Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 24 de julio de 2015
Existir en plenitud
Existir en plenitud,
vivir la vida segundo a segundo
en el Hoy,
con fe en los recuerdos del ayer
y en la oscura memoria de frondas
que ya son pasado,
futuros fueron de innumerables estíos.
Existir en plenitud,
ser feliz en el aire diáfano
y puro dejándome estar en sus brazos,
volar donde ellos vuelen
a sus rumbos marcados,
apoyada en su pecho
donde encuentro resguardo y paz.
Existir en plenitud
es estar en la luz,
entrar en ella,
plena de amor,
en tan dorada dulzura,
sentir que amo
desde los luceros altos.
Irradiar el fulgor de la existencia
que seca las fuentes del llanto
y me estremece de felicidad
en cada instante de vida.
Existir en plenitud
como el nardo juvenil
que guarda los bálsamos de vida
en la secreta lumbre
que alumbra mi corazón enamorado.
Necesito los carismas divinos
de la luz y del canto
para vivir amando,
quiero ser en ti mismo
una huella imborrable
y un recuerdo constante
y una sola verdad.
Existir en plenitud
es ser en tu vida
algo más que un instante,
algo más que una sombra
y algo más que un afán
porque llegaste a mi vida
como un susurro pleno
de palpitantes caricias.
Existir en plenitud,
viviendo como en un amplio jardín florido,
donde la brisa que entre las flores
pasa con los cálices
frescos se perfuma mi vida.
Existir en plenitud
cuando la luz matinal brilla
y se irisa entre espumas de aguas puras
y bajo el verde de las tupidas frondas
sobre la grama de la tierra negra.
Existir en plenitud,
contigo a mi lado,
feliz seré mirando a las felicidades
que vuelan de la rama y del pájaro.
Feliz seré por los caminos
que cerrados tenía y tú,
mi amado,
los abriste al amor.
Existir en plenitud,
amando,
acariciando a mi amante
como agua clara que se oye
y ya no se oye,
entre sonido y silencio,
tras la arboleda como vergel prieto y brillante.
Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear
y en plenitud las palabras de amor,
los poemas,
fluyen claros y precisos,
gozando entre sueños,
entre hojas nuevas
que los esperan ansiosas
porque tú las esperas.
Amor en vuelo
Golondrinas,
se las ve llegar,
en un
vuelo perfecto, seguro,
surcando
el aire como arcos de luz.
Vienen
ahora,
en
primavera,
de
lugares lejanos
y
rodean mi paisaje
con
suaves aleteos,
bajando
secretos divinos de otros mundos
a donde
huyeron para salvar su vida.
Amor en
vuelo,
mi alma
se abre para recibir
el gozo
y la alegría
de
verlas rondando
en
suaves caídas
mis
retamas en flor
y mi
techo rojo
y
ventanas abiertas al todo.
Anuncian
lo tan largamente esperado,
el
calor tenue y cálido
de los
aires marinos.
Flotan
en el aire,
en la
luz clara del día,
en
aleteos rápidos y raudos.
Golondrinas,
símbolos
del amor esperado,
nos
traen la felicidad anhelada
con su
perfección de formas.
Su
plumaje corto y liso,
su
oscuro color
algunas
como azogue negro,
otras
azules con tenues blancos y rojos,
destacan
la diafanidad del cielo azul.
Su
silueta y forma inconfundible,
vienen
de lejos ágiles y veloces
buscando
el ansiado calor.
Amor en
vuelo,
su
danza elegante describe en el aire
luces
de goces y alegrías de vida.
Sus
corazones en latidos intensos
me
inundan de felicidades y alborozos,
han
llegado a mí por fin,
trayéndome
a mi alma
sus
voces de amor.
¡Cuánta
alegría nos brindan
en sus
raudos vuelos!
Buscan
sus nidos,
los del
ayer y los cubren
con sus
caricias breves e intensas.
Amor en
vuelo,
venido
de la inmensidad del mar
para
dar calor a mi alma
y
agitar las fuentes de mi ser.
Golondrina,
en tus
alas llevas todo el tiempo
la
eternidad del amor
y con
tu aura tenue llevas mis letras,
mis
palabras,
mis poemas
al compás de tu corazón
a
lugares remotos y lejanos
para
que en susurros
acaricien
el alma del que espero…
Dolor del Alma
¡Oh!
cuanto
tiempo silenciosa el alma,
ni un
gemido se escucha,
ni una
queja.
El
tiempo vuela
con
alas de golondrina
cuando
debería quedarse quieto
y
parece inmóvil
cuando
debería volar.
Dolor
del alma,
cuando
al quererlo
la
suerte se mezcla
en
nuestras vidas.
De la
ausencia,
las
penas desconocidas
y
envueltas en el misterio
que
subyugan,
van con
rapidez que asombra,
van
llevando ilusiones a la sombra.
Dolor
del alma,
con un
péndulo inmóvil
que ya
no cuenta las horas
que se
van,
no
siente los minutos
cadenciosos
a golpes
del
corazón que adora,
aspirando
la magia
embriagadora
de tu amoroso afán.
¡Abandóname
dolor del alma!
Llévame
a la intensa voz de ternura,
que
vibra en el alma de mi amante,
como
entre la noche oscura
una
campana distante
nos
busca para encontrarnos
entre
recuerdos perdidos
de
angustias y desengaños.
¡Dolor
del alma!
crece
como una alta llama,
envuelta
en gasas y tules blancos
y me
lleva por encima de ocaso
a otros
mundos buscando la paz,
el
sosiego,
¡no más
penas desconocidas!
que se
mezclan en nuestras vidas.
¡Sí la
luz al alma!
¡Sí que
aparezcan
en
nuestro mundo interior,
luces,
músicas y poemas
de
amores eternos!
¡Dolor
del alma!
¡Vete
pronto!
¡Déjame
encontrar
el
cariño dulce y tierno
que dé
a mi alma
calmas
hondas y vívidas ternuras,
besos
puros y dichas profundas!
Y así
poder seguir
escribiendo
mis poemas
a los
que entrego mi vida,
los
vivo como un anhelo
porque
soñadora soy.
¡Dolor
del alma,
ya no
más!,
pondré
música a mis palabras
y así
la brisa suave y breve
los
llevará hasta ti,
amor
esperado por siempre.