Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 20 de mayo de 2015
Sin ti
Sin ti,
¿quién soy?
¿cómo vivo?
Soy una hoja amarillenta
llevada por el seco viento
del silencio
al silencio.
Tal es el viaje completo.
En el trayecto,
te pienso,
te extraño,
te busco
entre bacanales,
falsas algazaras
proezas musicales sin sonido,
pero en ambos confines
del paisaje,
silencios.
Sin ti.
Es viajar sin equipaje,
entre fauces abismales,
engañosas,
acechando entre mentiras falsas.
No puedo burlar
el férreo derrotero
para alzarme
y encontrarte.
Mis ecos están en el timón
el rumbo escrito,
un bandazo final
y naufrago
voraz silencio engulle mi grito.
¡Sin ti, no puedo vivir!
y me desangro entre mis venas
desnudas y sola
estallando en cabriolas locas
en un mar nocturno y volcánico
con un furor satánico
que azota mis senos
y todo mi cuerpo tembloroso,
a ciegas en la negrura
me disolví con la espuma
me remonté con la bruma,
me desbridé con el viento.
Sin ti,
un hondo sentimiento me recorre
y se aquerencia
en mi interior,
destella luz cegadora
en mi esencia,
como en un símil inverso
del paraíso.
Sin ti,
no duermo
un
horizonte plomizo
desembala mi mañana
y golpea mi ventana
creo que eres tú,
pero no,
es un pájaro
que presiente mi tristeza
y mira mis manos desoladas,
moradas
donde la piel es fría
por no tener tu calor.
Impaciente,
sin ti,
grito de dolor,
turbada toda con ideas
empecinadas
de muerte y mareas
que zarandean sin resuello
mi alma y mi mente.
Hechizos se alzan,
mis puños,
a costa de rasguños,
golpean todo,
y mi denuedo
es un total combate
conmigo misma.
¡Sin ti no puedo vivir!
Tiempo del adiós
Tiempo del adiós,
se me perdió el amor
ayer estuvo cerca,
muy cerca,
hoy ya no dijo ¡adiós!
Transitó por mí,
con sus caricias,
sus gozos,
sus sonrisas
su entrega.
Tiempo del adiós,
ahora sólo rescato tu rostro
del silencio ahumado,
sin miradas.
Su silueta,
su porte fino,
elegante,
se ha filtrado en el tiempo
entre sordinas y esmeriles.
El recuerdo
es ya
olvido.
Tiempo del adiós,
el fuego que era nuestro sustento
dejó sólo sus cenizas en mi aliento,
no he muerto,
te he dicho ¡adiós!
Desvivida y realizada
me encontrarás en el durazno,
presa,
donde su piel,
estío enamorado
perfecciona el temblor
de cada beso
y hasta mi corazón,
multiplicado,
arderá entre las ramas del cerezo.
Tiempo del adiós,
ya mi voz
entre tímidos fanales de amor,
no enciende su ardor
ni su perplejidad eterna,
en movimiento continuo.
Creí que eras el esperado de siempre
con tu voz melodiosa
y seductora,
música para mi sangre,
harta de pájaros
o diálogos inventados.
Fuiste mi sueño creído
milagro realizado
el impulso que hacía arder mi sangre
y ahora ya estás en el pasado
en el tiempo del adiós.
De ti apenas sobrevive
una imagen difusa y estival.
Tiempo del adiós,
no deseo olvidarte nunca
quiero apresar la sosegada llama
que entibia mis ojos
pensando en ti.
Quiero perderme
en la enigmática y secreta
zona de la alborada
donde digo carmín,
azul,
violeta,
y al nombrarlos se esfuman
en fantástica pirueta airada,
llevándome hasta volver a alcanzarte.
Allí, en lo imposible,
pero, herida,
me desplomo
como golondrina lastimada y sola.
Tiempo del adiós,
en mi vida estarás siempre
entre mis sueños,
tu esencia,
no los contornos de tu perfil
sino tu sustancia
cuyo temblor hace latir mi alma.
Soy tuya
Soy tuya,
y por siempre
me sedujiste con tus palabras
veloces,
empavesadas de risas,
invitándome a ir
a dónde ellas me llevan.
No te atiendo,
no las sigo,
estoy mirando los labios
que deseo besar con pasión.
Te miro
y me inspiras amor
se que para ti
soy una simple desconocida
pero despertaste a la poeta
que aún
no había latido en mí,
con el amor a flor de piel.
Seductor mágico de mujeres
cuando deseas algo vas en su búsqueda
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio,
es lo de menos,
lo quieres hoy,
lo deseas mañana
lo olvidarás por una experiencia nueva.
En mí, los hombres ven
un abrazo que no doy
es el amor, que desbandado
por mi alma y mi cuerpo
surca los aires,
sin nadie a su lado.
No te esperaré más allá
de los fines y los términos.
No importa donde estés,
quiero verte a ti
querer porque me quedo
en el puro acto
de tu deseo,
queriéndote.
Tuya soy,
lo seré siempre,
tu mirada de cristal
inundó de estrellas
mis noches de insomnio
Tu tierna sonrisa
que de ventura pintó
mil rostros de mujeres,
tus manos suaves
que tatuaron en versos
la mar,
y me dejaron completa,
plena,
de ansias y anhelos,
ahora y siempre
seré tuya,
aún
cuando tú lo ignores.
Ahora me pierdo en la inmensidad cósmica
pero me encuentro, sí…
sí, me encuentro en mi interior.
Ahora puedo por tu seducción
volar para sentir mi libertad
Y aquí estoy aquí,
libre, sí…
Es que el sol queda lejos,
pero mi corazón no,
porque en el inverso ahora
estás conmigo por siempre
Tuya soy
olvídame,
ni recuerdes mi nombre.
Ignórame,
no soy nada,
ni nadie
pero para mí, tú lo eres todo,
reclino mi alma
y me refugio
en un pedacito de amor,
te amo antes de huir a la muerte.