Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 11 de noviembre de 2015
Manantial del amor
Manantial
del amor hecho realidad,
del
mundo real me llevaste al mágico.
Tú, el
innombrable,
el
diferente,
el ser
con alma de sabio
que
lleva al éxtasis con su ternura.
Manantial
del amor,
eres la
bondad y la dulzura
que
resuma su néctar
en la
esencia de mi alma.
Manantial
del amor
hecho
realidad humana
entre
almas puras
y auras
blancas y brillantes.
Sin
edades,
irradiando
luz y vida,
inquietud
y sed de aventuras,
sin
motivos ni explicaciones.
Manantial
del amor,
déjame
vivir pensando en ti,
desde
esta lejanía,
valorando
el momento
que se
está viviendo
hasta
la eternidad
rejuvenecedora
de las almas inmortales.
Manantial
del amor,
enjambre
creador
con
conciencia limitada,
reconociendo
los límites del amar
en
lejanía,
sin
apegos ni vivencias compartidas.
Manantial
del amor,
con
señales cercas,
causalidades
no fortuitas,
imprevistos
inesperados,
ni
dogmas con estelas
vivas y
serpenteantes.
Sí con
fluidez de palabras
dadas a
través del tiempo.
Déjame
en sosiego
en mi
esfera feliz,
esperando
la llegada de lo increíble,
ligero
y sin raíces
que me
llevará por caminos sinuosos
al
descubrimiento del amor.
Acompáñame
Acompáñame en la vida,
se tú mi bastón,
mi brújula,
mi guía.
Acompáñame con amor,
no con olvidos de la nada,
no con distancias sin
presencias,
no con pesares ni dolores.
Sí con alegrías compartidas,
risas vividas,
besos con mimos intensos.
Acompáñame,
tú el amor mío,
el que a mi lado se acerca
y busca mis manos
y mis placeres.
Dame todo tu sentir,
fascinándome con tus
palabras,
esas que llegan
a lo profundo del alma,
las que acarician con cada
frase,
cada latido y cada palpitar.
Acompáñame en este camino
incierto,
sinuoso, con curvas largas y
regantes.
No me dejes en la soledad
sombría,
sin luz ni claridad.
Acompáñame a ver las
estrellas
en la cima del mundo,
sé el espíritu que traspasa,
invisible,
mis tinieblas y así seremos
dos sombras unidas
en el espacio azul y
transparente.
Acompáñame desde la lejanía
para que te sienta junto a
mí
con verdades claras y
ciertas.
El amor que nos une
desde el más allá,
sin vernos,
en un abrazo apretado,
fuerte, carismático y sin
fin,
nos unirá en esta vida
lograda por dos.
Acompáñame a vivir
un sueño que nunca llegará a
su fin.
Acompáñame en este juego
que es la vida en el viaje
que será vuelo mágico y
sincero
para deshojar la noche
compartiendo nuevas
madrugadas.
Ilusión de un encuentro
Ilusión de un encuentro,
en el resto de nuestra existencia,
ilusión tan sólo,
sueños que flotan a la deriva,
entre palabras, susurros,
pensamientos de anhelos sentidos.
Ilusión,
tan sólo ilusión,
la realidad nos golpea fuerte.
La distancia,
la lejanía,
el sentir que existimos en lontananza,
nos hace allá a lo lejos,
amarnos el alma,
sin sentir los besos apasionados
y los abrazos apretados,
plenos de goces nunca sentidos.
No hay crepúsculos juntos,
ni madrugadas de luz,
amaneciendo entre apretados abrazos,
entre suspiros entrecortados
y susurros leves.
Ilusión de un encuentro buscado,
anhelado, entre redes
enlazadoras de sueños.
Nuestros pensamientos viajan
de día o noche
uniéndonos en un mar
de deseos de estar juntos pero,
es tan sólo una ilusión
que nos persigue sin tregua,
sin fatiga,
sin desazones.
Vivimos un hoy de amor
que nos lleva a un futuro incierto,
sólo imaginado entre dos seres
que sin verse,
ni mirarse a los ojos,
ni escuchar sus voces,
el amor los golpea,
los remueve hasta el fondo del alma.
Esto no es real,
es vivir soñando lo imaginado
entre maravillas de pensamientos
envolventes e impregnados
de aromas de azahares.
Pensamientos iluminados
de luces de luciérnagas
que nos hacen vernos y sentirnos
aún en la lejanía tan distante
y tan cerca a la vez.
Tus palabras,
sí sentidas,
golpean muy fuerte mi corazón,
que late más aprisa,
te piensa siempre.
¡Ven!
¡Que la ilusión de nuestro encuentro
sea una realidad
aunque sea breve,
un segundo tan sólo!