Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 19 de abril de 2015
Te estoy queriendo
Te estoy queriendo,
casi sin saber cómo
ni por qué.
Mi tierra estaba yerma,
resquebrajada,
seca,
sin vida,
muerta,
esperando torrentes de gotas simientes
y apareciste tú,
en silencio adormecedor,
con un atisbo de amor.
Te estoy queriendo,
antes era yo una mitad,
una sola, vacía,
restellante de luces,
con tan sólo medio abrazo apenas
y apenas medio beso
y sólo tú
eres quien puede completarme.
Te estoy queriendo,
tu risa como diablillo
que en mis venas pirueteas,
hace latir mi corazón a prisa
y en mi mente fluye y refluye tu voz
cantarina y risueña.
Te estoy queriendo
y soy feliz,
la alegría en mí
parece ser un remolino de sol
corriendo por los campos.
Y te aguardo,
sin magia y sin milagro
ya que un dorado vórtice
inundará el cauce de mis noches
que ya no serán solitarias.
Te estoy queriendo,
despacito,
sin apuros ni desgastes
sólo mi amor se va asomando en tu horizonte
ya no tan lejano.
Cuando el cielo se afina
al conjuro de un sutil cosquilleo de flautas
y la última estrella remisa
abandona su puesto de guardia,
me gusta perderme en mis pensamientos
teniéndote a mi lado
como un reportero del alba.
Te estoy queriendo,
naciste al son de mis deseos
viola de amor,
entre cánticos y risas
modelados en nácar verde.
En los duros biseles del silencio,
inmóvil y solitaria te esperaba a ti,
mi señor de la risa.
Crecías hacia adentro de mis dedos
cuando tocabas desde lejos mi piel
y al rose y al llamado de tu voz
se alza mi sangre con poemas.
Te estoy queriendo,
te imagino apoyado en la mañana
circuida de luz en primavera
ascendiendo la vida de tus hombros
y en tus manos
temblando una estrella.
Tu risa, ¡oh, tu risa!
Es eco de alegría desdibujada
desde la distancia.
Tu voz ¡ah, tu voz!
Suave,
tierna,
con inflexiones espléndidas de sabiduría.
Tú, el único.
Te estoy queriendo,
imagino el pálido rocío de tus ojos
y mi corazón impulsa por mis sentidos
sangre nueva,
¡loor a la risa y al amor!
Desilusión desgarradora
Desilusión
desgarradora,
mi corazón sangra
en una corriente continua
de
dolor y pena.
He sido
lastimada,
herida
sin culpas ni reclamos,
sólo
por el hecho de encarar
la
verdad frente a frente.
Desilusión
desgarradora,
los sentimientos se enredan, se mezclan
en un torbellino de dudas y temores.
La vida
nos depara, sin darnos cuenta,
pisando
a hurtadillas
con
situaciones penosas y adoloridas.
¿Cuál
es la razón de esta maraña
de iras
ajenas en las que estoy sumergida?
Es un
ahogo en el alma,
la maldad, la mezquindad,
buscan
la inocencia, la credulidad, la ingenuidad,
para
anidarse energías puras y positivas
y así
se sostienen en soledades interminables
de las oscuras noches.
Desilusión
desgarradora,
¡qué de pesos inmensos, orbitales, celestiales
se
apoyan en la nada de hondos abismos,
buscando por doquier la luz
que los
ilumine y les de fuerzas
para
continuar su labor
de
socavar el bien y el amor.
Me
engañan con ficciones,
falsos
paraísos flotantes sobre el agua
que me
ahogan de pesares infinitos.
Busco
lo verdadero, el amor único y total
y no lo
puedo hallar,
sólo
encuentro signos y simulacros
trazados
en papeles blancos, verdes, azules
que
vuelan con el viento lejos de mí.
Desilusión
desgarradora,
me persiguen
esas almas atormentadas
que
vuelven del osario inmenso
de los
que no se han muerto
porque
ya no tienen nada
que morirse en la vida.
El
dolor me acompaña
como
símbolo irrefutable
de que
existías tú en ese lapso de instantes
de
creíble amor
pero
mientras yo te sienta,
tú eras
la prueba de dolor
de
otros momentos en que no me dolías.
Desilusión
desgarradora,
has
dejado tan sólo polvo,
vagos
rastros fugaces,
recuerdos
ínfimos en mi alma,
rasgada
por hendiduras sin sostenes algunos.
Mi alma,
como alas,
sosteniéndose
sola a fuerza
de
aleteos desesperados,
pesarosos, a fuerza de no posarse nunca,
de
tratar de volar
llevando por doquier
la esperanza de que existe el amor,
ése, el
verdadero, el creíble,
no en
leves mundos frágiles,
sí en
únicos y donde se albergan
las
verdades más profundas.
Desilusión
desgarradora,
no
quiero pedir apoyo para superarla,
ni a
los barcos ni al tiempo.
Quiero
internarme sola en galerías enormes,
abriendo
en los granos de arena
las
minas de llamas o azahares,
para
hilvanar entretejiendo
ese
amor dulce
que no
desgarra ni hiere.
Y en
ese desliz, en estelas,
pisando
nubes sin huellas,
no
mirar más el recuerdo
de esas sombras mezquinas y oscuras
que ya
no existen más.
Mis
manos están vacías de ellas
igual que mi corazón y mi alma.
En un rincón de mi alma
En un rincón de mi alma,
escondidas, apretadas, enlazadas,
nacen mis letras, mis prosas,
mis poemas que nuestro amor creó.
Son los versos que lloran en la lira,
que se quedó sin cuerdas.
Son las aves de mi niñez
que buscan y no encuentran
un árbol protector en que posarse.
Las busco con desesperación
pero las estrofas de amor
se anidan en frases
que escribo como amor para ti.
En un rincón de mi alma
donde nadie lo encuentra,
se oculta el poema de amor,
el que nos unió,
poema que escribí
con dedos de amor y llanto de cristal
por la falta de tu presencia
que tu ausencia se llevó.
Ausencia que se siente
como cuando el fuego se extingue
porque el aire ya no está.
En un rincón de mi alma,
se guarece entre frondas de lágrimas
el dolor de no tenerte a mi lado
y pido noticias de ti al viento,
al ave, a la flor, al bosque
y a los astros del firmamento.
Mas no he de dejar de buscarte
pues me dice una voz secreta:
¡sigue no te canses, mujer poeta!
Él ha de venir a buscarte
por tierras, mares y cielos,
en su cansada fantasía.
En un rincón de mi alma,
aturdida y desangrada
revolotean recuerdos purificados del pasado
y como en una tierra mullida
danza en amores trenzados
a mano delicada,
intrincada filigrana
como un gran amor donado.
En un rincón de mi alma,
mis sueños peregrinos
prosiguen sin tregua
la búsqueda de tu amor,
se afanan, luchan,
persiguiendo al mañana
que te traerá otra vez hacia mí.
Y como una luz como telar exangüe,
el cielo ilumina mis tristezas
e hilvana, enviando a mis páginas,
letras como poesías de la noche fría.
En un rincón de mi alma,
te tengo guardado,
tú, el soñador, el amor compartido,
luz del dolor cuando mi arpa reza
¡oh luz! ¡oh belleza blanca de ilusiones!
¡Cuánta esperanza
irradia en mi alma
la sombra de tu ser ausente,
siguiendo un ideal
y un sueño que no se alcanza!
Y hay en éste, mi otoño,
cuando la vida empieza a declinar,
mi corazón rebosa de amor
y mi espíritu se anega de ilusiones
en el silencio que flota
a nuestro alrededor,
rodeándonos como un tapiz vaporoso
entre hilos alados y brillantes.
El sueño de amor inunda mi alma
y en mis versos gira
como magia del más allá,
inundando mi alma
de un existir único y verdadero
donde no existe
el mago azul de la mentira.