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Te tuve un instante


Te tuve un instante
que no se perderá
en el olvido oscuro y profundo
de los vivires de segundos.

Mi ángel quedó llorando
su inocencia perdida
en el abismo de tu ira,
sin retorno de la nada
a la que te fuiste.

Te tuve un instante,
fui verano después
de un florido vergel de primavera
que duró la brevedad
de una rosa en flor.

Las hadas y los duendes del amor
me siguieron y nos hicieron encontrarnos
en ese breve instante
en el que me brindaste delicias de ternuras,
sentimentales besos
que me llevaron al cielo,
después me diste
mieles de extraña seducción.

¿Por qué te enviaron a mí
por tan solo un instante
en esta vida carente de amor?
¿Es que acaso
en un acontecer de amor
impregnado de estío
tan sólo una noche
nos deja ese recuerdo
para toda la vida?

Se enlazaron nuestros ritmos,
nuestros sueños de amor
con el lírico trino de la alondra
y el rumor del arroyo,
se sintió el suspiro levísimo
que dio el corazón
y plenos de amor los ojos,
nos besamos el alma
y un invisible abrazo
rubricó nuestra unión.

Te tuve un instante tan sólo,
pero será eterno en mí.
Mi cuerpo fue virginal
reflejo de una nívea albura
de juventud colmada de ternura
que volcaste en mí.

Envuelta en esta red de amor y ensueño,
necesito que no me alcance el engaño,
ni la vileza,
ni un corazón sin calidez,
frío y con mentiras.
Sí quiero que me aprisiones,
tú, el alma amante
que me brindó dulzuras y calor.

Que apartó por un instante de mi vida
el goce que destruye,
haciendo daño con trampas y falsas
palabras como filosas dagas
lacerantes que se burlan
despiadadas del amor verdadero y amante.

El amor sincero,
el hondo,
el que me hace sentir amada
y al que esperaré por siempre.

Tengo un sueño


Tengo un sueño,
la felicidad inminente está llegando
como el regalo esperado
y mi cuerpo tiembla
y mi alma clama
sin dolor de espera.

El amor viene desde lejos,
hollando cielos, nubes,
estrellas que alas leves
transportan desde el horizonte remoto
acercándose de prisa,
pero tardando todavía
porque procede del más allá.

Tengo un sueño:
de que el amor me ha elegido,
me ha dicho:
¡soy yo! ¡voy!
y suya me siento
antes de su llegada,
franquea las puertas de mi alma
que hasta ahora cerradas,
herméticas y vírgenes
estaban sin esperar lo más ansiado.

Soñadora soy o
¿es que es sólo un sueño? no,
porque en extraños paisajes
peregrinos y perspectivas
nunca imaginadas
lo vi venir hacia mí
por senderos lejanos y ciertos.

Sueño ahora
forjar un poema nuevo, audaz,
con palabras escogidas con precisión,
ritmos mágicos,
sonoros.

Rimas ricas
en campanilleos de plata
que repercutan en ecos lejanos
y lleguen allí donde está el amor
buscándome desde sures y nortes.

Tengo un sueño,
que me consume
de felicidad esperada
y en mi mente,
sílabas dulces
como el sabor de un beso,
surgen de continuo
con extrañas músicas
de laúdes y violines,
dando una luz vaga
a las hondas lejanías
donde el amor viene
y despacio me encuentra
en un espacio envuelto en palabras.

Necesito decirte


Necesito decirte
no con palabras altisonantes
ni versos elocuentes,
sino con susurros
y tiernos cosquilleos
cuánto te estoy queriendo.

Necesito decirte
con mi corazón abierto
y palpitante de regocijos
el amor que ha comenzado a florecer
en mi alma
como rosas recién abiertas
en la mañana dorada por el sol.

Necesito decirte
que en algunos segundos
la duda me acosa,
me estremece,
no me deja creer
que lo que estamos viviendo
sea verdad y único.

Necesito decirte ternuras,
mil amores descubiertos hacia ti,
me he tornado
en la encarnada esencia del amor,
este sentimiento tiene suavidad
de pétalo y fuego de volcán.

Mi alma has cautivado
llenándome de lágrimas,
mis ojos anegados
de gotas de cristal.

Necesito decirte
que mi corazón alado
buscando un refugio en ti,
expresa sentimientos
que quieren aflorar.

Necesito decirte
que has dado a mis versos
ráfagas de nostalgias
y al llegar a mí,
recobrado de la distancia
y de la lejanía
aún por este breve instante,
vivir la emoción de tu proximidad,
vivir este breve momento
es culminar el éxtasis esperado.