Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 5 de agosto de 2015
Canción del regreso
Canción
del regreso,
dulce,
apasionada,
con
querubines de estrellas.
Fluye
el río del tiempo,
se
empapa uno en sus aguas,
se me
encoge la voz,
la
mirada se amansa.
se
achica el corazón,
las
piernas se acalambran,
se
entumecen los brazos
y se
herrumbra la espada
y la
flauta se vuelve,
reticente
y opaca.
Canción
del regreso,
ayer
grité un alud de palabras
para
abrir cauces nuevos
y
derribar murallas.
Ayer
mis ojos acertaban distancias
y como
un remolino
mis dos
brazos giraban
destruyendo
malezas,
o
blandiendo una causa.
Canción
del regreso,
piernas
y corazón apuraban su marcha.
ora explorando amores,
ora andando comarcas
rodando
mi vivir
esperando
tu regreso.
A todos
algún sueño
prometía
mi flauta,
no el
sueño que se sueña,
sí el
sueño que se arranca
de la
tierra renuente y fértil.
Canción
del regreso,
te
espero con ansia,
reclamando
tu presencia
en un
torrente de lágrimas
para
urdir un diluvio
con una
ancha puerta
en la
pared de mi arca.
Canción
del regreso,
ahora
mi voluntad se afana,
desde
el umbral de mi casa
y un
mar de letra impresa
abre
ahora allí una marejada leal
en la
que me interno
dando
al fragor la espalda.
Canción
del regreso,
a veces
el jardín convidador
me
llama
cuando
en rosas,
jazmines,
geranios,
estalla
o verdea,
modoso
en la paz de su grama.
Voy
cantando bajito,
te
estoy esperando,
no
ahondo mis pisadas,
no sé
si por costumbre
cautela
u holganza
con un
gran gozo de placer
porque
llegarás al fin a mí.
¿Qué quieres de mí?
¿Qué quieres de mí?
que no soy nada,
que no soy nadie,
tan solo un hálito de aire puro y diáfano
envuelta en una crisálida
transparente y traslúcida
donde respiro y vivo
escribiendo mis poesías de amor.
¿Qué quieres de mí?
Soy tan solo abecedario,
alfabetos,
poemas,
estrofas,
que danzan
y en mi cabeza hacen bailar
todo a mi alrededor
entre poesías
de amor dulce,
tiernas,
únicas,
para ti.
Mi cuerpo baila
salteando las letras,
las rodea,
las zigzaguea
porque escribo
para ti,
mi amado y dulce amante.
¿Qué quieres de mí?
Todos los que me rodean
me miran con mil ojos distintos,
tachonados
unos, de estrellas,
otros, de luces,
otros, como búhos nocturnos.
Me quieres deshacer en mil o más
trozos de azogues y espejuelos
para que mis poesías
recorran en pedazos
mis trozos de amor.
No soy mar,
no soy cielo,
no soy nube,
sólo soy un algo insólito
que se siente liviana,
frágil,
triste y alegre a la vez.
Me voy sin darme cuenta a otros mundos
donde me llaman
entre susurros de amor,
entre caricias de palabras
que me hacen sentir
mariposa,
libélula,
colibrí,
entre el espejo mundo
de fantasía
donde floto, sin par,
entre mis poesías,
tuyas.
nuestras,
amor mío.
¿Qué quieres de mí?
Un trozo de mi alma,
un aliento de delicias de mi cuerpo,
un recuerdo de mi mente,
un pálpito y mi fuego.
¿Qué quieres de mí?
mis intactos besos de amor,
gozan la virginal delicia
de no haber sido vistos
por ningún mirar.
Los recados de aves y frondas
feliz la corriente llevan.
Deprisa, deprisa va
lo que es el mensaje
de lo que quieres de mí.
Espero y desespero
Espero.
En las noches silenciosas y oscuras,
pienso
en ti que te has ido a hurtadillas
entre secreteos malsanos y tristes
a
otros amores que te buscaban sin cesar.
Me olvidaste,
yo no te olvidé,
recuerdo cada instante de nuestro estar
juntos,
amándonos con tal intensidad
que el día se volvía de noche y la noche día.
Desespero.
Sí,
desespero por no haberte podido decirte
¡adiós!,
todo sucedió en silencios prolongados y
dolorosos,
sin
una palabra aún fingida de falsos sentimientos,
dejándome adolorida y triste,
mi
corazón sangrante y las estrellas fugaces lo traspasaban
llevándome a ese mar interminable de lágrimas
tristes.
Espero.
Siempre te llevaré dentro de mí,
recordaré los dolores y las alegrías
mientras el mundo se me hace nada,
te
busco en mis recuerdos mientras te amo en mi soledad
y acuno las canciones
que me
cantabas despacito haciéndome sentir amada.
Desespero.
Y sueño que todas las noches vienes a poseerme
y te
pido que me digas donde acaba el hilo negro
y donde empieza el blanco
y para olvidarte aprieto los dos hilos con
las manos
en
espera de que el negro se vuelva blanco
y tú
desaparezcas de mi vida
y poder reponerme de este dolor sofocante que
me asfixia
y no me permite amar otra vez
sanado mis heridas aún sangrantes.
Espero.
Mientras espero nuevas ilusiones,
esperanzas,
amores nuevos,
escribo versos,
poesías,
prosas que desgarran mi alma,
en
intentos imprecisos,
versos
que simulan estrofas,
como el primer verso que tú inspiraste,
pero sin ti,
mi
numen vaga por altos horizontes
porque
tú eres la poesía que se perdió.
Desesperó.
Amor,
entre la magia y el misterio de la vida,
vuelo hacia ese pasado del cual ya estamos
alejados,
deseo parar el tiempo,
me fundo con la oscuridad y no la veo,
te
imagino conmigo buscándome.
Espero.
Ya no con anhelos e ilusiones que vuelvas a
mí,
sólo
espero con infinita paciencia
que
poco a poco te olvide,
te vayas de mí y así poder amar otra vez
con calidez de alma pura
y podré mirar el cielo llevando dentro de mí
el silencio del mar,
el fragor de la tierra, la música del aire.
Mi pensamiento me llevará lejos,
hacia
litorales desconocidos, horizontes iluminados.
Percibiré el leve crujido de la naturaleza
que me rodea,
amaré
y buscaré la paz
como
única esperanza y fuerza en mi vida
y te encontraré a ti,
la estrella que brillaba en el cielo para mí,
la que
yo no veía pese a que la noche era clara
y traía la luz a mi alma con un amor
verdadero y único.