Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 17 de mayo de 2015
La Luz Prestada
La luz
prestada,
esa que
yo te di,
que
iluminó tus pasos,
que te
dio brillo
y
resplandor,
esa que
no supiste valorar,
la que
alimentó
tu
espíritu
y calmó
tu sed.
La luz
prestada,
que
bebiste
como el
sol en la tarde,
que
encendió fuego
en leña
seca,
esa luz
que se
llevó el viento del crepúsculo
que
entorno a tí da vueltas,
el sol
será mañana
un
plato de lujuria.
La luz
que tuviste
no vino
de tí,
es que
vino de los soles,
de los
ríos,
de la
oliva
y te
inundó la oscuridad.
La luz
prestada
se
abrió como ventana
sorprendida
derramando
su
fulgor de luciérnagas.
¿Ya no
sientes
la
falta del destello
que te
llevó hacia mí?
¡Qué
dolor
que no
hayas comprendido
la
entrega de mi todo
que te
di!
¿No te
das cuenta
de que
te has sumergido
en
mares de tristeza
y en
vano
buscas
un camino
para
salir de tu noche?
Todo en
tí
ya es
silencio,
el eco
no te responde,
las
chicharras
no las
escuchan tus oídos
y en
tus sueños
ya no
hay más luz,
estás
en la ausencia
del no
retorno,
tu
ceguera
no te
deja ver mi luz.
¡Estás
en un cielo monosílabo
donde
nadie siente tus pasos!
Eres un
inútil gentil-hombre
desnudo
y blanco
con
venas sin estrenar,
ya la
sangre no corre,
está
seca,
sin
chispas
que en
nada prenden.
Vivirás
sin la belleza,
la
alegría,
la
risa,
el
canto,
el
amor.
La luz
prestada intangible,
leve y
veloz
se fue
de tu lado
y no la
alcanzarás
nunca
más.
¡Qué
lejos estamos
y qué
cerca estuvimos!
Lentamente
en mí
un
nuevo amanecer se acerca
que
hace que la tristeza
se
fuera al pasado del ayer,
oscureciste
mis días
pero
ahora
renace
en mi alma
la luz
brillante
que
otra vez inunda mi existir.
El
tiempo contigo ya no existe,
saliste
de un tiempo
que no
dejó huellas ni señales.
¡Qué
milagro
ya
puedo decir
pasó y
partió!
La luz
prestada,
partiste
a rumbos confundidos
los que
te llevarán
a
lugares misteriosos,
secretos,
sin
retorno.
Tu
silencio ya no duele,
mi alma
se ilumina
y los
poemas de amor,
frases
erráticas,
cortan
el aire
como
flechas afiebradas,
buscando
ilusiones nuevas.
Ya
desperté
de la
sombra
en que
me dejaste,
atónita
y absorta
en que
te fuiste a otro tiempo,
buscando
otros amores,
otras
miradas,
otros
besos.
Despierto
en un
rítmico volar de dulces sueños
que me
llevan al ideal de amar
y ser
amada,
suspiro
con el máximo esplendor
de que
existe el amor anhelado
que me
abre
con su
encanto de quimeras
a un
existir nuevo.
Te recuerdo
Te
recuerdo
(cuando
en las noches estrelladas y brillantes
y la
luz de la luna baña de plata
las aguas tranquilas del agua,
te pienso).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tu
perfil desdibujado
bajo la
pálida luz de la aurora
viene
en mi búsqueda con ansias locas).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(evoco
los instantes preciosos
pasado
juntos, muy juntos,
en silencios prolongados y profundos,
entre
suspiros de amor
y besos
apasionados).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(eres
el ser que mi nostalgia despierta,
mi esperanza
renovada,
quisiera
cercar tu aroma con mis manos
y la
dulce potencia de tus brazos).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tus
cantares son con sones armonizados
siguen
persiguiéndome sin descanso
y tus
notas suben
al
igual que ayer en numerosos acordes
y son
para mí tu regalo).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(todo
sonido en eco tuyo
me lo
convierte en alma que te espera,
y tus
pasos se sienten siempre
de
estar viniendo por la ausencia).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tengo
miedo de no poder encontrarte,
de que
mis besos se pierdan
en otro
cielo
como el
amor que vive de ola en ola).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(perdida
voy en las tardes
por
siempre en tu embeleso
sin
sentir el cercado de tus ramas,
ni ver
tu fuego que en los fuegos arde).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(te
llamo hasta quebrar mi voz
en
cristales translúcidos,
por eso
sangra mi corazón
y me
derramo entre lágrimas y sollozos).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(dame
mi libertad,
no
quiero tu fatiga,
quiero
sentirte como se siente el agua,
hermosa,
libre y límpida
entre
tu libre albedrío y el mío).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(busco
tu imagen en mi cuerpo
con el
frescor de la creación primera
en las
densas ondas de la noche,
con
afán de encontrar la luz primera).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(así te
hallé, sin muros ni rejas,
entre
luceros y luces fugaces,
como manojo de iluminado amor,
el que
te ofrendaba,
al día
que alboreaba
cuando
ganaba la aurora sus matices).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(quiero
fundir mi figura con tu bronce,
andar
entre los peldaños del deseo,
hasta
alcanzar la cumbre de tu nombre).
Te
recuerdo.
Te
añoro.
Llévame
con mi recuerdo,
mis
manos a tu pecho, amor,
que
desnudándome caminos
sobre
el muro que cerca mi silencio,
siente
mis besos en tu frente
para
que de mis labios surja el verso
que
encienda la sangre en tus venas
y me
sientas pegada a tu cuerpo
apareciendo
mi nombre en tu cielo.
Traición Inesperada
Traición
inesperada,
que
raya el silencio del espacio,
confié
y amé
con
alegría y felicidad
pero un
viento huracanado,
violento,
azotó
mi alma,
era la
mentira,
el
engaño
de tus
palabras.
Como en
una inmensa alfombra
de
esmeralda,
el mar
se ensanchó del espeso espacio
que
cubría mi cuerpo
rodeando
con caricias falsas
las que creí verdaderas.
Inútil
te busqué
y te
perseguí
debajo
de la piel
de mis
sentidos,
te
entregué mi espíritu
abierto
a esperanzas
que tú
hipócritamente
despertaste
en mí.
Traición
inesperada,
te fuiste sin decir palabra,
moviendo
la distancia
como
las alas
batiendo
por detrás de mis oídos,
fatigando
mi corazón
y mi
respiro
entre
tus cantos de notas aterciopeladas
y
poemas de amor
que me entregaste
con
mentiras
ciertas
y dolorosas.
Traición
inesperada,
parecías
un guerrero
de
indomable valentía
pero al
falso golpe
de tu
lanza
al
polvo rodaste
detrás
de mi camino.
Fuiste
para mí,
en un primer momento
un
bizarro caballero
pero atacaste
de frente,
a la
perfidia a la traición.
¿Dónde,
dónde
se han escondido,
en que lugares secretísimos
la
sinceridad,
la
bondad,
la solidaridad,
la ayuda mutua,
el frescor de las almas?
Busco
y
vuelvo a buscar
y sólo
se asoman
entre
ramas oscuras
las
mentiras,
las
falsedades,
los
malos
que
acosan
a los
seres buenos.
Traición
inesperada,
lentamente
me
sumerge en la nostalgia
de tu
ausencia,
me
ahogo en tu silencio,
respiro esa presencia
esquiva
que me
niegan
tus
manos
y tus ojos.
Extraño
tus palabras,
tus
canciones
y veo
en el recuerdo
tu imagen juguetona
recorriendo mis cabellos
con tus
dedos
y haciéndome promesas
vanas de ilusiones
que no
ocurrirán nunca.
Traición
inesperada,
traición al fin,
desapareciste
ocultándote
en la nada,
ya no
eres nadie,
ya no
eres nada.
El
verso ahora
me hace
resurgir
de las
heridas
que tú
causaste
y mis pensamientos puros
afloran
y bullen
como
hirvientes imágenes
con
esperanzas nuevas
y
continúo
luchando
en este mundo frío
que tú
dejaste.
Renazco
del orbe
donde
me sumergió
la
nostalgia de tu ausencia,
respiro
en un nuevo aire
perfumado
seduciéndome
en un arco iris
de
sueños ocultos,
renovados,
donde
hay mil caminos
para
recorrer con pasos firmes
y
agigantados,
sacudiéndome
con el
aliento de su brisa azul
y ágil,
naciendo
amaneceres
con
canto de besos
en
brazos,
danzando
un ritmo anhelado,
sin
culpas ni desasosiegos,
sin
rutinas,
sin
miedo a amar
y ser
amada.