Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 3 de septiembre de 2015
¿A dónde te has ido?
¿A dónde te has ido?
¿Por qué te has ido de mi vida?
No sé por qué esto tuvo que suceder,
¡sabes, mi corazón nunca te olvida!
¡cómo quisiera poder volverte a ver!
sé que nunca volverás del lugar recóndito,
Donde te has ido,
pero tú me dijiste un día no muy lejano,
inolvidable,
que siempre me amarás.
y ahora te veo en cada estrella en el cielo,
siento que me abrazas cuando el viento va a
soplar.
¡cómo quisiera verte, ese es mi anhelo!
Y que con un poema de amor tú aún vivirás
conmigo,
tan sólo un instante de tu vida.
¿A dónde te has ido?
¡que cruce en tu muñeca del tiempo,
contra el tiempo el pensar en mí!
El tiempo frio, enroscado, acechador,
esperó lo suficiente para que tú te fueras
lejos de mí.
A tu vida infinita, sin término,
los segundos para tu huida te echaron lazos
pueriles.
Desde lejos te siento sentir que tu corazón en
un rincón afirma,
sangre yendo y viniendo en ti,
que tu querer por mí no desapareció,
encontraste otro ritmo pero como mi amor, no.
¿A dónde te has ido?
ya no te veo, no se oye nada de ti,
Ni un gemido, ni una palabra.
Me sobran los ojos y los labios buscándote en
este mundo tuyo.
Para sentirte a ti no sirven los sentidos de
siempre,
usados como ayer.
y como quisiera ver tu sonrisa tan solo una
vez más,
tan solo me gustaría oírte decir que aún me
amas,
desde el recóndito y misterioso lugar donde te
fuiste,
pero pienso que mis deseos no se cumplirán
jamás.
¿A dónde te has ido?
¡cómo te siento en mi pensamiento!
y en la esperanza de soñarte con tanto sentimiento
y no perder la confianza de que algún día,
te tendré otra vez entre mis brazos.
Mis manos te han olvidado,
pero mis ojos te siguen viendo
y cuando es amargura lo que me inunda por tu
ausencia,
Lo cierro despacio y sueño.
Y en mi imaginación estoy a tu lado,
sordamente en lo oscuro, tropezando en ocasos,
en vísperas , hundiéndome hacia arriba con un
gran peso de alas
y es entonces que abro los ojos
y ya quedo ciega, sin ver,
sin saber más vivir sin ti, en este mudo
descolorido,
donde estábamos juntos.
Inútil es pensar en ti y comienzo a entrar en
otro orbe,
Donde me espera otro amor,
que me
ama en silencio conforme y eterno.
Prefiero la noche
Prefiero
la noche,
son las
horas en las que amustian
las
nubes vespertinas,
sobre
la azul altura
del
vasto firmamento.
Asómanse
los astros,
cuyas
luces divinas como miradas
pesan
sobre mi pensamiento.
Y es mi
hora,
en las
que entre la voz lejana
de la
campana
que con
lentitud las notas
del
Ángelus desgrana,
a mis
hojas en blanco
los versos de amor anidados
en mi corazón
se vuelcan sin cesar, con prisa
para
que no sean olvidados.
Prefiero
la noche,
porque
mi fantasía con audacia inquieta
sin
cesar te busca.
¡Oh,
poesía!,
en la nocturna soledad secreta.
Muchas
veces,
misteriosa
poesía,
frases de amor dolido,
manchan
mis páginas albas
en el
tedio de las noches acíbaras
y
vuelan por todas mis visiones de armonía
que se ocultan cuando el cielo aclara.
Prefiero
la noche,
en ella
te busca mi cansada fantasía
y mis
sueños se tienden como aves raras
cuyas
alas exploran
hasta
horizontes lejanos y oscuros
tanteando
tu imagen,
la
única imborrable,
para mí por siempre.
Como
solitaria misteriosa,
vago
volando bajo el cielo
y sobre
el mar
en la
noche profunda y estrellada,
tratando
de percibir tu figura
que
añoro
y tu
dulcísimo firmamento
y en
instantes como un sueño
que se
esfuma,
creo entreverla en un revuelo de la espuma
o en
los astros del Universo.
Prefiero
la noche,
porque
la Luna me acompaña
con su
fulgor, blanco y brillante.
Mi
corazón puede correr
a
regiones ignotas
apareciendo
en el pentagrama
vacío
de mi alma
las notas que buscaba
y no
encontraba y que inútilmente
yo
clamaba para inundarla de amor
como en
un agitado río
entre
tupido follaje.
Prefiero
la noche,
con la
Luna como nota errante
que
parece que extravió su cantar
pero aún así con su luz agonizante sigo,
en mi
perenne búsqueda
de
aquel a quien no puedo hallar,
mi
ideal no encontrado.
Prefiero
la noche,
porque mis versos me aroman el alma
y los
busco en los sones de liras
que van
brotando
entre
pasos de visiones
que
conmigo los van buscando.
En
algunos momentos
no
responden,
no
aparecen en ningún lugar
de mi
mundo interno
y
entonces me inquieto.
¿En qué
lejanías mi númen se esconde?
¿Bajo
qué estrella se guarece?
Vuelve
a mí, en esta noche mía,
nuestra,
ven con
el viento,
las
brisas,
los
astros del firmamento.
Prefiero
la noche,
quedarme un instante suspendida en lo Eterno
e ir
como el viento,
nómade
del existir
transitando por la expansión del Universo.
Todo está escrito
Todo
está escrito entre los dos,
con
palabras de luz en nuestro destino.
No
podemos desoír su voz ni su llamada
pues el
amor es suave lluvia de oro
cayendo
en la floresta de las almas.
Aún la
melancolía en el amor
nos
convierte a los seres en poetas,
surgiendo
las más hermosas
y
sentidas melodías
que se
derraman por nuestros cuerpos
como el
río desborda sus almas en el mar,
dejándonos
arrastrar
por la
corriente de la pasión.
Todo
está escrito,
en los
cielos abiertos van trazando
los pájaros códigos de vuelos,
las estrellas se leen
con
largas lentes claras
que
descifran el misterio de la vida,
de
enigmas alejados.
Las
tierras más remotas
con
colores azules, verdes, rosas,
entregan sus secretos en los mapas.
Y el
pasado se ve tenuemente
tan
escrito en los ojos,
en tus
ojos,
que son
elegía o cántico
que
brotan desde un arco iris en el cielo.
Todo
está escrito,
tu
nombre no se lee donde se lee,
está en
mi corazón enamorado
y
contigo la Tierra es el cielo del cielo
y entre
tus brazos no se sabe
de qué
profundidad viene el amor,
lejano,
sí de honduras de cielos
o
entrañas de la Tierra.
Todo
está escrito,
porque
hemos pasado
por la
senda estrecha
en los
grandes zarzales de la vida,
sin
hacernos ni una herida
ni
sentir dolor ni pena.
Todo
está escrito
y
cuánto más te acercas
te
siento despacito recorrer mi alma
y entre
árboles llenos de nidos
va un
raudal lleno de rumores dormidos
en
lechos de algas y de flores.
Y sobre
la sombra nocturna del éter
en la inmensidad,
la Luna, triste y taciturna,
vaga en
plena soledad,
mientras
nosotros nos acunamos
entre
abrazos tiernos y dulces besos.
Todo
está escrito,
los dos nos comunicamos
en un
abrazo sutil
cuando
los cristales duplican
el
blanco disco de marfil.
Todo
está escrito,
el tiempo río que huye
y puede
acontecer
que
cuando queramos proseguir,
perdidos,
nos hallemos en las sombras
de un remoto ayer.
Todo
está escrito
y un
tropel de versos nos envuelven,
son los
versos que se agitan
y
rápidos se dispersan
como
musicales flechas,
van en
busca de las hojas,
van
para no volver a lugares misteriosos,
sí para volcarse en ellas.
Todo
está escrito,
seguimos
un ideal
que no
se alcanza pero al fin,
con
toral esperanza,
creemos
que en un flotar suave,
surgen,
plenas
de amor nuestras quimeras.