Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
jueves, 19 de noviembre de 2015
Alma vagabunda
Alma
vagabunda,
levantaste
vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas
nubes que te hacían danzar
entre
silbidos de vientos suaves
como
gemidos de un amor lejano.
Alma
vagabunda,
perfumes,
luces, formas y sonidos
desentrañados
de su cautiverio,
azuzan
y apaciguan los sentidos
en
un riesgoso y repetido juego.
Detrás,
la espesa niebla del misterio
y
más allá un Dios mudo, sordo y ciego.
Alma
vagabunda,
vagabunda
que el aire hace
que
hienda en pos
de
las campanas,
averigua
el río de los cristales,
la
dulce redondez de la manzana,
la
cruenta hostilidad de los cardales.
Alma
vagabunda,
¿cuál
es el motivo que no te deja detener
en
ningún lugar?,
¿qué
buscas?,
¿qué
signos y enigmas
vas
señalando como cada minuto el reloj
desgrana
con sus pinzas prolijas y puntuales?
Mi
entendimiento se afana
por
descifrar esa búsqueda inútil
de
recalar tu alma vagabunda.
Alma
vagabunda,
en
tiempo diferido,
en
una odisea sin fin
no
puedo dejar de pensar
por
qué abandonaste la mansión de tu ser.
¿Fue
por desconsuelo de amor?
Te
dejaron sola e incomprendida
y
emprendiste el vuelo eterno.
Alma
vagabunda,
pura,
virgen, desamparada,
te
mueve sí el pensamiento
lo
más sublime e inefable energía universal
creando
palabras, poesías de amor,
volátiles
e inacabadas
para
que nadie las descubra,
son
para ti, sólo para ti
amado
amante.
Alma
vagabunda,
no
vueles tan alto
que
no puedas apreciar
la
hermosura de la senda
que
te conducirá hacia él,
tu
enamorado de siempre,
caminando
en puntas de tiempo.
Ya no te amo
Ya no te amo,
te dejé de amar
hace tiempo,
pero no me había dado cuenta
de que realmente era así.
Ya no te amo,
la vida es como un sueño;
uno vive sin saber
a dónde está el sendero
que nos conducirá a la verdadera
felicidad del existir.
Escribo poemas
que me dan todo lo que necesito,
esa calma,
esa paz,
ese amor,
que me brindan además
calidez humana.
No siento frialdad ni desasosiego
cuando estoy en paz,
escribo para tí,
mi amado ausente,
al que ya no amo más.
Escribo para todos
porque los poemas son para todos,
al estar enamorada de la vida.
Ellos me conducen a otro mundo,
a ese mundo que no es real,
es la irrealidad de horizonte sin fin,
de cielos azules,
de nubes lejanas
y esa eternidad,
mis poemas me conducen a la vida plena,
sin ellos ya no querría vivir más.
Moriré sin poemas
porque es lo único que me conduce
a vivir en paz,
porque la muerte
me rondará muy cerca,
muy cerca,
buscándome,
para llevarme.
Ya no te amo,
necesito el amor
de alguien que me comprenda,
que sienta mi ternura,
mi sensibilidad,
mi cariño,
mi inocencia,
mi credulidad.
Todo lo que soy
para los demás es aparente,
aparento que soy una mujer fuerte,
la guerrera,
me dicen los poetas del mundo.
Pero soy una mujer débil,
que en este mundo
necesita a alguien verdadero
para no caer
en el abismo de la desesperación
y los que me sostienen
son mis poemas,
porque a ti ya no te amo.
Quiero un final con luz,
encontrando la claridad
sin buscar a ciegas
el hallazgo de sentirme
inundada de goce y placer
entre monosílabos,
frases,
poemas.
No quiero preguntas
que solo ecos respondan,
necesito la entrega total,
a la búsqueda del signo
que la flor ni la piedra
me quieren entregar.
Llegar a tensión de ser completa
entre poemas de amor.
Ausencias de amor
Ausencias
de amor
Que
oprimen y fustigan
el corazón
haciendo
que la sangre
corra
más aprisa
entre
venas entrelazadas
como
tejidos
con
formas delicadas
y
posibles
entre espacios sin soledades.
Ausencias
de amor.
Que
como explosiva fuerza liberadora
nos
lleva
a la
realidad de querer
que el
anhelo de amar
nos
arrastre a ese mundo alado,
invisible
en el
que hay que abrirse
con el
alma y las manos.
Ausencias
de amor.
¿Dónde
se esconden?
¿En qué
espacios del más allá
como
espadas de aire
nos
somete en nuestro pecho de aire?
Ausencias
de amor.
Denme a
beber la poesía
en el
raudal de inspiración
del fragor de lucha
en el día y en la noche
meditación duradera.
Ausencias
de amor.
Que
como rayos
siempre fulguran llorando
un
llanto de tempestad,
pon en mis versos el tesoro
de las alboradas de plata,
de los mediodías de oro
y de las tardes de escarlata.
Ausencias
de amor.
Inspiren
mis versos
de los rumores de los ríos
y del zumbido del camoatí
y de las tradiciones
que
narra el viento al ombú secular.
Ausencias
de amor.
Guardados
en mi alma
entre
pedazos refulgentes
con mi pasión total
para sentirlos de a poco vibrar
en mi cuerpo,
esperándote llegar.
Ausencias
de amor.
Silencio
azul,
asi
oscura noche,
en las
etéreas alas
que
descienden por diáfanas escalas
hasta
fuentes con ritmos sin fin
donde
el amor
nos inspira la llama sin heridas,
aliviada de dolores
y
resquemores.
Ausencias
de amor.
Te
necesito a mi lado
en la
soledad de mis días
para
reconfortarme
y dejar
libres
mis
necesidades
de
tenerte junto a mí.
Ausencias
de amor.
No
quiero
que la
ausencia de tu amor perdido
adormezca mis pasiones
y mis
anhelos
y el
recogimiento
me
lleve
a que la voz de mi campana
con
lentitud
las
notas del ángelus desgrane.
Ausencias
de amor.
No
quiero sombras
que
aneguen mi espíritu,
sino risas,
cantos,
amor,
despertando de la nada
entre vibrantes notas altisonantes,
besándome
mi cuerpo todo
entre sueños alados
que en
mis versos gira.
Ausencias
de amor.
Surgen
en luminoso arrobamiento,
son caricias deseadas,
besos suaves
como
miel recién probada,
abrazos
temblorosos
que
todo mi cuerpo ansía,
es la
felicidad inminente,
de
posesión lenta,
al fin del paraíso.