Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 5 de abril de 2015
Déjame a solas
Déjame a solas
con mi alma triste y taciturna,
buscando en mi interior
la paz y el amor dormido.
Déjame llorar la pena de no verte,
exhalar un suspiro de amargura,
refugiarme en los brazos de la muerte
para no sufrir ya tanta tortura.
Déjame a solas
para acariciar sólo el recuerdo
de los besos que me dabas con pasión,
déjame para ver
si es que me pierdo
en un profundo mar
de oscuras aguas.
Déjame recordar
que una mañana me brindaste
el rosal de tu
ternura
y que bebimos del azul fontana
la excelencia del sol y de la luna.
Déjame enloquecer,
pues eso quiero,
hundirme en el rincón del desconsuelo.
Déjame navegar como velero
que no tiene timón ni timonero.
Déjame a solas
en un desierto,
acompañada tan sólo de mi pena,
para pensar que vives
y que no has muerto,
porque no mueren las personas buenas.
Déjame trasladar a otros lugares,
quiero tomar la senda que cogiste
para ver si te encuentro en otros lares,
y me quieres como antes me quisiste.
Déjame a solas,
más breve flota la esencia de la carne,
más breve el viento devorando el llanto,
nada se agolpa y todo es un rastro
nada es inédito dentro del aire.
Tú debes saber
que mi edad invisible rueda triste,
emergen los recuerdos
de nuestras noches de amor
como el aire que respiro.
Entonces te diré,
como flor sangrando desde mi hoja,
venciendo el papel que voy llenando
Poesía es Soledad,
solamente una palabra contra el mundo.
Déjame a solas
para pensar eternamente en ti,
mi amado ausente,
decir que el vacío sopla la razón
aquí en los huesos donde existo
no habría nada que el alma despierte,
solo tú lo podrías hacer,
solo tú, el amor que hace que las palabras ardan.
Mañana del ayer
Mañana
del ayer,
vivida con
intensidad total
como si fuera
un Hoy
último y
deseado.
Sobrevuelo
como una dinastía de soles,
amo y soy
amada,
estoy
envuelta en hilos
de unión
perdurable y recíproca.
Mañana del
ayer,
ya vivida
desnuda,
he soñado una
noche solar
con viento y
lluvia,
me borraron
como a un fuego,
como a un
poema
escrito en un
muro.
Mañana del
ayer,
más allá del
olvido,
alguna vez de
un costado de la luna
verás cómo
caen los besos
que brillan
en mí.
Las sombras
sonreirán altivas
luciendo el
silencio que gime vagabundo,
vendrán las
hojas impávidas
que algún día
fueron
lo que a mis
ojos vendrán
las mustias
fragancias
que innatas
descendieron del alado son.
Mañana del
ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa de
vivir las rojas alegrías
que burbujean
intensas en el sol,
que redondean
las armonías
equidistantes
en el humo
danzante del
amor nuestro.
No me
abandones, mi amor,
en esta
verdadera mañana del ayer.
No quiero que
falte poesía,
en el Hoy del
hoy,
entre
ensueños rezagados.
Pido el
silencio entre nosotros dos,
que nos
amemos juntos,
como si
fuéramos uno,
solo tú y yo.
Mañana del
ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.
Vida, mi
vida, déjate caer
déjate doler,
mi vida,
déjate
enlazar de fuego,
de silencio
ingenuo,
de piedras
verdes en la noche clara,
déjate caer,
ahora,
ya, mi vida.
Mañana del
ayer, cuando me miras
mis ojos son
llaves,
el muro tiene
secretos,
el temor de
no tenerte solo tiene poemas,
solo tú haces
de mi memoria
una viajera
fascinante,
un fuego
incesante.
Caminante silenciosa
Caminante
silenciosa,
mi paso leve,
despacio,
viajando por
la vida
va buscando
el Amor que
anhelo tanto.
No me
anuncian lúbricas ceremonias
ni sordas
campanas
de
ancestrales reflejos.
Mi ruta es la
música salvaje de los pájaros
que sueltan a
los aires
mi bondad en
revuelo.
Caminante
silenciosa,
en búsqueda,
con sed ávida
y perenne del
amante único,
y que también
me busca sin denuedo.
Con gran
esfuerzo tendida en playa firme
grita mi
corazón vacío,
en la nave
del mundo.
Caminante
silenciosa,
elegante,
sobria,
aparenta
calma,
pero en su interior
bullen mil
sentimientos
de nostalgias
y desesperación
porque el
amor no llega.
¡A veces, la
vida me quiere estallar
en canciones
de angustia inesperada!
Hay una sola
puerta abierta
en mi camino
silencioso,
¿A dónde va
mi vida,
desconocida de
sonrisas?
Busco su
rastro,
como si el
cosmos se hubiese concentrado
en su energía
y hasta ella
fuese
mi emoción
hecha pedazos
de mariposas
destrozadas.
Caminante
silenciosa,
con mi
emoción que rueda ahora
por una de
esas islas salvajes
de dolor y
pena.
Me he sentido
llegar allí,
donde se
mueren las canciones felices
y el dolor se
da cita
con la
pintura transparente del cielo.
Sangra el
dolor del atardecer
caído a mis
espaldas,
la pena del crepúsculo
que quizás
no podré encontrar
el Amor
y seré como
una margarita
pálida en el
bosque.
Y de pronto,
mi caminar se detiene,
porque
vislumbro
vuelo de
lirios estirando colinas,
llanto de
arroyos enloqueciendo brisas,
furia de
estrellas en un azul cielo,
El amor se
acerca,
trae aroma de
alelíes,
de azahares,
de
junquillos,
trae un
paisaje de un inmenso mar,
casi
riachuelo.
Lo siento
llegar,
mi corazón
vibra, tiembla,
y mil poesías
danzan en mi mente,
son para él,
el esperado,
el que en una
cita eterna
trae el beso
enamorado.
En el pecho
del viento
van diciendo
los lirios
que en el
horizonte del mar
dos auroras
se besan.
Más allá de
tus ojos,
mis
crepúsculos sueñan
bañarse en
tus luces.
Mi caminar en
silencio
se hace más
rápido,
va hacia ti
sobre un
inmenso azul de sueños y alas.