Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 27 de julio de 2015
Alegrías y pesares
¿Por
qué en nuestras vidas
las
alegrías y los pesares
nos
inundan en momentos imprevistos,
dejando
nuestra alma exhausta
y a
veces triste y otras sonriendo?
¿Cuándo
la luz,
unidad
del alba,
se
multiplicará en destellos
y lo
que fue calma en profunda alegría,
será
fervor de innúmeros pesares
que
agitan nuestras mentes?
¿Cuál
es la razón
de que
hay días, horas, segundos
que en
nuestro vivir nos alegran
en festivo júbilo,
instantes
plenos de luz
y en
otros la pena y la aflicción
nos inundan
como mantos de lloviznas de lágrimas?
¿Por
qué ocurrencias fugaces,
chispas,
sonrisas,
se
inician y terminan
en
breves espacios
surgiendo
luctuosos presentimientos
en
tristes instantes de desazón?
¿No es
este instante,
en esta aurora henchida de hermosura,
el
extremo de mí misma,
la
plenaria realización de mi sueño
que
alterna entre alegrías y pesares?
¿Qué
amor me quiere?
¿Qué amor me inventa caricias,
escondido
entre dos aires fingiéndose brisa?
¿Por
qué las alegrías son tan efímeras,
diáfanas
y los pesares, oscuros,
plenos
de pesadumbre?
¿Cómo
debo hacer
para
conducir mi resplandor de amor
hacia ti entre dichas, alegrías,
dádivas
de tu espacio,
sintiendo
como un milagro
la paz de estar contigo
y no la
entrega sombría
de no
estar a tu lado?
¿Por
qué estoy yo
entre
mantos de neblinas,
sin
vislumbrarte ni un resquicio,
viéndote
tan sólo de lejanías profundas?
¿Cuál
es la razón
de que
tarde más en envolvernos la alegría
que el
pesar y nuestra alma grita
por el
anhelo de que la felicidad
con
brillante luz
nos
inunde pronto, sin tardar?
¿No
sientes, amor mío,
inmensas
huestes de besos,
de
resistencias,
bandadas
de porvenir en las manos,
de
arrebatos, de pasiones y de calmas?
¿Cómo
hacer para derrochar
alegrías,
dichas, en el aire azul
para
que vayan en volandas por el aire
y haciéndolas de agua
para
llenar los cauces del mundo,
hundiendo en abismos profundos,
secretos oscuros los pesares
que nos
abrumen
y nos
hacen incapaces de volar
en
campos de esperanzas?
Alegrías
y pesares,
espejos
con igual azogue
que
coexisten en nuestra vida
sin
poder mirar atrás.
Aflicción
Aflicción,
sentimiento que invade mi alma
cuando
no estás a mi lado
por tu
falta de amor vibrante y único.
No
quiero sombras de amor,
sí la luz entre nosotros
sin que
divida el zócalo del viento.
No te
quiero rezagado en mi camino,
que en
tus suaves manos me eleves
a las
nubes altas contra el viento
ya que
eres el manantial de la dicha.
Aflicción,
la
añoranza me lleva a pensar en tí,
en tu
mirada cálida
que me
hipnotiza como un picaflor embelesado
que
adivina el pulso de mi sangre
que
entrega el secreto de mi alma alucinada,
despertando
el recuerdo
de
nuestros sueños alcanzados.
Aflicción,
evoco tus palabras
que
trastornan y apuran mis sentidos
más
profundos
y el
deseo de estar en tu isla encallada
ya que
hambrienta de amor
soy una
llama que tu cuerpo reclama
sediento
de ternura.
Aflicción
de
estar en nuestro lecho entibiecido
con
pena de sentirte lejos,
extraño en mi mente
y en mi
cuerpo la dulzura
y tus
gestos que trastornan mis sentidos.
Padece
mi corazón un miedo tibio
que
pasa lentamente a mis dedos
batiendo
el aire que me sigue
y me lleva hacia tí, amado mío.
Aflicción,
búscame
en verdes alamedas de cristales
porque
mis versos,
mis
palabras de amor,
se
anidan entre crisoles
queriendo
llegar a un gran espacio blanco
donde fulguren, brillen y guíen tus pasos
hacía
nuevas huellas.
No te
detengas nunca,
cuando
quieras, búscame,
porque
mis brazos forzarán
el
hombro de la noche
para
que vuelvan tus labios a los míos.
Aflicción,
se
mueven tus distancia,
te acercas con la intención de fuerza
de un
amante entre luces y sombras,
de
mundo y ser,
de afán
y tiempo,
inverosímil
tregua con la dicha
de no
ser más errante por el tiempo.
Me
apaciento en tu valle
y entre
lirios y jazmines,
desnudo
tu luz en mis pupilas
y un
soplo altanero, leve, estremecido,
me
entrega tu amor entre goces,
susurros,
sonidos
que
hacen nacer en mi suelo
hasta
tu frente una hiedra de amor estremecida.
¡Ven!
¡Te
estoy esperando!
¡No más
nostalgias en mi vida!,
quiero
despertar contigo a mi lado,
sentir
tu piel a mi costado,
recostando
mis pupilas en tu contorno ya cierto,
no
delineado
mientras
recorro un sol enamorado
las
largas avenidas de tu cielo.
Aflicción,
no más
pena, no más ansias,
ni
nombres recogidos de tu boca
porque
sólo son color
en la
música del viento.
Un Nuevo Amanecer
Un
nuevo amanecer
para el
amor.
Quererte
como
las amapolas al viento,
quererte
en un
compás de espera incierto,
como
letras de poesías
nacidas desde mi alma.
Existe
un nuevo amanecer
donde
no hay lugar
para el
dolor ni la mentira,
donde
la armonía
se
estremece con mi sentir,
donde
cada momento
es una
caricia.
Acércate
en este
nuevo amanecer
y
sentirás la paz en mi alma,
se ha
iluminado mi día
con una
nueva ilusión,
con mi
corazón dispuesto
y libre
de
temores
para volver
a amar.
Mi vida
con una
agitación creciente,
un
festivo clamoreo de relumbres,
de
fulgores,
proclama
que
está queriendo otra vez,
no era
aquella paz
la última
y estoy
alegremente vibrando
ante
una nueva pasión,
más perfecta,
más
verdadera,
más
plena.
Un
nuevo amanecer
está
inundando mi vida,
con
colores sin fin,
con
claridades repiqueteantes,
arrebatadoras,
encendidas.
El amor
es el
amanecer
en la
libertad del ser.
Cuando
los ojos del amor
atraviesan
la luna,
los ojos de los sueños
alcanzan el horizonte
en un
nuevo amanecer
y en mi
regazo algo nuevo,
más
pensado,
más
hermoso,
se
proyecta
hasta lo hondo de mi alma.
Un
nuevo amanecer,
¡qué delicia tocar la hierba fresca
en un bello amanecer otoñal!
y hasta
detrás de la luz,
veladamente
secretos
aguardan
por si
los quiero
escuadrones
de luceros.
La luz
del amanecer
abre la
ventana de mis sueños
y mi
poesía canta alegre,
baila con frenesí
y con sus ágiles
y
armoniosos pasos
que
adentran dentro de mí
para
despacito,
sin
apuro,
legar a
las hojas vírgenes
que las esperaban ansiosas
para
dibujarlas
con
arabescos
como
centellas.
La luz
del amanecer nuevo
espera al amor verdadero,
al
sentido
desde
lo hondo
¡qué
bella sensación
riendo
las dos luces unidas!.
Abro
los ojos
en este
nuevo amanecer
y
contemplo junto a ti,
tiernamente
abrazados
y
unidos
el
nuevo Sol
de un
nuevo nacer.
Te
miro,
te
pienso,
te amo
y al
abrir los ojos
sonrío
a mi despertar,
cual rocío
despierta
con la sutil mirada del sol.
¡Qué
gozo intenso
y
resplandeciente
es este
nuevo amanecer
a tu lado!.
El
amor,
igual,
igual,
de tanto ardor
se va
en sosiego.