Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 27 de agosto de 2015
Verdades amargas
Verdades
amargas,
yo
no quiero ver más lo que he mirado a través,
del
cristal de la experiencia al no tenerte más a mi lado.
El
mundo se hundió a mis pies,
cuando
no te sentí junto a mí,
no
sentí más tus besos,
ni
tus cálidos abrazos,
me
dejaste en el frio total de mi soledad triste
y
apenada.
Todo
fue una ilusión,
creí
en ti,
pero
entre tus giros de fantoche,
desapareciste
de sorpresa.
¿A
dónde llegaste?
¿encontraste
lo que querías?
Verdades
amargas,
me
abatió el infortunio pleno de tristeza y pena.
Todo
tiene en esta vida su preciso estipulado,
Y
las yagas de tus defectos no las vislumbré,
porque
las cubrías con un diamante bien tallado.
Todo
mi mundo, robado a mi combate,
despierto
de mi herida y en mi suelo descubro,
a mi lado tu pie medido,
al
irte súbitamente con mucha prisa.
Y
ahora que te nombro y te reclamo a gritos,
no
puedo arribar por mis veredas,
porque
un toro la noche transformada,
fija
el aire con alta cornamenta.
Verdades
amargas,
a
penas levantas tu diestra como un adiós,
apresurado,
pone sombra de amor en mi venero
y
cuando alzas los hombros diciendo ya no me importas más,
divides
en luz el zócalo del viento.
De
pronto al comprender que te has ido por siempre,
la
tarde se ahoga en el fugo dilatado,
como
se ahogan mis ansias sobre la nada,
que
me da tu ausencia.
Otra
vez mis ojos en el fin de la tarde.
Y
todos se dilata… hasta tu ausencia.
Me
dejaste y cual hambrienta – con suavidad de jazmines-
recuerdo
con nostalgia tus manos cuajando mis senos –
doloridos
de deseo –
y
borracha me entrego agitando la soledad tan apreciada.
Verdades
amargas,
no
quiero saber más de ti,
mis
formas inanimadas viven, tiemblan, se hacen carne bajo el cincel,
embebido
, pero que eran tu pasión total.
¿Qué
sensación tan profunda arrancas de mis entrañas?
¿Qué
grito de amor desgarros de mis poros y mi sangre,
al
haberme dejado sola sin ti a mi lado?
Todo de mí
Todo de
mí,
soy
tuya,
mi alma
y mi cuerpo.
Te
busco entre el follaje de tu prado
y en el
fresco temblor del rocío
e
indago por el mar
por mí
cantado.
Todo de
mí
te
pertenece,
tu
estás en el verde levantado del árbol,
donde
pierdo mi albedrío
y en el
viento caliente del estío
y en la
orilla del mar enamorado.
Todo de
mí
es para
ti,
y así
voy por veredas de la tarde,
perdida
para siempre en tu embeleso,
sin
sentir el cercado de tus ramas
ni ver
tus fuegos que en los fuegos arde,
te
llamo hasta quebrar mi voz
¡ven
conmigo!
¡No me
dejes!
¡Todo
de mí es tuyo!
Ya que
si no estás a mi lado,
mi
corazón se desangra.
Tan de
cristal y oro perfumado
que te
cerca la garganta,
que
temo despertar en tus pupilas
por no
apoyar mis ojos en el aire.
Todo de
mí,
me
siento dentro de ti.
Tú
arriba, ingrávido, leve,
salvado
ya de ser vida tú mismo
para
vivir en el cielo monosílabico
del
puro arranque de sentirme tuya,
de la
chispa que de la nada se prende,
vivirás.
Todo de
mí,
siento
que hasta tu sombra me pertenece,
ayer la
acaricié
¡qué
extraño fue!
Pienso
en tus caricias,
mimos,
suavidades en mi piel,
que
corren hambrientas
para
recorrer todo mi cuerpo.
Todo de
mí,
hasta
tu perfume, tu sonrisa
que
está conmigo
y sigue
siempre clavada en mis ojos.
Necesito
que cada mañana
tu
aliento de cigarra,
anude mis ojos abiertos
en la
penumbra quieta.
No
estás,
pero sí
en mi mundo interior,
todo
unido a mí,
como un
ovillo de amores vírgenes,
plenos
de alegría y paz.
Todo de
mí,
es una
brizna viva
en tu
letargo de cariño.
Quiero
morir en tu calor
para
nacer en tus atardeceres
bajo el
canto de tus besos,
en la
danza de tus brazos,
¡tómame,
todo de mí es tuyo!
Mi único amor
Tú,
mi
único amor
el que
me endulza la vida,
me hace volar
por
cielos abiertos,
entre nubes de algodón
y
pájaros perdidos.
Eres el
milagro esperado
me
envuelves
en
mantos entrelazados
de tules y lentejuelas
haciéndome sentir vibraciones
y
latidos
que
estallan cual cristales lejanos
entre
estrellas fugaces.
Tú, mi
único amor
te
busco
entre
altos bosques de bambúes
que
impiden que tu sombra se refleje
clara y precisa
en mi
mente anhelante
de tu
presencia fuerte,
enhiesta,
verdadera.
Eres el
milagro esperado
entre
campos florecidos
de
amapolas de dulce néctar
quiero
estar contigo
en ese
lecho de amor de flores
para
que tus brazos
estremecidos de placer
me hagan gozar
momentos
largamente esperados.
Tú, mi
único amor
necesito
el clamor de tu voz melodiosa,
seductora,
con
matices de un querer apasionado
que se
acerca imperceptiblemente,
encendiendo mi corazón
con
deseos vehementes.
Eres el
milagro esperado
la luz que
se encendió
entre
los dos,
de a
poco,
despacio,
haciéndose una llama de amor viva
que fulgura en el Universo
a
través de tinieblas,
vientos
huracanados,
cometas de fuego.
Tú,
mi único amor
la
distancia nos acerca
aún a través de la lejanía
uniéndonos en instantes exuberantes
de amor
puro,
límpido,
único,
expectantes
los dos
de
estar juntos amándonos
hasta el fin de los fines.
Eres el
milagro esperado
lágrimas
de alegría
desbordan mi rostro
mojando
mi cuerpo
con
gotitas de felicidad
al
estar en tus brazos,
sintiéndome amada
con profundo
placer.
Tú, mi
único amor
no me
abandones nunca,
eres mi
numen,
mi
inspiración,
mis
palabras de amor,
mis
poemas,
mis
prosas puras
y
vírgenes
nacen,
crecen,
se
vuelcan en hojas chamuscadas,
esperándolas con ansias
para hacértelas llegar
a ti,
mi único amor.