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Espejismo


Espejismo,
tú eres un espejismo en mi vida,
eres una mentira de agua y sombra
en el desierto de mi existir.

Espejismo,
tú no brillas en mi vida,
aunque brilles con una luz de agua.
No amarras aunque amarres la vida.
No llegas aunque llegues,
no besas aunque beses…

Reflejo,
falsedades de agua en tus ojos
que como prismas de plata
no brillan con el amor que dices sentir.

Espejismo,
eres el verde que no existe,
la frescura de ninguna brisa,
la palabra de fuego
que nadie escribió sobre el muro
de mi vida…

Yo misma,
proyectada en la noche por mí,
en ensueño,
¡eso eres tú!...

Espejismo,
sólo eres el espejismo de lo que un día fuiste,
una luz difusa que se apagó en la nada
cuando la memoria del tiempo
se propagó en el más allá.

Espejismo,
ilusión de entretejer
lenguajes entrecruzados,
engaños de tu voz,
de tu susurro,
de tus te quieros apasionados,
eras delirios de un amor fracasado,
antes del sollozo de los sauces
y de las flores que acabaron en rimas,
versos que empezaron tallos.

Espejismo,
fuiste tan sólo inocente tacto
de tu trémula mano
que volvió derrotado como visión de engaño.

No eres más el único y verdadero
ni el gran dolor que consuela
al desnudo del alma.

Espejismo,
sólo pasiones aparentes,
falsos besos,
¿de dónde se han oído?
¿Cómo se creen reflejados
en esa forma turbia de un espejo de agua?

Cruzando concéntricas tinieblas entre luces,
vagas historias de amor,
creídas por mi verdaderas y por ello,
día a día,
noche a noche estoy volviendo a mi interior
para encontrarme a mi misma,
limpia, casta y pura,
con fe en que los espejismos desaparezcan
ya de mi vida y broten nuevos arrullos
a mi alma triste,
dulce y melancólica en claridades de luna
y brisas del jardín florido.

El húmedo espejismo
borró toda la gala matutina,
ni un árbol,
ni una nube se destaca y
a en esta blanquecina cerrazón
que entristece el alba y no ilumina,
débil luz crepuscular y opaca,
¡eso eres tú!

Espejismo,
¡hálito de abismo!
flotas en esta alborada agonizante
que me fatiga y marea
y me marca de oscuros pensamientos,
obsesionantes.

¡Desaparece ya!
¡húndete en el más allá,
en el desierto lejano!
¡Déjame vivir esperando
sin cansancios ni desalientos,
el amor que me busca detrás de ti.

Poemas que viajan


Poemas que viajan,
vuelan lejos,
muy lejos,
en instantes,
apenas,
recorren el cielo cruzando vastos océanos,
llevando su mensaje de amor
a los corazones que los reciben
palpitando de emoción
en invisibles instantes de felicidad plena.

Poemas que viajan
sembrando amor ya que el mundo,
desesperadamente establece
a través del vínculo de la vida
una alianza considerada.

Cumplen su misión de amor
para lo que fueron creados:
inundar las almas de sentimientos puros
y en forma sencilla,
no extensa,
clara,
entendible para que cada uno
las interprete en su búsqueda de la paz
y del amor deseado.

Están en el aire,
el sol les da triunfales signos de libertad,
se apoyan en el agua,
sin guijarros,
sin cuestas y ya libres
se vuelcan en páginas en blanco
que los espera con ansias y alegrías
al saber que no se marcharán.

Poemas que viajan,
como tibios presagios con rumbos conocidos,
corren pero sin prisas,
disfrazados de ardores,
sin motivo a dejar su amor
inolvidable y perdurable en papeles,
a veces lisos y brillantes,
otras en trozos desmenuzados
que no se pierden nunca.

Poemas que viajan,
en tiempos de paz y de ventura,
como dulces recuerdos
que se elevan al infinito
para desvanecerse donde los esperan
con ansias los llamados de las almas
que necesitan encontrar fuerza y alegría de vida.

Poemas que viajan,
vuelan en las serenas tardes
o en las oscuras noches
y sienten el llamado
¡vengan!
los necesitamos,
los estamos esperando
con deseos de inundarnos de amor,
buscando ese sueño que sí,
¡existe!

Y van, paso a paso,
llegando por la soledad
avanzando llenos de encanto y dulzuras
y entre notas musicales caen
en los corazones abiertos que los esperan,
necesitados de palabras,
colmados de risas,
júbilo,
alegría,
amores.

Poemas que viajan,
van solos,
no son llamados sin razones,
caen como aves alegres
y juguetonas y revoloteando,
luciendo su gracia,
su ilusión florecida en aquellos lugares
escondidos donde su ambrosía
es esperada con fiestas de almas.

Paisajes que viajan,
poesía inspirada en amores presentes,
entre temas de nostalgias,
como diminutas corolas puras
que se columpian en sus leves tallos,
se inclinan cual rocíos de color.

Sueños de astros
que las luces del alba volcaron en el papel,
se funden con el todo
entre anhelos de ternura en bóvedas azules
donde las nubes,
eternas mensajeras,
tejen guirnaldas de blancos copos
para que viajen por el mundo
a tierras lejanas ofreciendo
sus versos por doquier.

Flamear de imágenes


Sin alas,
silenciosa por los aires,
te busco recorriendo distancias,
emocionada con versos
que se dan a la vida
como un milagro.

Flamear de imágenes,
mi ritmo cadencioso,
revolotea entre caricias y suspiros
en nuestros encuentros entre rosas,
albores, celajes,
donde el tiempo se pierde
en un ir y venir infinito.

Flamear de imágenes,
como flechas perfumadas lancé
mis palabras en un poema de amor
que viajó hasta tu alma,
dulce estrella de la pasión,
ojos de luna,
corazón suave y tierno
de mi esperanzada espera.

De ti conozco tan solo tu alma
venida desde lejos,
alma que con pálido encanto
es fuente sonora,
esencia del canto
¡es un reír de aurora!

Un gran flamear de cuerpos en proyecto,
abruma las imágenes
que en el agua transparente
y celeste nos entreteje en tules
y juntos nos acercan
y nos llevan a mundos milagrosos.

Flamear de imágenes,
con notas breves y trémulas,
las frases se entrecruzan,
otras se mojan las alas
en la transparente esfera de la gota de rocío
en la que tú y yo absortos contemplamos
la imagen del cielo unida a la forma de la vida.

Y escuchando atentos,
muy  juntos oiremos la melodía
de los versos incesantes
que no se agitarán
como las dichas ni los besos.

Flamear de imágenes,
en noches de misterio encendamos
la lámpara del amor
y compilaré mis versos
en lugares remotos con la complicidad
de la noche en el abrazo de la luna.

Fluye amante porque eres amado,
muestra en tu hacer
que eres un afluente
de una corriente embravecida.

Flamear de imágenes,
mis manos rozan tu suave piel
y mis labios se acercan
y te buscan.