Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 5 de julio de 2015
Un poema sin final
Un poema sin final,
sí un comienzo pleno,
augusto,
soberano,
un himno total al amor.
Surgen mágicos alfabetos
en hojas sin tacha,
vírgenes,
puras,
esperaban los monosílabos brillantes,
rasgos de cristal, puntas de agua.
Un poema sin final,
que dejó frases de verdades nobles,
cláusulas marmóreas,
casi totalmente blancas
que lentas pasan al papel.
Sin una gran retórica,
humildes, con pausas,
sin notas especiales,
el vapor del amor
hace componer odas lejanas
como las frases dulces
de celestes temas del eterno amor.
Un poema sin final,
con una escritura extraña,
la que llega y ya se fue,
la indescifrable,
la rápida,
la que con plumas veloces
sobre otras precipitadas
borran apenas las escribo.
Parecen escritas por otras alas,
las invisibles,
las misteriosas,
esbozadas a la ligera
pero con deseos e ímpetus
de ser leídas.
Pluma tras pluma
el poema se vislumbra
dando paz y calma al alma,
gozos al corazón
y cantos maravillosos al espíritu.
Pero cuando quiero que se vuelque
en el papel se rompe de pronto el encanto,
suelta la flor su perfume
mas si una frase lo aspira
entonces se evapora o se consume
en las cuerdas de la lira.
Un poema sin final,
sus estrofas son altas nubes
que llegan a horizontes lejanos,
no podemos escribir desde tan lejos
sus versos casi invisibles,
porque para poder hacerlos
hay que tener luz de estrellas.
¡Versos!
¡Poemas!
Con ímpetu alado al ideal,
ascended y en las estrofas
verted el tesoro conquistado.
Un poema sin final,
entre risas y lloros
en flor se congrega al rumor
de las alas de mis sueños.
Nunca pude saber
cual estrofa fue la última,
la que anunció el amor esperado,
la que en un fulgor de alborada
comenzó en mi duermevela matinal
pero que no llegó a escribir el final,
todo lo que habita en mi interior
lo guardo en un secretísimo lugar
donde habitan los ideales de mi prosa.
Un poema sin final,
en el que se rompió al punto de terminar
su encanto escondiéndose
la flor de la inspiración en un intangible ensueño.
Y busco en mi interior
ese final esperado que es imposible,
no está en mis estrofas
los sones que desde mi laúd van brotando,
son los pasos de las visiones
que conmigo lo andan buscando.
SI algún día descubriera ese final olvidado,
todos mis cantos aromarían mis versos
y pediría al viento noticias de su llegada,
al ave,
a la flor,
a la nube y a los astros del firmamento.
Amor en vuelo
Golondrinas,
se las ve llegar,
en un
vuelo perfecto, seguro,
surcando
el aire como arcos de luz.
Vienen
ahora,
en
primavera,
de
lugares lejanos
y
rodean mi paisaje
con
suaves aleteos,
bajando
secretos divinos de otros mundos
a donde
huyeron para salvar su vida.
Amor en
vuelo,
mi alma
se abre para recibir
el gozo
y la alegría
de
verlas rondando
en
suaves caídas
mis
retamas en flor
y mi
techo rojo
y
ventanas abiertas al todo.
Anuncian
lo tan largamente esperado,
el
calor tenue y cálido
de los
aires marinos.
Flotan
en el aire,
en la
luz clara del día,
en
aleteos rápidos y raudos.
Golondrinas,
símbolos
del amor esperado,
nos
traen la felicidad anhelada
con su
perfección de formas.
Su
plumaje corto y liso,
su
oscuro color
algunas
como azogue negro,
otras
azules con tenues blancos y rojos,
destacan
la diafanidad del cielo azul.
Su
silueta y forma inconfundible,
vienen
de lejos ágiles y veloces
buscando
el ansiado calor.
Amor en
vuelo,
su
danza elegante describe en el aire
luces
de goces y alegrías de vida.
Sus
corazones en latidos intensos
me
inundan de felicidades y alborozos,
han
llegado a mí por fin,
trayéndome
a mi alma
sus
voces de amor.
¡Cuánta
alegría nos brindan
en sus
raudos vuelos!
Buscan
sus nidos,
los del
ayer y los cubren
con sus
caricias breves e intensas.
Amor en
vuelo,
venido
de la inmensidad del mar
para
dar calor a mi alma
y
agitar las fuentes de mi ser.
Golondrina,
en tus
alas llevas todo el tiempo
la
eternidad del amor
y con
tu aura tenue llevas mis letras,
mis
palabras,
mis poemas
al compás de tu corazón
a
lugares remotos y lejanos
para
que en susurros
acaricien
el alma del que espero…
Misterios del alma
Misterios
del alma
¿dónde
están?,
¿dónde
se ocultan?
¿dónde
se refugian?,
buscan
las profundidades
olvidadas
del espíritu,
fluyen
como dotes dormidas
del
más allá,
son
algo abstracto,
misterioso,
que
emanan de las honduras
de
nuestro interior,
nos
envían energía
de
la espiritualidad.
Misterios
del alma,
escondidos
en hondos
y
calados sentimientos
que
nos conectan
con
nuestro ser más profundo.
Misterios
del alma,
nos
envuelven en hebras de ensueño,
nos
hacen vibrar,
nos
colman de emociones,
de
llantos y risas.
Misterios del alma,
¿a
dónde nos conducen?
nos
llevan lentamente al éxtasis,
embriagándonos
de sentimientos profundos
que
colman nuestra vida
hasta
el más allá,
conectándonos
con la eternidad.
Misterios
del alma,
anhelantes
y esperados
que
nos hacen vibrar y vivir
intensamente
entre momentos
de
ráfagas de pasión.
Mi
alma y sublime himeneo
ostenta
la alegría de amores
y
de ensueños,
siente
soplos de ternuras.
Misterios
del alma,
hálitos
que se alzan puros,
antiguos,
recientes,
nos
inundan despacio
y
su aliento como un soplo,
aire
que crece,
viento
que canta
nos
inunda de la felicidad
del
vivir entre júbilos,
milagros,
nuevos
amores,
letras
y poemas surgidos
como
alas del mundo.
Misterios
del alma,
estelas
del amor vivido
y
por vivir que como luz amanecida
nos
alumbra nuestro ser
y
como en un soliloquio claro,
sin
esperas,
nos
lleva a amar,
estar
amando en un impulso sin fin.
Dulces
días en los que el mundo
nos
lleva con nieves o con sol,
con
penas o dichas
a
aceptar con sonrisa
los
misterios del alma
y
a vivirlos como prodigios que renacen
desde
nuestras últimas fronteras.