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Manantial del amor


Manantial del amor hecho realidad,
del mundo real me llevaste al mágico.
Tú, el innombrable,
el diferente,
el ser con alma de sabio
que lleva al éxtasis con su ternura.

Manantial del amor,
eres la bondad y la dulzura
que resuma su néctar
en la esencia de mi alma.

Manantial del amor
hecho realidad humana
entre almas puras
y auras blancas y brillantes.
Sin edades,
irradiando luz y vida,
inquietud y sed de aventuras,
sin motivos ni explicaciones.

Manantial del amor,
déjame vivir pensando en ti,
desde esta lejanía,
valorando el momento
que se está viviendo
hasta la eternidad
rejuvenecedora de las almas inmortales.

Manantial del amor,
enjambre creador
con conciencia limitada,
reconociendo los límites del amar
en lejanía,
sin apegos ni vivencias compartidas.

Manantial del amor,
con señales cercas,
causalidades no fortuitas,
imprevistos inesperados,
ni dogmas con estelas
vivas y serpenteantes.
Sí con fluidez de palabras
dadas a través del tiempo.

Déjame en sosiego
en mi esfera feliz,
esperando la llegada de lo increíble,
ligero y sin raíces
que me llevará por caminos sinuosos
al descubrimiento del amor.

Acompáñame


Acompáñame en la vida,
se tú mi bastón,
mi brújula,
mi guía.

Acompáñame con amor,
no con olvidos de la nada,
no con distancias sin presencias,
no con pesares ni dolores.
Sí con alegrías compartidas,
risas vividas,
besos con mimos intensos.

Acompáñame,
tú el amor mío,
el que a mi lado se acerca
y busca mis manos
y mis placeres.

Dame todo tu sentir,
fascinándome con tus palabras,
esas que llegan
a lo profundo del alma,
las que acarician con cada frase,
cada latido y cada palpitar.

Acompáñame en este camino incierto,
sinuoso, con curvas largas y regantes.
No me dejes en la soledad sombría,
sin luz ni claridad.

Acompáñame a ver las estrellas
en la cima del mundo,
sé el espíritu que traspasa,
invisible,
mis tinieblas y así seremos
dos sombras unidas
en el espacio azul y transparente.

Acompáñame desde la lejanía
para que te sienta junto a mí
con verdades claras y ciertas.

El amor que nos une
desde el más allá,
sin vernos,
en un abrazo apretado,
fuerte, carismático y sin fin,
nos unirá en esta vida
lograda por dos.

Acompáñame a vivir
un sueño que nunca llegará a su fin.
Acompáñame en este juego
que es la vida en el viaje
que será vuelo mágico y sincero
para deshojar la noche
compartiendo nuevas madrugadas.

Ilusión de un encuentro


Ilusión de un encuentro,
en el resto de nuestra existencia,
ilusión tan sólo,
sueños que flotan a la deriva,
entre palabras, susurros,
pensamientos de anhelos sentidos.

Ilusión,
tan sólo ilusión,
la realidad nos golpea fuerte.

La distancia,
la lejanía,
el sentir que existimos en lontananza,
nos hace allá a lo lejos,
amarnos el alma,
sin sentir los besos apasionados
y los abrazos apretados,
plenos de goces nunca sentidos.

No hay crepúsculos juntos,
ni madrugadas de luz,
amaneciendo entre apretados abrazos,
entre suspiros entrecortados
y susurros leves.

Ilusión de un encuentro buscado,
anhelado, entre redes
enlazadoras de sueños.

Nuestros pensamientos viajan
de día o noche
uniéndonos en un mar
de deseos de estar juntos pero,
es tan sólo una ilusión
que nos persigue sin tregua,
sin fatiga,
sin desazones.

Vivimos un hoy de amor
que nos lleva a un futuro incierto,
sólo imaginado entre dos seres
que sin verse,
ni mirarse a los ojos,
ni escuchar sus voces,
el amor los golpea,
los remueve hasta el fondo del alma.

Esto no es real,
es vivir soñando lo imaginado
entre maravillas de pensamientos
envolventes e impregnados
de aromas de azahares.

Pensamientos iluminados
de luces de luciérnagas
que nos hacen vernos y sentirnos
aún en la lejanía tan distante
y tan cerca a la vez.

Tus palabras,
sí sentidas,
golpean muy fuerte mi corazón,
que late más aprisa,
te piensa siempre.

¡Ven!
¡Que la ilusión de nuestro encuentro
sea una realidad
aunque sea breve,
un segundo tan sólo!