Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 4 de mayo de 2015
Magia de un día
Magia de un día,
mi amor tu eres magia,
en cada instante de mi vida
en mi cielo resplandeces
y son tus ojos que me iluminan
con un fulgor de estrellas que me
cautivan
y me ocultan sin quererlo en tu
mirada.
Magia tiene tu voz,
tu dulce acento,
el cual lo escucho dormida y aún
despierta
que me dice dulcemente con el viento,
me confiesa y me repite:
“que me amas”.
Mis pinceles más leales
se han propuesto apresar tu verdadero
rostro:
desentrañar las esenciales líneas
donde tu fuero el aire acata y el
aurea alba,
espiar el múltiple venero
donde emerge a raudales toda la luz
que quiero para tu piel,
tus ojos cenitales.
Magia de un día,
en la que la recta se espírala,
la curva se endereza
y por la emoción y el sentimiento
sin acertar el rumbo ni la escala,
la alta luz tropieza o en su ímpetu
resbala.
Magia de un día,
estás a mi lado,
entre mis brazos,
cubriendo mi cuerpo con calor y
caricias.
¿Cómo apresar la sosegada llama que te
entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en
tus mejillas convoca?
¿O la mañana asomada a tu boca?
Magia de un día,
mi afiebrada plata se anubla
enamorada.
Se pierde en la enigmática y secreta
zona
de la alborada donde digo carmín,
azul,
violeta
y al nombrarlos se esfuman en airada,
fantástica pirueta.
Magia de un día,
en tu silencio eres un volcán
que se activa aquí en mi pecho,
cuando llegas y desciendes a mi lecho
y en tu ternura me abrazas.
Mágico es este momento cuando respiro
tu aliento
y mi alma se entremezcla con la tuya
para volar por los cielos
y marcar el universo entre suspiros,
siendo uno,
envuelto en hilos,
envuelto en hilos de plata.
Magia de un día,
con este nuestro amor
que no se acaba nunca
porque prolongando
de que uno y uno sean dos
ya que el amor es el retraso milagroso
de su término mismo.
Con los besos, con la pena
y el pecho se conquistan en afanosas
lides
entre gozos parecidos a juegos,
días,
tierras,
cielos abiertos,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está
esperando
hermana de la muerta o muerte misma.
Magia del beso perfecto,
aparta el tiempo,
échalo hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar,
ni en el hallazgo tiene el amor su
cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo,
altísimo,
temblando.
Magia de un día
que se va en una despedida larga,
clara,
con lo más seguro que es el adiós…
Después de tu amor
Después de tu amor,
me siento vacía,
sin tus alegres risas y besos cosquillan tes
y entre luces agonizantes
busco el amor que no supiste retener.
Te llamo vigilante y sigilosa
y camino de noche
como un pequeño fantasma
silencioso.
Me diste la leve sombra
de tu mano pasando por mi rostro,
me diste el frío,
la distancia,
tu cruel indiferencia,
me dejaste sin siquiera decir
¡un adiós!.
Después de tu amor
sólo pienso en el placer
que juntos inventamos.
¡Qué vanidad la mía,
imaginarme que pude darte todo el
amor,
la dicha,
itinerarios,
música, canciones!
Es cierto que es así,
todo lo mío no te alcanzó
para llegar juntos
a la cima perfecta del amor.
Siempre fuiste mi espejo,
para verme tenía que mirarte y
ahora,
de pie,
ante el reflejo,
interrogándose cada uno a sí mismo,
ya no nos miramos,
ya ni desnudos,
ya no me amas,
mi amor.
Después de tu amor,
al extinguirse el último de los sagrados
sones,
levántanse del fondo de mi alma
las visiones de los momentos cuando
estábamos juntos
y puéblense de sombras el ambiente que me
rodea.
Después de tu amor ya no soy la
misma.
¿Y cómo voy a serlo?
La nobleza del ideal me vio
siempre a tu lado
y hoy que la vida a declinar
empieza
se encuentra mi corazón,
solo y cansado,
pierdo el camino
al perder la ilusión que fue mi
guía.
Y entre las sombras
una voz se escucha que me dice
“¿seguir?”,
¡si no se llega!.
Y seguir es luchar,
¡qué inútil lucha!
Después de tu amor
¿por qué,
después,
lo que queda de mí es sólo un
anegarse
entre las cenizas sin un adiós ni nada más
que el gesto de liberar las manos?
Antes, en el ayer del amor,
lejos,
muy lejos,
donde nadie nos tocaba ni nos
veía,
solos y juntos,
construíamos nuestra felicidad,
hecha con amores,
sostenida por dulzura,
protegida con confianza,
creada con anhelos de vida
juntos.
¿Qué te pasó?
Desapareciste en la oscura noche,
entre un tintinear de llaves
que anunciaban tu partida.
Nosotros,
que nuestro cielo era todo alado
de olvido,
parece que lo sucedido fue tan sólo un sueño.
Después de tu amor,
ya sobre tu arpa,
ahogando sus rumores
el tedio pesa y el silencio flota.
Ya nunca más te besaré en la
frente
y mis versos ahora giran,
se deshojan,
se van diáfanos sin llegar al papel
que los espera ansiosos,
quieren que el amor se vuelque en ellos.
¡Imposible!,
estuve durmiendo entre el mago
azul de la mentira.
¿Nadie te ha dicho que el soñar
consume?
No quiero más pensar en ti.
Trataré de ser yo misma hasta el
fin de mis días,
recordando los momentos de
alegría y felicidad.
Y cuando el mundo
parece estar bajo los efectos de un
encantamiento,
saldré libre y airosa,
sin tristezas ni lloros
a encontrar la verdad,
la fuerza de la vida,
el amor pleno,
total,
verdadero y surgirá la poesía audaz,
inquieta,
fantasiosa,
sensual,
en el rojo resplandor del
crepúsculo
y en la nocturna soledad secreta.
Un beso de tu alma
Un beso
de tu alma,
me
alcanzó una noche,
llegó
con dulzura y con una tierna caricia
estremeció
todo mi espíritu y mi cuerpo.
Con
pequeños trozos de tu eterna ternura,
tallaste
en mí,
las
letras,
prosas,
poemas,
entre
ideas estremecidas,
juntando
las palabras con pasión
y
alcanzando el éxtasis del amor.
Cuando
llegó tu beso a mi alma,
me
inundó de calor y luz,
entre
temblores de ansias
y
sobresaltos inauditos.
Tu beso
inundó el desierto de mi alma
como
néctar embriagante
que se
liba en el bíblico cáliz de los labios.
Un beso
de tu alma,
aún
como caricia esquiva,
no dejó
en mí,
amarguras
ni resabios,
sí
susurros,
dejándome
amor,
fe,
esperanza,
un
himno sin palabras
que se
elevó hasta lo alto,
modulando
suspiros y promesas.
Como
fugitivo y delicioso roce
es un
espasmo de delicia suma,
algo
que sabe a miel y dulce goce,
a
tibieza de cuerpo y perfume.
Un beso
de tu alma es la íntima
entrega
de un momento
que el
alma hace del ardor que nos sofoca,
son dos
vidas que se funden en un mismo aliento,
es un
cielo tejido entre dos con finos hilos de amor.
Un beso
de tu alma
es cual
aroma de azahar
en un
atardecer
suave y
cálido.
En mi
mundo interior se alargan,
temblando,
las
notas,
llorando
de placer,
en una
completa armonía
sin
sollozos agobiados ni congojas
dolientes
ni melancolías recordadas,
sólo
paz y calma total.
Entre
estremecimientos de placer
y una
expectación ansiosa,
espero
el beso de tu alma
y éste
al llegar hace resonar arpegios
refulgentes
de dianas sonoras
que
recorren cielos,
mares,
horizontes…
siguiendo
un silencio albo
que
refleja con ímpetus alados
el amor
ascendiendo a las alturas.
Un beso
de tu alma es la luz amanecida
que
hiere al despertar los ojos
y me
alumbra imprevista,
sin
saber por cual oscuridad llegará
como un
elixir que da vida a mi vida,
que
arranca suspiros profundos,
aún de
entre mis sueños velados.
Un beso
de tu alma es fuente de paz,
sosiego
y consuelo de mis minutos
de
eterna soledad.
En cada
amanecer me hace volar al paraíso
y
descender a la tierra
entre
música de arpas y violines,
danzando
mis prosas de amor
en
pentagramas colmados de letras sincopadas
que
flotan con luces de estrellas.
Un beso
de tu alma conquista mi todo,
me
lleva a la calma y a disfrutar de este
hoy
bajo la
sombra de plata de la luna precedido
de una
gran bandada de pájaros cantantes
que
entre apiñada escolta lo conducen
ligero
a depositarse silenciosamente
en mi
espíritu alado que lo espera ansioso.