrechada a ti
y que te lleguen mis poemas de amor
que emanan de mis recónditos adentros.
Y así, creo, una bellísima arquitectura
de música y de formas
y me siento casta, transparente, luminosa y serena
soñando contigo.
Dime quién eres
Dime
quién eres,
tú, el
desconocido, el misterioso,
que
susurra a mi oído
palabras
muy intensas,
poesías
sentidas
¿Existes
realmente?
o eres
sólo mi imaginación
que me
hace pensar
en ese
momento instantáneo y mágico
Dime
quién eres
tú, el
seductor que juega
con las
palabras,
las
enlaza, las estrecha, las completa
con
emociones fuertes
que
hacen vibrar el alma
de esta
mujer poeta
en esos
instantes breves, únicos
tiernos,
necesitados.
Dime quién
eres,
tú, el
que inspira la creencia de que en verdad
tus
palabras susurrantes fueron ciertas
que
existieron en el aire tibio
de una
tarde única
cuando
el mundo se iluminó al escucharlas.
Dime quién
eres,
tú, el
que escribió breves palabras de amor
porque
al leerlas las creí verdaderas
pero que
para ti eran simples palabras
escritas
sin otro fin que demostrar
que tú
eras, en verdad, el hombre que yo esperaba.
Dime tú,
el que desapareció en la nada,
en lo
ignoto de lo desconocido,
en un
mundo irreal para mi,
dejando
una estela detrás de tí,
una
estela de añoranzas, de esperanzas vanas,
de
tristeza con calor sin sol.
Te has
ido y no sé si para siempre,
dejándome
entre emociones truncas
e
inquietudes profundas que hacen que mi vida
no
vuelva a ser la misma,
la de
ayer, la de los ayeres del pasado
hasta
el minuto en que nos miramos a los ojos.
Desconozco
tu mundo real,
sólo
pienso en nuestro encuentro breve,
leve,
irrepetible, sin tocarnos,
solo
mirándonos con todo nuestro ser sensible
en esa
única mirada.
Dime quién
eres,
¿qué
sucedió entre nosotros
en esos
minutos mágicos ?
¿Por
qué la vida entre sus redes,
tejió
con brillantes ovillos de nada,
nuestro
encuentro en un día que no
esperábamos
que sucediera?
Dime tú,
quién eres
que
buscas, tan solo seducir
para
transformarte en el numen,
la
inspiración de poemas de amor
que
nacen de tan sólo pensarte,
de
imaginar que todo fue verdad
y que
algún día todo lo sucedido
volverá
a surgir en nuestro existir
sin amor